Es habitual ver como un altísimo porcentaje de trabajadores se presentan a su lugar de trabajo por la mañana con tan sólo un café con leche o, todavía peor, sin haber almorzado. Por eso queremos poner el foco en los efectos de esta mala costumbre como metáfora sobre los resultados de una empresa. Aquí no quiero apelar a la (evidentemente necesaria) responsabilidad individual de cada cual verso su salud. Aquí quiero apelar directamente a los directivos de empresas, pequeñas y grandes: Señores/-se directivos/-ve: Hay una manera muy sencilla para mejorar los resultados a sus empresas y es consiguiendo que sus empleados coman mejor.
Así de sencillo. Invertir miles de euros en carísimas consultoras de gestión, en asesorías estratégicas, en expertos... puede no servir de demasiado si las neuronas de sus empleados no tienenel alimento que necesitan (provocando en el trabajador nerviosismo, ansiedad e irritabilidad), si los niveles de insulina se descontrolen (responsables del nivel de actividad, la memoria y del mal humor) y si el metabolismo se retarda (aumentando la sensación de cansancio y de falta de energía durante la tarde). De que sirve dar cursos de Excel a los empleados por la mañana si llegan –como un coche- en reserva porque no han almorzado cómo hacía falta?
Las empresas –entendidas como un ente individual- se perjudican a sí mismas cuando no tienen en cuenta la alimentación. Porque la alimentación de los empleados es el combustible que empuja la producción empresarial. La alimentación de los empleados es el combustible que empuja la producción empresarial. Gente sola a su lugar de trabajo mientras come algo rápida a mediodía. O que come de pie en un pequeño rincón con un microondas donde calienta una triste fiambrera de comer precocinado o de restos del fin de semana. Se cabe de estas situaciones lo más adecuado para un óptimo rendimiento de un trabajador? La alimentación laboral saludable no es un tema exclusivo del área de prevención de riesgos laborales sino un aspecto central de la estrategia empresarial.
No quiero poner el foco en los efectos de la alimentación sobre el absentismo y la prevención de enfermedades de alta prevalencia sino en el hecho que si un directivo quiere mejorar los resultados de su negocio, tendrá que empezar para tomarse seriamente la alimentación de su equipo. Cómo ya empiezan a hacer muchas empresas -desgraciadamente-, la mayoría extranjeras. Si un directivo quiere mejorar los resultados de su negocio, tendrá que empezar para tomarse seriamente la alimentación de su equipo.
Para acabar: En España, según el Asepeyo, un millón de trabajadores faltan a su lugar de trabajo diariamente, muchos debidos a enfermedades relacionadas con la alimentación. Imaginen qué derroche y, por otro lado, qué costes de oportunidad tan elevados para una empresa. Que la alimentación de sus empleados mejore es, en definitiva, mejorar los resultados de su empresa.