RESET, una lectura en ese

El pasado jueves el Grup de Treball Catalunya 2022 presentó el documento RESET: Crida per reactivar el país. El encargo, del anterior Govern de la Generalitat, tenía como objetivo la definición de políticas orientadas a garantizar la competitividad y el desarrollo del país en los posibles escenarios futuros derivados de la covid-19.

Coordinados por Victòria Alsina-Burgués y Genís Roca, 30 personas expertas en diferentes ámbitos han trabajado a caballo de dos legislaturas, con total independencia, en confinamiento y desconfinamiento. El resultado es un documento de 63 páginas con 91 acciones para conseguir 12 objetivos en tres grandes ámbitos: sociedad, economía y administración. He querido hacer una lectura crítica de él que comparto con vosotros.

El nombre hace y no hace la cosa

RESET es un nombre corto, memorable, que explica muchas cosas y que es en inglés. Y este es el problema; no porque sea en inglés sino porque si lo traducimos —puesta a cero— y leemos el documento, nos daremos cuenta de que lo que propone (y nos hace falta) no es poner el marcador a cero.

El subtítulo del documento "Crida per reactivar el país" lo explica mejor. Me gusta el término crida, interpela a todo el mundo, pide acción y es inclusivo; y me gusta que el marco mental, económico y social sea el del país. Pero la palabra que explica el documento y las propuestas que se hacen es reactivar, que viene del latín activus —relativo a aquello que se ha hecho—, una clara contradicción con el RESET del título. El propio documento dice "hemos querido imaginar un proyecto integral de transformación del país. No desde cero. En Catalunya tenemos un legado, tenemos un tramado y hemos considerado que tenemos un reto. Como lo hicieron aquellos pioneros de la igualdad, de la industria o del campo."

Un manual de Ikea

La economía, la aceptación de una tecnología, la difusión de un meme, la de un virus, el impacto de los movimientos sociales, y también, la actividad del país no siguen una curva lineal sino que lo hacen en una sucesión de curvas en forma de ese: con periodos planos, seguidos de periodos de máximo crecimiento hasta que se allana la curva otra vez. Visto así, el documento es un manual de Ikea de cómo montar la próxima ese.

Las acciones que propone son "razonablemente" posibles, a corto plazo, interpelan a todas las entidades públicas y privadas del país y redundan en el beneficio de las personas

Es por eso que las acciones que propone son "razonablemente" posibles, a corto plazo, interpelan a todas las entidades públicas y privadas del país y redundan en el beneficio de las personas. La ese es grande, hace falta mucha gente para montarla, las instrucciones son por definición incompletas y siempre falta alguna pieza.

Cuando hacíamos eses

El primer tren de España no fue el de Mataró-Barcelona. Fue el de La Habana-Güines en Cuba en 1837, 11 años antes. Miquel Biada, un mataroní que había hecho "las américas" era uno de los invitados a la inauguración. Enseguida vio el poder transformador de aquella tecnología que apenas empezaba en EEUU y en Inglaterra. Biada se propuso conectar Mataró con Barcelona. Cuando volvió a Catalunya su proyecto no fue recibido con mucho interés y se vio obligado a recurrir a capital extranjero. La línea Mataró-Barcelona se inauguró un 28 de octubre de 1848. El tren de la costa del Maresme también nos llevaba a la costa de la ese.

Solo cuatro años más tarde el ingeniero Domènec Cardenal empezó a dirigir las obras de construcción del Canal de Urgell. Un proyecto que venía de la edad media, pero que tuvo que esperar la tecnología de la 1a revolución industrial. La primera finca se regó en marzo de 1862. El mal llamado Canal de Urgell son en realidad dos canales y cuatro acequias principales que forman una red de cerca de 325 kilómetros que riega más de 70.000 hectáreas. Las eses del canal eran también las del crecimiento del país.

Los tres ejes que cubre el documento, social, económico e institucional (personas, dinero y poder) se pueden ver como los tres vértices de un triángulo de lados variables al que tenemos que mantener en equilibrio

Una mañana de septiembre de 1874 una chica custodiada por dos agentes se dirigía hacia el Hospital de la Santa Creu de Barcelona. Se llamaba Dolors Aleu, tenía 17 años e iba a estudiar medicina. Tenía que ir con escoltas porque era una mujer. Dolors Aleu pasó por muchas eses hasta que fue la primera mujer en España en licenciarse en medicina y muchas más hasta que en 1882 fue la primera en prensentar una tesis doctoral. Dolors Aleu hizo una ese histórica en la discriminación de la época, una ese que 140 años más tarde desgraciadamente todavía se encuentra en la zona plana.

El triángulo mágico

Los tres ejes que cubre el documento, social, económico e institucional (personas, dinero y poder) se pueden ver como los tres vértices de un triángulo de lados varialbes al que tenemos que mantener en equilibrio. Sin el empoderamiento de las personas, el triángulo se decanta y poder y dinero quedan en una situación de hegemonía. Si en cambio el poder pierde peso y personas y dinero quedan en superioridad, el beneficio propio pasa a ser prioritario y externalidades negativas y planificación a largo plazo quedan al margen. Por otro lado si las personas ocupan la parte baja, el poder se reparte el dinero en un entorno de élites extractivas que conocemos demasiado bien. En cualquier caso estos son equilibrios inestables que llevan a crisis sociales, económicas o políticas que también conocemos demasiado bien.

En cambio, las sociedades que consiguen mantener el triángulo mágico, un equilibrio inestable en tensión constante, llegan a una coyuntura de estado emprendedor donde el poder es no solo un buen gestor del dinero sino que es a la vez un motor de tracción generador de riqueza que redunda en el bienestar de las personas. Es la tesis del libro El estado emprendedor de Mariana Mazzucato que sale referenciado de manera directa o indirecta en buena parte del documento.

La España asimilada

Leídas las 91 recomendaciones que el Grup de Treball Catalunya 2022 me he guardado el documento bajo las etiquetas #síatodo y #pero. #síatodo porque el qué lo tengo claro, #pero porque el cómo, no tanto.

¿Podemos volver a la parte vertical de la ese en la situación económica, política y social actual? ¿Lo podemos volver a hacer? Sí está claro. ¿Hay que ser un estado para hacerlo? No. Si lo hicimos en 1848, en 1862 y en 1882, lo podemos volver a hacer ahora. Sí, #pero. El triángulo actual no es el mismo de 1852 cuando Francisco Jorge Torres Villegas publicó el Mapa político de España en el primer volumen de la "Cartografía hispano-científica". En el mapa se veía claramente a la España uniforme (la de habla castellana junto con Galicia), la España Foral (Pais Vasco y Navarra) y la España Asimilada (la antigua Corona de Aragón). La fuerza que empujaba abajo a las personas a mediados de siglo XIX hoy es más débil y los poderes político y económico son conscientes de ello.

Una mirada al mapa de la distribución de inversión por PIB regional o por habitante lo corrobora. Los importes acumulados de inversiones de 2015 a 2020 muestran cómo Catalunya fue la comunidad de régimen común que menos inversión pública del Estado recibió en relación a su PIB: 2,2%, lejos del 3,3 de la media española y del 10,2 de Castilla y León. Si lo miramos por habitantes Catalunya recibe 631 euros por persona, lejos de los 940 de la media española, de los 1.003 de Madrid y de los 2.256 de Castilla y León.

El domingo, Genís Roca recomendaba un artículo sobre el documento en Twitter. El pajarito hacía su magia y me añadía a continuación otro del escritor Francesc Serés que decía: "Madre mía. 63 páginas y en ningún momento hablan de España. Así, hasta, yo".

Me parece que para poder sacarle la etiqueta de #pero nos habrá que escribir un documento de RESET que sea 100% fiel al título.

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