La robótica, la inteligencia artificial y el sistema educativo

La robótica y la inteligencia artificial han resultado omnipresentes en la sociedad actual. Los robots y las máquinas sustituyen progresivamente los humanos en los trabajos habituales. Este es un hecho incuestionable, dado que, sin olvidar los significativos adelantos en los vehículos autónomos que cambiarán la movilidad de personas y mercancías, hoy en día, no sólo los puestos de trabajo poco intensivos en conocimiento, o repetitivos, están sufriendo la presión de la tecnología computacional, también la afectación es, cada vez más perceptible, en trabajos calificados como la de los analistas financieros dado que la IA es capaz de analizar con rapidez tendencias, identificar pautas de funcionamiento de los mercados, perfiles oportunos ajustados a cada inversor y tomar decisiones con rapidez. También en las actividades de los abogados y médicos. Cuanto a los primeros en los aspectos asociados el análisis de la información, en busca de jurisprudencia aplicable o en la evaluación de la relevancia y consistencia de ciertos hechos o evidencias y, los segundos, en todos los aspectos asociados a la diagnosis por imágenes y la cirugía robotizada, aspectos en los que la IA ha avanzado muchísimo y la mecánica de precisión llega a niveles micrométricos.

Esta afectación sobre todas las actividades tiene una menor presencia y seguirá siendo muy reducida a medio y largo plazo, en todas aquellas profesiones con componente psicológica y de comprensión del ser humano, como en las asociadas al proceso creativo y el arte. Consiguientemente, los trabajos en los que la innovación y la creatividad son el núcleo central, como en los que la empatía, la espontaneidad y el rescoldo humano son el elemento nuclear, serán los que difícilmente serán reemplazables si bien no estarán exentos, sus profesionales, de conocer las potencialidades y los impactos sobre las mismas de la tecnología.

Hay muchas habilidades humanas que se dibujan amenazadas por la IA y la robótica, pero la tecnología también está generando nuevos puestos de trabajo

No dudo que hay muchas habilidades humanas que se dibujan amenazadas por la IA y la robótica, si bien la pandemia lo está escondiendo o aplazando, y que la presión de la tecnología computacional y telemática, sobre el mercado del trabajo, es cada vez más grande. Pero también es cierto, que la tecnología está generando nuevos puestos de trabajo y que hay que disponer de los profesionales por entomar-los y que, en muchos ámbitos, la sustitución será parcial y coexistirá simbióticamente con humanos. Consecuentemente hay que reflexionar y analizar detenidamente como, la omnipresente tecnología, afectará a las diversas profesiones, con el fin de ajustar los planes de formación asociados y, a la vez, los aspectos que requieren nuevos conocimientos por entomar las exigencias de los nuevos puestos de trabajo.

Así pues, asumiendo los aspectos positivos de la tecnología, no se puede minimizar los efectos negativos sobre el mercado laboral actual, entendiendo que es indispensable la necesidad de nuevas actitudes y aptitudes, un hecho que obliga a transformar con urgencia el sistema educativo. Un ajuste que tiene que eliminar las barreras entre ciencias y letras en los planes formativos de los más jóvenes y, a la vez, reformular la formación continúa, la formación ocupacional y los modelos de gobernanza académica, para entomar los nuevos requisitos de la sociedad y la industria 4.0 y la digitalización de los servicios, asegurando el progreso social.

Nos hace falta pues, un cambio educativo significativo que también tiene que afectar a la formación del profesorado y al modelo de gobernanza. Una formación que requiere de una estrecha simbiosis con el tejido productivo y, a la vez, una leal colaboración competitiva entre el sistema público y el privado. Una colaboración que a nivel del sistema universitario tiene que abrazar la investigación y desarrollo, dado que son elementos claves por la competitividad de la economía o el progreso social.

Una reforma educativa en la que es imprescindible una financiación más fuerte y estable en el tiempo y, a la vez, adentrarse en el reconocimiento de los resultados y la productividad

Una reforma del sistema educativo compleja dado que a la ve< tiene que considerar que, si bien Catalunya cuenta con un sistema educativo configurado por excelentes profesionales y con tecnólogos y científicos homologables al de los países avanzados, palancas competitivas que hay que poner en valor, resulta imprescindible reducir las desventajas respecto a otros países con quienes competimos. En esta línea, hay que recordar que Catalunya tiene una puntuación un 22,4% inferior a la media europea en el Regional Innovation Scoreboard, con valores no buenos en formación a lo largo de la vida, en la inversión en I+D privada y en innovaciones. A la vez, que la inversión en I+D de sector público representa casi el 44 % del total de inversión, mientras que la inversión privada se sitúa en el 57 %, todavía lejos de la proporción 33 % - 66 % que propone la Unión Europea.

Una reforma educativa en la que es imprescindible una financiación más fuerte y estable en el tiempo y, a la vez, adentrarse en el reconocimiento de los resultados y la productividad. Aspectos que exigen más autonomía y establecer prioridades estratégicas en todos los ámbitos, incluidos los asociados en la autonomía en la gestión con procedimientos de control y responsabilidad, asumiendo las bondades de la flexibilización y la diferenciación entre centros y, a la vez, la requerida cooperación competitiva, como sucede en la actividad profesional, entre las empresas y las instituciones. En definitiva, se requiere ajustar las normativas mencionadas a la sociedad 4.0

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