La revolución positiva

Es hora de hablar en positivo, de la revolución positiva. Ya no vende hablar de coronavirus, de pandemia, del Covid-19. Ahora es hora de hablar de economía, de productividad, de los nuevos valores sociales, de sostenibilidad para una nueva sociedad que emerge con fuerza y de manera positiva: saldremos de ésta.

Dejar de lado (pero no olvidar) el miedo, la incertidumbre, la inseguridad que ha alimentado esta maldita pandemia. Pero ahora más que nunca hay que hablar en positivo. El proceso de luto lo lleva cada persona, con mayor o menor intensidad y en función de su exposición personal, familiar. No hay que poner el dedo, hacer más largo de lo que hace falta un luto personal y convertirlo en un luto social.

Los gobiernos tienen que poner al alcance de todo el mundo la posibilidad de superar este proceso cuanto antes mejor. Tienen que procurar transmitir que hay futuro y que es positivo. La economía no entiende de miedos, no los tolera, es muy cobarde. Quiere certezas que hoy por hoy no se dan con estos mensajes negativos. Sin ir más lejos, los mensajes de la FED provocan que los mercados bursátiles sufran un severo varapalo.

"Los gobiernos tienen que poner al alcance de todo el mundo la posibilidad de superar este proceso cuanto antes mejor"

En este país, cuanto más tardemos en reconducirlo, más sufriremos, más injusticia social habrá, más desigualdad social. Ahora más que nunca se tiene que reforzar la actitud positiva, emprendedora, los empresarios y gente de empresa lo saben bien. Son expertos en ello, al promover riqueza y actividad económica. Pero necesitan certezas.

Los medios tendrían que procurar buscar el punto de equilibrio entre las noticias positivas y las negativas. Hoy mismo me he encontrado con personas que me dicen que muchos medios de comunicación no se pueden ni ver, ni leer, ni escuchar. Que las noticias son aterradoras. Que nos informan como si la gente de la calle no conociera la realidad triste de la pandemia. Los medios buenamente filtran como pueden la información diaria, que no es nada alentadora. Un reflejo de la realidad que propagan los gobiernos con sus mensajes poco esperanzadores.

El sector sanitario ha hecho y seguirá haciendo un excelente trabajo, pero ahora el relevo tiene que ser económico, de trabajo, social. Ahora más que nunca hay que emprender país, volver a una nueva normalidad lo antes posible, eso sí con todas las medidas de seguridad y de prevención, pero con una actitud valiente, emprendedora, sin miedos, con una mirada de futuro.

Es hora de la revolución positiva, de los mensajes positivos (los negativos ya los conocemos y hemos vivido todos/todas), que nos animen con mensajes y también recursos más que necesarios, que alienten nuestra valentía. Ahora más que nunca hace falta una revolución positiva para reducir el impacto social y económico de esta pandemia. Es la hora de reconstruir el país cuanto antes mejor, y de aprovechar las nuevas oportunidades!

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