Ni rosa, ni azul

Cuando nuestro lema es “cuestionar el statu quo”, no nos queda otra que exactamente walk the talk; es decir, cuestionar las normas. Cuestionar si lo que siempre se hizo y funcionó de una forma es verdad y sigue funcionando. O si, por el contrario, debemos revisarlo y desmitificarlo. Y eso es lo que hemos hecho, preguntar qué colores asociamos a cada género.

Cuestionar si lo que el imaginario colectivo ha pasado de generación en generación sigue siendo vigente o si se basaba en una anécdota que se hizo norma. Decidimos preguntar a una vasta audiencia heterogénea con qué valores asociaban cada color, qué les connotaba cada color, y así intentar cruzar los resultados.

El resultado no es sorprendente, lo que nos confirma que hay tendencias que siempre se han repetido y reforzado, pero nos da matices. Y es ahí, en esos matices, donde podemos sacarle más jugo al estudio y desde nuestro rol como profesionales de marca construyamos marcas valientes, con propósito y activistas; más auténticas.

Es importante ver con qué valores va cada color, y a veces se puede contradecir 

Hay dos grandes reflexiones. Si vemos cómo han respondido, el color nos dice algo frío pero lo que cada cabecita asocia a ese color es intransferible. Ahí está el gran trabajo por hacer para cambiar y romper tópicos que, en definitiva, son los que construyen el género.

Los matices hacen la diferencia

El magenta y el rosa siguen siendo los colores más asociados a lo femenino, pero más por el hombre que por la mujer. Sorprendentemente, la mujer tiene más tendencia a vincular todos los colores a lo femenino. Podríamos convenir que este tópico de rosa-mujer lo perpetúa más el hombre que la mujer. El marrón en general no gusta mucho y curiosamente solo las mujeres lo asociamos a masculino, los hombres asocian el negro al masculino, a parte del azul, que es el obvio. El violeta es el tercer color que menos gusta pero también es de los colores más votados en otras categorías. Este matiz nos indica que este color tiene mucha carga pero, por otro lado, se asocia de una forma clara y aplastante a lo femenino. El dorado es el segundo color que menos gusta pero también es el que se asocia a prestigio y calidad. El poder para la mujer es rojo y para el hombre es negro. La libertad es blanca y verde. La confianza es verde, magenta y azul, y lo barato es amarillo, marrón y gris.

Es importante ver con qué valores va cada color, y a veces se puede contradecir. Lo que está clarísimo es que los tres colores más populares y que más gustan son, en este orden, el azul, el verde y el rojo.

Sin ser conscientes, nos vamos a un recuerdo que vinculamos a cada color y, en base a estas asociacions, construimos el género y perpetuamos un pensamiento más estereotipado y predecible

El concepto del color

Cuando hablamos de colores, mentalmente, culturalmente, históricamente y étnicamente ya tenemos una imagen mental de ese color. Sin ser conscientes, nos vamos a un recuerdo que vinculamos a ese color y, en base a esas asociaciones, construimos el género y perpetuamos un pensamiento más estereotipado y predecible. Es lo que llamamos "el concepto del color". Y eso es determinante para interpretar este estudio y para ser conscientes cuando tomamos decisiones para nuestras empresas, productos y marcas. ¿Estamos hablando desde lo que el color transmite o desde mi concepto del color? ¿Estamos hablando desde lo que el color es o desde lo que el color significa?

Solo teniendo en cuenta estos matices y conceptos podremos romper estereotipos y destruir tópicos. Solo así podremos cambiar la paleta de colores para dibujar un nuevo mundo con marcas, servicios, productos y mensajes más inclusivos, diversos y auténticos. En definitiva, tomando consciencia y cuestionando el statu quo.

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