Salimos y volvemos a entrar

Coronavirus ha sido elegido el neologismo del año en catalán. Así lo han decidido el Observatorio de Neología de la UPF y la Sección Filológica del Institut d'Estudis Catalans.

Todos los neologismos candidatos de este año tienen relación con la pandemia. Completan la lista de los diez primeros: videotrucada, conspiranoic, mascareta, teletreballar, infodèmia, grupo burbuja, desconfinament, traçabilitat y desescalada. No creo que sorprenda nadie. Tampoco creo que sea ninguna sorpresa que cuatro de los términos estén relacionados con medios o con tecnología (recordáis que desde un punto de vista funcional estas palabras sueño sinónimas), y que las unas sean consecuencia de las otras.

El confinamiento nos ha traído a pasar más tiempo del que sería deseable —tanto desde un punto de vista personal como social—buscados a casa. Esto comporta un exceso de tiempo de pantalla que o bien hemos destinado a teletrabajar o a teledropear. En definitiva ambas actividades nos cierran todavía más que no estábamos en nuestro grupo burbuja digital; el confinamiento ha aumentado exponencialmente los efectos de los filtros de contenido, las cámaras de resonancia y los silos informacionals. Las consecuencias son la polarización, la desinformación, la sobreinformación en el que entre todos hemos denominado infodemia.

Es en este panorama infodémico donde prosperan charlatanes, curanderas, brujos, chamanes, antivacunas, terraplanistas, haters de Bill Gates, anti 5G, fanáticos de Trump, seguidores de QAnon, traders ultramans y cantantes tronados; una mega-burbuja conspiranoica que se retroalimenta y que parece no tener final. Cuanto mayor es el mar del conocimiento más kilómetros tiene la orilla de la ignorancia. Podríamos empezar con Miguel Bosé y los microchips que Bill Gates nos quiere implantar al cerebro y no acabar nunca, pasando por la conspiración QAnon de políticos pederastas y actores de Hollywood que Trump tiene que encarcelar antes no acabe el mandato (también tenía que ganar las elecciones según QAnon). La mezcla de tiempo, estultícia y conexión de banda ancha, mata.

"El trabajo en pandemia se ha vuelto en telefeina en medio de la infodemia. No es extraño que el segundo término más votado haya sido "videotrucada"

Y el trabajo en pandemia se ha vuelto en teletrabajo en medio de la infodemia. No es extraño que el segundo término más votado haya sido "videotrucada". Yo habría añadido "mutejat". De hecho, es un término que arrastraremos estas fiestas (¿medio, semi, no-confinadas?) y por siempre jamás ya.

Y el intercambio de saludos más repetido continuará siendo:

  • ¿Se me escucha?
  • Estás muteado.
  • Ahora te escuchamos.
  • ¿Se me ve?
  • Te escuchamos pero no te vemos.
  • Salgo y vuelvo a entrar.

Pero a pesar de todo, la verdadera palabra del año, la que podéis leer entre líneas entre los diez neologismos finalistas, es salud. Demasiadas conversaciones empiezan por "¿Todos bien en casa?" y acaban con "Salud". Un accidente que ha llevado a la UCI a la hija de un amigo, otro amigo que anteayer moría de cáncer, un entrenador de fútbol amateur que moría por coronavirus, demasiados amigos que lo han cogido y que no me ha tocado la lotería me han hecho darme cuenta que el "Salud" con el que acabo mis correos de teletrabajo es mucho más que un formalismo. Salud.

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