La jeringuilla del periodismo

Ahora que todo el mundo se vacuna abrimos el melón del porqué. ¿Razones? Porque estamos convencidos, porque las autoridades científicas lo recomiendan, porque la pandemia obliga, porque sí. O no, también hay quién declina recibir la dosis. Antes también pasaba. Por ejemplo, en los procesos de vacunación infantil, que tienen calendario propio, también llega esa duda. Jeringuilla, ¿sí o no?

La reflexión me lleva hasta aquí porque en este convencimiento de que sí (o no) tenemos que vacunarnos también tienen mucho que ver los periodistas, el periodismo en sí mismo como ejercicio de dibujo de una realidad social que cada día es más compleja y, a la vez, más sencilla. Porque con tanta información, vacunarse o no puede ser una conclusión después del análisis de fuentes orales ("mi vecina me ha dicho, mi cuñado opina...", ya saben), pero también el resumen de la lectura de informes, de reportajes científicos, de escuchar a los expertos... Hay tanta información a nuestro alcance que es más fácil de lo que pensamos concluir si nos vacunamos o no.

"¿El periodismo puede ayudar en la pandemia?", me he preguntado más de una vez en este largo camino. Al inicio, evitando el alarmismo; en plena alarma, apaciguando el fuego, pero contando lo que pasaba. Es una postura, sí, soy consciente. Pero si el periodismo puede ayudar de alguna manera es explicando con claridad lo que pasa a nuestro alrededor. Si llegan o no llegan vacunas, qué dicen o no dicen los expertos, cómo afecta esto al día a día.

El periodismo puede ayudar en la pandemia: al inicio, evitando el alarmismo; en plena alarma, apaciguando el fuego, pero contando lo que pasaba

Y en el caso de VIA Empresa, es evidente de que el periodismo ayuda narrando no solo la actualidad de los ERTE o los llamamientos de los empresarios desesperados por la falta de ayudas, sino también rascando un poco bajo la arena y descubriendo, como si fuera una ánfora, aquella historia empresarial que también es nuestra realidad. Este medio lo sabe hacer muy bien: lo hizo en su nacimiento, mostrando con las herramientas del periodismo -que son las suyas- la cara más optimista de una crisis que mordía los gráficos de crecimiento, allá por 2013. Ahora también es esa luz que ilumina entre las grietas. Como una bombilla incandescente.

Porque el periodismo puede construir siempre. Y en esta casa se sabe hacer muy bien.

Felicidades, VIA Empresa. Por siempre jamás.

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