Todos aquellos que ya me conocen, o incluso aquellos que alguna vez han podido leer alguna de las publicaciones que comparto en las redes, saben (o pueden intuir) que soy una gran enamorada del mundo de la salud, una apasionada de la emprendeduría y el talento, y muy especialmente, una adicta de todo lo que se hace "en Catalunya" y "desde Catalunya".
Y tal vez por eso algunos digan que soy demasiado optimista, pero los hechos no dejan de darme la razón. Barcelona y Catalunya tienen hoy una magnífica oportunidad para posicionarse como referentes en innovación y talento. Entre otras cosas, Barcelona es actualmente uno de los principales hubs del sur de Europa en ciencia, tecnología e investigación. Y el elemento clave del sistema de investigación de Catalunya son las estructuras que configuran el mapa público de I+D+i: sus universidades, sus centros y grupos de investigación, sus instituciones hospitalarias, y sus parques científicos y tecnológicos.
Catalunya cuenta hoy con instituciones tan punteras como el Barcelona Supercomputing Center (BSC), que acogerá al Marenostrum 5, el supercomputador más potente de España y entre los más avanzados de Europa, además de albergar uno de los primeros ordenadores cuánticos a nivel europeo. O el sincrotrón Alba, Barcelona Institute of Science and Technology (BIST), IRB Barcelona, Bellvitge Biomedical Research Institute – IDIBELL, Vall d'Hebron Institute of Oncology (VHIO), Vall d'Hebron Institute of Research (VHIR) - Vall d'Hebron Instituto de Investigación, etc.
Barcelona y Catalunya tienen hoy una magnífica oportunidad para posicionarse como referentes en innovación y talento
En cifras, el sector de las ciencias de la vida y la salud representa hoy el 8,7% del PIB del país, aglutina a más de 1.350 empresas biofarmacéuticas, sanitarias, medtech y de salud digital, y emplea a 247.000 personas, equivalente al 9% de la población activa.
Cuando este pasado lunes Robert Fabregat presentaba el informe de la Bioregión 2022, escuchaba los datos y sentía orgullo. Porque, a pesar de la incertidumbre provocada por la guerra de Ucrania, el aumento de la inflación y de los tipos de interés, y aún con medio pie saliendo de la pandemia, nuestras startups y scaleups de salud batieron un nuevo récord histórico captando 445 millones de euros en inversión.
Y, algo relevante. De esos 445 millones de euros captados, 117 pertenecían a fondos de inversión internacionales, una cifra tres veces superior a la de hace tres años. Por tanto, Catalunya está en el mapa del mundo y quien nos mira, desde fuera, reconoce y anhela nuestro talento. La investigación, la generación y retención de talento, y la innovación deben ser temas centrales y prioritarios en el debate político y social. Si no lo creemos, si no apostamos y no hacemos el eje vertebrador del país, perderemos estas primeras posiciones que hoy tocamos.
Pero ¿cómo seguir en la palestra y no retroceder posiciones? Como país nos toca ser valientes y abordar cinco ejes fundamentales.
Educación. Indiscutiblemente es necesario fortalecer nuestra propuesta educativa y estimular las inquietudes de nuestros jóvenes. Necesitamos trabajar por igual las capacidades técnicas y las habilidades personales. Y de la misma manera, es necesario trasladar este aprendizaje global y permanente al trabajador activo, dotarlo de herramientas para avanzar en un mundo extremadamente competitivo y cambiante.
¿Por qué no exportamos la marca Catalunya al mundo y la hacemos universal? ¿Nos lo creemos?
Talento. Según el ranking 2022 Startup Heatmap Europe, Barcelona es la tercera ciudad europea más valorada entre los emprendedores para iniciar una empresa emergente, situándose sólo por detrás de Berlín y Londres. Entre los valores de la ciudad destacan su urbanismo, el dinamismo local de todo el entorno de innovación y tecnología, disponibilidad de talento y rentabilidad. Por tanto, si ya captamos este talento, es nuestro trabajo fidelizarlo. Y esto pasa por propuestas de contratación imaginativas que, más allá de un salario competitivo, contemplen modelos de trabajo híbrido, flexibilidad, formación, cuidado de la salud mental, conciliación, planes de carrera y promoción profesional.
Producción. Catalunya y Barcelona son un laboratorio de talento y emprendeduría por excelencia. Incubamos los proyectos, los trabajamos, los hacemos madurar, pero nos queda ser centro de fabricación y producción, un verdadero motor de exportaciones. Necesitamos apostar definitivamente por la producción local, tejer alianzas con las empresas del territorio y completar toda la cadena de generación de producto. Debemos hacer evolucionar nuestro modelo económico actual, basado esencialmente en el sector servicios, hacia un modelo que dé también un peso relevante a la industria.
Es necesario que las instituciones locales hagan una verdadera apuesta por la investigación, la innovación tecnológica y el apoyo al emprendimiento. Más inversión, mejor fiscalidad, menos burocracia
Inversión. Más allá del capital privado, que se ha erigido como el aliado imprescindible y necesario de las empresas emergentes, es necesario que las instituciones locales hagan una verdadera apuesta por la investigación, la innovación tecnológica y el apoyo al emprendimiento. Más inversión, mejor fiscalidad, menos burocracia.
Hacer país. Y si en vez de vendernos las ideas y el talento, ¿lo empoderamos y lo hacemos crecer? Y si en vez de vendernos las empresas, las startups, las spin-off, ¿somos nosotros quienes empezamos a comprar? ¿Por qué no exportamos la marca Catalunya al mundo y la hacemos universal? ¿Nos lo creemos?