La paradoja de Google Jobs

Fijaos que las grandes predicciones de futuro siempre se hacen a 20 años ver. La conquista de Marte, la inteligencia artificial (IA), la computación cuántica, la super inteligencia y la robotització son algunos de los temas recurrentes que siempre dejamos por 20 años más tarde. La razón es que 20 años es bastante lejos como porque haya bastante tiempos como porque el desarrollo tecnológico nos traiga estos grandes cambios y bastante cerca como porque creemos que tendrán un impacto en nuestra vida. Ahora nos estamos moviendo en la franja del 2030-2040.


Y cómo que hemos visto muchas películas tendemos a pensar que la IA es el HAL del 2001 y los robots son los Terminators T-1000 de Skynet. Sí y no. La inteligencia artificial, la que se denomina inteligencia artificial blanda, ya determina en gran parte qué hagamos y cómo vivimos más allá de la pizzería que la Siri escoge por nosotros. El muro de Facebook, las líneas de tiempos de Twitter e Instagram son gestionados por algoritmos de IA que determinan qué es más relevando de acuerdo con nuestros intereses. Y el mismo vale para la madre de todos los algoritmos: el de Google. Los resultados de las buscas de Google dependen de una multiplicidad de factores, también de los términos que buscamos y de qué resultado clicamos, es decir de cómo somos.

La inteligencia artificial blanda ya determina en gran parte qué hagamos y cómo vivimos más allá de la pizzería que la Siri escoge por nosotros

Pero cuando las predicciones las miramos a corto plazo el ejercicio ya no es tan apasionante. Primero porque la probabilidad que alguien se recuerde del que predijimos es más alta y segundo porque el que pase el año que viene seguro que nos afecta. Cuando debatimos de si un robot o un algoritmo nos tomará el trabajo, si pensamos que todos estamos expuestos y que la pregunta no es "si nos la tomará" si no "cuando nos la tomará" la cosa coge aires de Black Mirror. Llegará un día que robots, algoritmos y sistemas expertos harán el trabajo y tomarán decisiones por nosotros y supuestamente los beneficios serán tantos que nos podremos dedicar a hacer el que nos gusta, a ser humanos, pero mientras esto no llegue ¿qué pasa con los que se quedan por el camino?


Google acaba de tirar su servicio de busca de trabajo Google Jobs. No es un sitio web ni una base de datos de trabajo, es el mismo buscador. Buscando "trabajos alrededor mío", "trabajos de pintor" o "trabajos de más de 100.000k el año", Google nos devolverá la lista de ofertas que coincidan con la busca. Los resultados vendrán de las bases de datos de LinkedIn, Monster, CareerBuilder y Facebook (sí, Facebook). De momento estará disponible sólo en los EE.UU. y dependiendo del éxito el modelo se exportará en otros países donde Google firmará acuerdos con los servicios locales de busca de trabajos.

Está claro que Google no tiene bases de datos de trabajos —de momento las subcontrata— pero en poco tiempo tendrá la mejor base de datos de buscas de trabajo, visualización de anuncios y clics a ofertas; la haremos nosotros. Cruzando nuestros hábitos de busca con las buscas de trabajo, Google nos podría sugerir los mejores trabajos de acuerdo con nuestro estilo de vida y eventualmente nos podría sugerir trabajos mejores de la que tenemos. Podría ser que el servicio funcionara tan bien que agencias de colocación, oficinas públicas de ocupación y departamentos de recursos humanos tuvieran que cerrar, hecho que obligaría los trabajadores que se quedaran sin trabajo a ir a Google Jobs a buscar un nuevo trabajo para reciclarse.

Google nos podría sugerir los mejores trabajos de acuerdo con nuestro estilo de vida y eventualmente nos podría sugerir trabajos mejores de la que tenemos

Cuando hablamos de robots que nos sustituyen no hace falta que nos imaginamos máquinas en forma humana que se sientan a nuestra silla. Pensamos en cosas que antes hacía una persona de manera poco eficiente y ahora hace un algoritmo que no vemos de manera más eficiente. Pensáis en el tiempo que hace que no entráis en una agencia de viajes a comprar un billete de avión y como de bien los hubiera ido tener Google Jobs hace diez años a sus trabajadores.

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