La IA gana un premio literario

"Antes de que acabe este año veremos una IA ganando un gran premio literario". No son palabras de ningún gurú del apocalipsis, ni de ningún integrado, hasta dónde yo sé. Me lo dijo mi editor Joan Riambau Moller en una de las muchas conversaciones que hemos tenido sobre el impacto de la IA en la producción escrita. A Joan le debo la confianza de editarme un libro y el de permitirme poner en portada una imagen generada por IA, la primera de Random House por lo que sé.

Él, la editora de la Magrana Nuria Puyuelo y yo estábamos convencidos de que el hecho de integrar la IA en el proceso creativo del libro era un reto importante, pero que sumaba al concepto de un libro que habla del uso de los datos públicos para intereses privados. Los del departamento legal de la empresa no estaban tan de acuerdo. ¿Quién tiene los derechos de la imagen? Pero, ¿ha hecho corta y pega de otras imágenes de la red? ¿Tenían de pie estas imágenes? ¿Podemos blindar sus derechos como editorial? Todo esto ocurría en septiembre del año pasado cuando el acalorado debate entre apocalípticos e integrados actual no existía. No fue fácil pero después de leerme unas cuantas veces las condiciones de uso de todas las plataformas generadoras de imágenes con IA, de intentar resumirlas en términos legales, de explicarlas unas cuantas veces en persona, por correo y por WhatsApp, finalmente salimos adelante.

“Debo confesarles que cuando en noviembre salió el ChatGPT pensé que quizás me ayudaría a terminar el libro”

Debo confesarles que cuando en noviembre salió el ChatGPT pensé que quizás me ayudaría a terminar el libro. La verdad es que me hizo perder más tiempo que otra cosa: que me redactara un pasaje más o menos bien escrito no costaba demasiado; que tuviera intención, que no fuera plano y que tuviera gancho era una tarea imposible. Quizás hubiera podido escribir algún capítulo pero con el tiempo de edición, eliminación de repeticiones y de personalización se tardaba más que escribiendo a chorro.

Esto no significa que no se pueda escribir un libro con las actuales herramientas de IA generativa. Amazon está lleno de libros autoeditados a 1 euro la pieza escritos con herramientas de escritura automática. ¡Incluso algunos son manuales de cómo utilizar ChatGPT escritos por el mismo ChatGPT! ¿Ganarán un premio literario? No. ¿Ganarán dinero los que los ha subido? Seguro. Pero Joan Riambau Moller, que de otra cosa no pero del negocio de los libros entiende un poco, quizás no iba tan equivocado.

Un hecho equiparable acaba de ocurrir en otro ámbito también creativo. El reconocido fotógrafo berlinés Boris Eldagsen, ganó el Premio Sony World Photography de este año con la imagen PSEUDOMNESIA | The Electrician, una imagen generada con IA. Con más de 30 años de profesión, lleva 10 investigando en los límites de la fotografía y de la IA. Pese a su trayectoria, su Instagram y pese a que la foto se ve a la legua que está generado (solo hay que mirar las manos de los protagonistas) ganó uno de los premios internacionales de fotografía más reputados. Tampoco se ha escondido nunca; en su web explica cómo generó la imagen y fue él mismo quien desveló que la imagen no era una fotografía en la ceremonia de entrega de premios. Lo rechazó porque cree que una imagen generada no debería tener sitio en unos premios de fotografía, “podríamos llamar apuntografía (promptography) pero no fotografía”. Una está generada a partir de un apunte (prompt) y la otra a partir de la luz. El resultado puede ser similar pero el proceso es distinto. El debate es bueno y va más allá de la polémica del premio: el debate explora los límites de la creación humana.

Y otro ejemplo, éste aún más reciente ocurrido en un premio literario en el que estoy involucrado. A diferencia de Eldagsen, no puedo desvelar demasiado porque a raíz de los hechos el premio todavía está en deliberación y no se han norificado todos los ganadores. Hace años que colaboro como jurado en los Juegos Florales que organiza una biblioteca de un pequeño pueblo. Mi tarea es la de leerme las obras de determinadas categorías y edades —pareado, poesía, microrrelato, prosa— y consensuar con el resto de miembros del jurado los premiados. Los participantes son niños, jóvenes y gente mayor del pueblo que via escuelas, institutos y de manera individual participan en el florido certamen.

"La IA ha ganado un premio literario y también un premio internacional"

Pues bien, ha ocurrido algo similar al premio de fotografía de Sony y resulta que una de las obras premiadas en la categoría de poesía no había sido escrita por quien la había presentado. Lo hemos sabido cuando la portavoz del jurado le ha comunicado el premio y, como hizo Eldagsen, también ha declinado el galardón alegando que no era mérito suyo sino del ChatGPT.

Lo que pronosticaba el amigo Joan en cierto modo ya ha ocurrido: la IA ha ganado un premio literario y también un premio internacional. Por el momento por separado, pero todavía quedan 245 días.

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