Por qué no nos dejan trabajar desde casa?

Esta misma semana, Genís Roca publicaba en su Twitter los últimos datos del IFR (International Federation of Robotics) y del INE sobre la presencia de robots en España: 34.528 (IFR, 2016), densidad de robots en España: 160 cada 100.000 trabajadores (IFR, 2017), uso de robots en España por parte de las empresas de más de diez empleados: 10,9 (INE).

The Future of work que suena mucho más cool que el futuro del trabajo es un tema del cual se habla casi cada día. Bien, quizás exagero, pero es verdad que parece que hay cierta preocupación por la llegada de los robots y de la inteligencia artificial a nuestros trabajos. Y no es una preocupación nueva. 

En septiembre de 2013, dos investigadores de Oxford, Carl Benedikt Frey y Michael A. Osborne, publicaron el informe The Future of Employment, donde exploraban la probabilidad que diferentes profesiones fueran ocupadas por algoritmos informáticos durante los próximos veinte años.

"La probabilidad que el 2033 los algoritmos informáticos desplacen a los arqueólogos es sólo del 0,7%"


El algoritmo que desarrollaron Frey y Osborne para hacer los cálculos estimó que el 47% de los puestos de trabajo en los Estados Unidos sufren un riesgo alto. Por ejemplo, hay un 99% de probabilidades que el 2033 los televenedors y los agentes de seguros pierdan su puesto de trabajo que será ocupado por un algoritmo. El 98% con los árbitros, 97% los cajeros, 96% de los chefs... camareros el 94% y así sucesivamente. Se quedan fuera algunos trabajos más seguros: la probabilidad que el 2033 los algoritmos informáticos desplacen a los arqueólogos es sólo del 0,7% por las características refinadas del trabajo y porque no produce grandes beneficios.

Aunque el ritmo del progreso es imparable, quedan unos cuántos años para el 2033 y hay que pensar no sólo en cómo tendremos que reinventarnos de aquí a una década si tenemos un trabajo de los sustituibles por una máquina, sino en como hacer que nuestro trabajo actual, el de esta década, nos haga felices. Sí, felices, porque pasamos la mayor parte de los días -y de nuestra vida- trabajando.

Cómo muy bien explica David Blay, dedicamos muchas más horas a la vida laboral que no a la personal. Blay, autor de Por qué no nos dejan trabajar desde casa? lo tiene claro: "Nos han educado para sentirnos culpables". Culpables por disfrutar de nuestro ocio cuando -según dicen- tendríamos que estar rindiendo laboralmente. Parece que para conseguir la deseada conciliación -que es uno de los factores que nos hace felices en el trabajo- tenemos que seguir un horario lineal. Es decir, que sólo podemos desarrollar nuestra profesión en horas consecutivas. Cómo si a las jornadas parciales o completas estuviéramos todo el tiempo al cien por cien.

"La idea de trabajar por objetivos y no por horas, irse porque ya has acabado tu trabajo, está todavía muy lejos de nuestro panorama laboral"

La idea de trabajar por objetivos y no por horas, que cuando acabas el que tenías que hacer puedes irse porque ya has acabado tu jornada, tanto si has tardado 30 minutos o 300, está todavía muy lejos de nuestro panorama laboral actual. Hace falta un cambio de mentalidad a escala empresarial, hace falta un aumento de la confianza en los empleados y, por supuesto, hace falta un alto nivel de compromiso y responsabilidad por parte de los trabajadores.



Un primer paso podría ser el teletrabajo. Trabajar desde casa, o desde cualquier lugar que no sea la oficina donde se puedan usar las tecnologías de la información y la comunicación para conectarse en el trabajo puede tener un impacto positivo sobre este necesario cambio de mentalidad. Demostrar que en casa se puede ser productivo, organizado y que se puede conciliar para ser felices.

En España 1,4 millones de personas trabajan desde casa (según el Monitor Adecco de Oportunidades y Satisfacción en la Ocupación elaborado por el grupo de recursos humanos e investigadores de Barceló y Asociados), una tendencia al alza si tenemos en cuenta que el 2005 eran 808.000 personas.

Este pobre dato de teletrabajo contrasta con el deseo del 69% de los empleados españoles que quieren trabajar desde casa pero que sus empresas no lo permiten. Ransdtad Workmonitor hizo 13.500 encuestas a profesionales ocupados de 33 países y la conclusión es clara: quieren, pero no pueden. 

Quizás algunos empresarios tienen miedo que todos sus trabajadores se quedan en casa si ofrecen la opción del teletrabajo y que las oficinas se queden vacías y por lo tanto, sin uso.

"Algunos empresarios tienen miedo que todos sus trabajadores se quedan en casa si ofrecen la opción del teletrabajo y que las oficinas se queden vacías"

Esto pasó en Automattic, la empresa propietaria de Wordpress, cuando tuvo que cerrar sus oficinas de 1.400 metros cuadrados en San Francisco porque de los 500 trabajadores que tenía la empresa el 2017, sólo cinco iban a trabajar presencialmente.

Ya me gustaría leer alguna noticia de estas aquí, pero como mucho hay casos como el de Repsol, con programas que combinan teletrabajo y presencia en la oficina con la opción de teletrebajar un día, dos o un 20% del tiempo diario. Dicen que tienen muy buenos resultados porque precisamente son los resultados los que priman por ante la presencia física en el puesto de trabajo.

Desde de hace tres años trabajo desde casa, desde un café, desde una playa, desde un aeropuerto, desde un tren, desde un hotel, donde quiero y cuando quiero. Pero soy autónoma y propietaria de mi tiempo. No tengo que dar explicaciones a nadie si me voy al gimnasio a las 11 de la mañana o trabajo desde las 5 de la madrugada. Ni el horario ni la cantidad de horas determinan la calidad de mi trabajo, sólo el trabajo en sí misma.

Los que hemos abandonado el deporte nacional del calentamiento de silla tenemos muchas cosas a enseñar a los empresarios y trabajadores que, en lugar de estar preocupados por la llegada de los robots a sus trabajos y empresas, tendrían que meter más interés e intención al impulsar medidas que permitan elegir desde donde se quiere trabajar, si desde casa o desde un café o desde la oficina.

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