La política de la felicidad

Las empresas todavía disponen de recorrido para mejorar en bienestar y satisfacción de los empleados. Así lo dice un estudio (Adecco 2016), donde seis de cada diez encuestados dicen que a sus empresas no aplican ninguna política en este sentido.

A las organizaciones es habitual que cuando se habla de bienestar laboral, se piense en los beneficios sociales de las personas que forman parte. Hoy en día está muy valorado que haya un buen ambiente de trabajo, flexibilidad horaria que permita la conciliación entre vida personal y profesional, y disponer de un buen salario. Aunque de este último, seis de cada diez trabajadores renunciarían a tener mejor sois a cambio de disfrutar de una mayor felicidad al trabajo.

"6 de cada 10 trabajadores renunciarían a tener mejor sois a cambio de disfrutar de una mayor felicidad al trabajo"

En cambio, del que no se habla tanto es del papel que tiene el mando en esta felicidad al trabajo, en cómo es capaz de despertar con cada una de las personas que forman parte de su equipo una excelente relación, que los ayude a identificar y desarrollar su talento, y mejorar en definitiva su realización personal. Os invito a hacer un pequeño ejercicio: Recordáis alguna experiencia positiva del pasado que os haga sentir realmente orgullosos... Y ahora, pensáis en alguna experiencia negativa, quizás costará algo más. Cómo ha ido...? De las experiencias que habéis recordado, tienen relación directa o indirecta con la cabeza que teníais entonces? La relación ningún/ colaborador ayuda en gran medida a tener una buena satisfacción y felicidad al trabajo.

Pero en este "matrimonio de conveniencia" hay diferencias importantes entre el que busca y recibe a cambio el colaborador de su Cabeza (Carnegie 2016); vamos a ver detalles.

En cuanto a los fundamentos, tener una relación cordial con la cabeza es más importando que estar centrado sólo en el trabajo en si mismo. Los aspectos emocionales de la relación ganan a los factores más racionales, ligados a la tarea. Por otro lado el colaborador valora del comportamiento de su cabeza que este respete las opiniones, que sepa dar reconocimiento sincero y que sea capaz de escuchar de verdad. Si cumplen estos requisitos, aumentará en un 65% su grado de satisfacción.

"Tener una relación cordial con la cabeza es más importando que estar centrado sólo en el trabajo en si mismo"

Estas competencias y habilidades que piden los colaboradores de sus cabezas no se aprenden fácilmente, cuando menos son fruto de la práctica profesional y de aquellas inversiones en liderazgo que estén dispuestas a hacer sus organizaciones. Pero no tan sólo será cuestión de destinar recursos, se tendrá que garantizar que este programa tenga éxito. Identificando empleados de alto potencial y ayudarlos a avanzar en su propio desarrollo. Será sólo cuestión de tiempo ver como aumenta la satisfacción y también felicitado de los colaboradores. Todo ganamos!

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