El gozo del rollista

¿Cuánta gente lo conocía a Pablo Hasél antes de que saliera en los telediarios y en los diarios? Y de estos, ¿cuántos habían escuchado sus temas? Ya os lo digo yo: los amigos. En Spotify hay menos de diez temas que son colaboraciones con otros raperos y una lista de reproducción que lleva su nombre tiene 54 seguidores.

Dicho esto, me cuesta apuntarme al argumento fácil del "rapero mediocre que tiene derecho a cantar lo que quiera" y que ha tenido sus quince minutos warholianos. Primero porque soy un fanático del rap y reconozco el mérito que tiene hacer rimas con la intención de decir algo. Sigo el género de cuando nos llegó como rap-clap en 1980 y el único tema que podíamos escuchar en el transistor era el Gozo del rollista, el seminal Rapper's Delight de Sugarhill Gang (sí, antes los títulos de las canciones se traducían).

En la época del Yo Raps de MTV mis preferencias cambiaron de costa, del Fight the Power y Fear of a Black Planet de Public Enemy al gangsta rap de los NWA y sus Express Yourself y Fuck tha Police, un tema que, por cierto, los llevó a ser investigados por el FBI. Entre los miembros de los NWA había el Ice Cube, hoy estrella de Hollywood, y el Dr. Dre, creador de los auriculares Beats y posteriormente consejero de Apple. Con su álbum Straight Outta Compton pusieron la ciudad californiana de Compton en el mapa y en nuestro imaginario.

Me cuesta también porque yo soy de Tàrrega y Pablo Hasél —Pau Rivadulla— es de Lleida, y él, como los NWA hicieron con Compton ha puesto Lleida en el mapa. Me ha gustado escuchar Lleida en los diferente idiomas en que he escuchado noticias. Antes de Pablo Hasél, Lleida sólo era conocida por Carles Porta, con permiso del arte de Sixena. Hay una curiosa conexión entre gente que comparte acento que no es de Barcelona.

"Antes de Pablo Hasél, Lleida sólo era conocida por Carles Porta, con permiso del arte de Sixena. Hay una curiosa conexión entre gente que comparte acento que no es de Barcelona"

También me cuesta porque lo veo como un fenómeno de la red, en todos los sentidos. Me ha sorprendido en positivo cómo ha hackeado los medios sociales y los no sociales. Sin ventanas en los grandes espacios de comunicación ha sabido hacer de sus canales personales un espacio de combate, un Fight the Power digital a la altura de lo que reclamaban los Public Enemy en la película de Spike Lee Do The Right Thing. Y parece que encerrándose en el rectorado de la UdL esperando su detención, hizo the right thing.

Confieso que una vez decretado su ingreso en prisión no veía ningún sentido a la acción. Fue al ver la repercusión mediática global de unas imágenes hechas con un móvil que todo cogió sentido: Pablo Hasél, un fenómeno de la red y en red, trascendía el ámbito puramente digital y se materializaba en las calles del país.

Estos días, viendo la repercusión del asunto en las calles, repito, en las calles y no en la red (clicktivistas analizad la frase), me han venido a la cabeza los temas de los NWA Express Yourself y Fuck The Police. También me he imaginado a Pablo Hasél en la prisión viendo todo lo que está pasando; no he podido evitar empezar a cantar Rapper's Delight, que por cierto, me sé entera. I said-a hip, hop, the hippie, the hippie to the hip hip hop-a you don't stop the rock it to the bang-bang boogie, say up jump the boogie to the rhythm of the boogie, the beat…

Més informació
Las causas económicas de la revuelta en las calles
Clubhouse: interfaz, foco y momento
Hoy Destacamos
Lo más leido