Presupuestado y no realizado. ¿Quiénes son los culpables?

A principios de los años ochenta yo era un joven ingeniero de una empresa de tecnología que fue destinado en el Aeropuerto de Mallorca para mecanizar las operaciones de aterrizaje y despegue. Allí aprendí muchas cosas como, por ejemplo, que había aviones -generalmente completamente blancos- que, pese a estar delante de mis ojos, no existían. No figuraban en el plan de vuelos (no habían aterrizado, ni estaba previsto que despegaran) y, cuando preguntabas por ellos, te decían que no existían y que no hicieras preguntas inconvenientes.

Pero también me encontré un día con los directivos del aeropuerto discutiendo sobre unas obras que estaban decidiendo realizar a toda prisa. Cuando les pregunté qué sucedía me enteré de que estaban decidiendo en qué gastarse el remanente del presupuesto. Se acababa el año y quedaba un dinero sin adjudicar. Aprendí que, cuando se cierra el año, ya no puedes gastarte el dinero que estaba asignado y que no habías adjudicado. Aquellos remanentes vuelven a las arcas centrales.

Como ocurre cada año, ahora ha tocado hablar del dinero presupuestado por el gobierno español para hacer obras en Catalunya, y que no se ha gastado. Este tema tiene la vida mediática y real que tiene un sainete: es decir, corta. De sainetes de este tipo, en Catalunya, se han instalado varios. Se han convertido en un clásico, como determinadas fiestas mayores como la Patum o la Festa Major de Gràcia que no pueden faltar. El corredor mediterráneo, el aeropuerto que debe convertirse en un hub (¡por favor, dejen de utilizar esta palabra de una vez!), el turismo de calidad, los terrenos de la Nissan, etc. Cada año toca perder el tiempo con una palabrería determinada y especializada. Y así vamos echando. ¡Quién día pasa año empuja!

Nunca diré que Madrid tiene como objetivo hacer que Catalunya progrese adecuadamente. Pero cargar todos los barquillos sobre Madrid en los presupuestos, se me hace tendencioso

Como en todos los sainetes que he mencionado, la gente charla, entra, sale, pasa, cae, da risa, etc. pero el agua clara no la quitas. ¿Quién es el responsable de que lo presupuestado no se lleve a cabo? A primera vista se tiende a culpar a Madrid. Se dice que lo hacen para perjudicar a Catalunya. Nunca diré que Madrid tiene como objetivo hacer que Catalunya progrese adecuadamente. Pero cargar todos los barquillos sobre Madrid en este tema, se me hace tendencioso. Les cuento el porqué.

Entiendo que forzar el presupuesto del gobierno español para que se invierta en obra pública en Catalunya es un trabajo de los políticos catalanes. Presionan, lobby... díganle cómo quieran. Una vez conseguido, y viendo el constante incumplimiento de realizaciones sobre temas presupuestados, la Generalitat debería haber creado una oficina especializada en hacer que esto fuera como una seda. Un grupo de gente encargado de desbrozar el terreno para que lo que ha presupuestado el Estado para Catalunya, se llevara a cabo. Una especie de “ventanilla única” por temas presupuestados por Madrid. No me consta que esta oficina se haya creado. ¿Incompetencia o desidia intencionada?

Por otra parte, leemos noticias que nos informan de inversiones privadas que no se realizan. O que lo hacen sufriendo un retraso considerable. Unas de ellas son las relacionadas con la generación de energía verde. Por lo que leo, si Catalunya fuera un estado independiente sería el último de Europa en energías renovables. Adicionalmente, leo que determinados empresarios no pueden llevar a cabo proyectos por culpa de los obstáculos administrativos. El caso más escandaloso lo puso sobre la mesa el presidente ejecutivo de Bonpreu, quien dijo que abrir un local en Barcelona le había costado un montón escandaloso de años. Y cualquiera de ustedes sabe que, en la mayoría de los ayuntamientos catalanes, un simple trámite puede llevar a que, a partir de ese momento, odies por siempre jamás el concepto mismo de ayuntamiento y todos los que lo componen -políticos y funcionarios -.

Si Catalunya fuera un estado independiente sería el último de Europa en energías renovables

Entonces, mi pregunta es: ¿quiere decir que estos incumplimientos en la ejecución de obra presupuestada no son fruto de las trabas que ponen las administraciones catalanas y, en concreto, los ayuntamientos? Preguntado un reputado economista de todos conocidos me dice: “¡por ahí van los rasgos!”. Y, claro, los políticos no nos dan pistas porque todos tienen basura para esconder. Todos tienen ayuntamientos donde los que mandan son de sus partidos: PSOE, JxCat, la CUP, ERC, etc. Y cuando entras en intereses corporativos de partido, la cosa se difumina. Se denuncia un problema como si fuera una nube sin contenido. Y cuando esto ocurre es que hay interés en que nunca se sepa la realidad.

Bien, el periodismo de investigación, si quiere, ya tiene tema. Uno más.

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