PIB y bienestar

Para medir el crecimiento económico y el nivel de bienestar de un país se acostumbra a usar el PIB, que es la suma del valor de todos los bienes y servicios producidos durante un año en un territorio. Si esta cifra se divide por el número de habitantes, tendremos el PIB o la renta per cápita. Son datos que permiten hacer comparaciones con la riqueza de otros países y ver cómo evolucionan. Así, según Idescat, en el 2022 la renta per cápita de Catalunya era de 29.613 euros, la de España de 24.580 euros y la de la UE de 28.820 euros. Si lo comparamos con años atrás, veremos que los catalanes hemos perdido posiciones relativas.

La renta per cápita es una cifra útil para evaluar cómo va económicamente el país. Cuanto más crece la renta per cápita, parece que el país va mejor. Pero hay que tener presente que mientras unos sectores minoritarios de la población se enriquecen, hay mucha gente que pierde poder adquisitivo. Credit Suisse afirma que en el 2021, el 1% de la población mundial tenía el 23,1% de la riqueza. Oxfam Intermón denuncia que en España el 1% de la población tiene el 22,4% de la riqueza del país, y que el 10% tienen el 53,8%, mientras que el 50% de la población solo tiene el 7,8% de la riqueza.

Desgraciadamente, la desigualdad económica y social está creciendo por todas partes, cosa que crea tensiones y contribuye a hacer que el mundo vaya a peor. ¿Cómo se tiene que medir el bienestar? Para medirlo, hay que ir más allá del PIB o el PIB per cápita, que son indicadores útiles para medir el progreso material. Para medir el bienestar hay que tener presentes otros elementos que son básicos para el progreso social; el acceso a la educación, los servicios de salud, la disponibilidad de viviendas, el estado del mercado de trabajo, las pensiones, la esperanza de vida, etc. Son muchos los indicadores de prestigio existentes. Vale la pena destacar el Índice de Progreso Social que publica la UE o el Índice de Desarrollo Humano de la ONU.

"En España el 1% de la población tiene el 22,4% de la riqueza del país y el 10% tienen el 53,8%"

Para analizar la desigualdad de la renta disponible de los ciudadanos de un país el coeficiente Gini es una buena herramienta. Es un coeficiente entre el cero y el uno, donde el cero sería una igualdad perfecta, puesto que todo el mundo tendría los mismos ingresos y el uno, indica que todo se lo queda una sola persona. Con datos del 2022, Eurostat nos muestra que el coeficiente Gini de la UE era del 0,29 el de España del 0,32 y que en los países Nórdicos, que son los que tienen una desigualdad menor, el coeficiente se sitúa algo por encima del 0,25.

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Ahora la Generalitat de Catalunya acaba de estrenar el Índice de la Felicidad que ya usan otros países. El primer resultado ha sido bueno, 6,9 sobre 10, casi un notable. La política se tiene que centrar en mejorar la economía y la calidad de vida de los ciudadanos, por lo tanto, además de fijarnos en el PIB, tendríamos que tener presente también los indicadores de bienestar social. ¡Queda mucho trabajo por hacer!

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