consejera delegada de Intermedia Comunicació

Presumir de no hacer nada

12 de Agosto de 2024
Act. 12 de Agosto de 2024
Aina Rodríguez | VIA Empresa

"Tengo miedo de fardar de descansar", decía una de las integrantes del pódcast Gent de Merda en el último episodio antes de la pausa de verano. Y con esta frase empecé a reflexionar. El capítulo empezaba con una oda a la persona trabajadora, que llega en agosto agotada, autoexigiéndose y cubriendo las exigencias que no se atreve a pedir a los otros. Una persona que ha llegado a final de curso derrapando y que sueña con una siesta o unos cuantos días para parar y disfrutar de los libros, las risas y la vida de sus amigos.

 



Recomendaban el libro Cómo no hacer nada, de Jenny Odell, uno de los favoritos de Barack Obama y uno de los títulos más vendidos según The New York Times, tal y como apunta la faja que lleva. Y lo que yo hice fue comprarlo. Yo ya tenía un artículo preparado para entregar a VIA Empresa. Y en vez de "no hacer nada" más, decidí leer el libro para escribir. Desafiando al nombre del libro y preguntándome si el título del nuevo artículo tenía que ser Hacer el doble.

Volviendo a lo que escuché en el pódcast y lo que he leído en el libro, vivimos en una sociedad en la cual nos han educado a ser superproductivos. La aparición de dispositivos electrónicos portátiles no ayuda. Estos aparatos nos permiten trabajar o producir desde cualquier lugar. Parece que la valía de las personas viene determinada por todo lo que consiguen hacer en poco tiempo. Algunas empresas modernas incluso se jactan de ofrecer flexibilidad para conseguir que su gente produzca más. No fuera caso que lo hicieran porque sean más felices.

Del miedo de fanfarronear de descansar -porque si lo hacen reciben comentarios como "qué bien vives", "¿cómo te lo montas para hacerlo todo?", "de rodríguez, ¿eh?"-, hablaban las integrantes de Gent de Merda, las cuales muchas compaginan trabajos y el pódcast es solo uno de sus proyectos.

"¿Cuándo nos merecemos un descanso? ¿Cuando consideramos que lo necesitamos o cuando hemos llegado a un punto en el que si no nos lo permitimos, la calidad de nuestro trabajo se resentirá?"

Por cierto, tantos años llamándome Rodríguez y no ha sido hasta esta semana que he investigado sobre la expresión, de origen castellano y sin traducción exacta al catalán. La RAE, desde 1985, define rodríguez (así, en minúscula) como "hombre casado que se queda trabajando mientras su familia está fuera, normalmente de veraneo". El origen es de los años sesenta, cuando hubo el boom turístico y se construyeron hoteles y apartamentos de vacaciones en la costa. Entonces, la mayoría de trabajadores no disponían de muchos días de vacaciones y sus mujeres que trabajaban en casa y sus hijos marchaban a este lugar de vacaciones, dejando al hombre solo en casa. En 1965 se hizo una peli sobre el tema e incidía en el hecho que el hombre se encontraba con tareas domésticas que no dominaba y que también aprovechaba para intentar tener relaciones extramatrimoniales.

Bien, volvamos al tema. ¿Por qué nos sentimos culpables por descansar? ¿Cuándo nos merecemos un descanso? ¿Cuándo consideramos que lo necesitamos o cuando hemos llegado a un punto en el que si no nos lo permitimos, la calidad de nuestro trabajo se resentirá?

Odell dice que "el sentido de no hacer nada no es volver al trabajo más fresca, preparada para ser más productiva, sino más bien cuestionarse qué es lo que en la actualidad percibimos como ser productiva". La autora ha encontrado una manera de no hacer nada con la observación de pájaros, que estimula varios de los sentidos humanos. Por si os sirve como inspiración. No hacer nada puede servir para pensar qué podemos hacer para no hacer nada porque estimula la creatividad. No sé si os ha pasado que la idea más buena se os aparece cuando después de un largo paseo o cuando te estiras en la toalla de playa, con las gotas de agua resbalando hacia abajo.

 

"No hacer nada puede servir para pensar qué podemos hacer para no hacer nada porque estimula la creatividad"

El libro también habla de la economia de la atención, que es el estudio de la atención humana como un recurso escaso. A medida que los contenidos y las informaciones crecen ilimitadamente y la oferta es económicamente devaluada, el recurso más escaso y más preciado es la atención. Marcas, empresas y personas luchan por conseguir destacar entre el caos.

Estar un rato en las redes sociales para desconectar, agota. Consumir redes sociales es una fuente de información que es difícil de asumir para nuestros cerebros, que, además, estaban cansados, y por eso habían elegido hacer una pausa. La directora de VIA Empresa hablaba de la tendencia reciente de usar "móviles tontos" durante periodos como las vacaciones, para facilitar la desconexión digital. Los dumbphones tienen unas características que hacen que no se genere tanta adicción o dependencia. Son en blanco y negro y son muy sencillos, como los de la gente mayor, o como un libro electrónico. No me extrañaría verlos pronto.



Os animo, lectoras y lectores, a encontrar vuestra manera de no hacer nada este verano, y que me lo expliquéis, porque quizás me interesa probarlo.