La transferencia de tecnología y conocimiento a las empresas, un reto de país

Estas semanas he tenido la ocasión de coincidir en diferentes eventos relacionados con la investigación y la transferencia de conocimiento y tecnología. Primero fue el Node UPF, la semana de la transferencia de tecnología, y el Foro Económico y Social de ésta. Hace pocos días también el Cercle d'Economia, con motivo de la conmemoración de los 65 años del discurso de Jaume Vicens Vives, hizo patente la necesidad de la investigación y su impacto en nuestra sociedad. Y estos eventos coincidieron con el Barcelona Deep Tech Summit y el 3r Foro de inversión en deep tech, con más de 1.300 asistentes, que han podido conocer 50 proyectos de start-ups deep tech de diferentes ámbitos. De hecho, el gran reto del Summit es acelerar la llegada de la tecnología deep tech al mercado.

La investigación y la transferencia de conocimiento y la tecnología, su conexión con el mercado y, por lo tanto, su capacidad de impactar competitivamente se presentan como ámbitos clave para el desarrollo económico y social de un país, y la coincidencia de este tipo de eventos y tantos otros demuestran la voluntad del país de poner el foco, de trabajar y de encontrar los espacios en casa nuestra para continuar creciendo en este ámbito. En Catalunya partimos de una base potente: hemos desarrollado un montón de iniciativas encaminadas a hacer realidad esta correa de transmisión clave entre investigación, investigación aplicada, conocimiento y transferencia tecnológica y conocimiento al mercado. Expongamos algunos datos para situarnos.

Según un informe publicado por la ACUP, la Asociación Catalana de las Universidades Públicas, en el año 2020. las universidades públicas catalanas producen el 0,6% de la ciencia mundial, una cifra que se encuentra en crecimiento constante (crecimiento de más del 70% en el periodo 2000-2007). En relación con el PIB y la población, la producción científica catalana se encuentra en el mismo nivel que la del Japón, Alemania o Italia y claramente por encima de su participación en la comunidad científica. Un dato especialmente significativo que recoge el estudio es la eficiencia de las universidades catalanas en la producción científica. De hecho, las universidades públicas de Catalunya ocupan las primeras posiciones a escala estatal y se sitúan por encima de la media europea en publicaciones por investigador y en función de los recursos disponibles.

"Las universidades públicas catalanas producen el 0,6% de la ciencia mundial"

Contamos con los centros de investigación de Catalunyalos, los centros CERCA: más de 41 centros, más de 9.000 investigadores, más de 120 spín-off creadas, con una captación espectacular en el Estado de fondos competitivos... Y en este marco, también destaca el BIST, que agrupa a 7 de los centros de investigación más competitivos de Catalunya a escala internacional, entre ellos el ICFO, el Centre Genòmica o el de Biomedicina; todos ellos de alto impacto. O el mismo Barcelona Supercomputing Center como una de las infraestructuras de investigación y tecnología capital que hace muchos años que trabaja al servicio de la investigación y de la transferencia de su tecnología y conocimiento.

Y en general todos conocemos las famosas OTRI, Unidades de transferencia de conocimiento y tecnología en las universidades. Por otro lado, en cuanto a los centros de transferencia de tecnología y conocimiento en Catalunya, tenemos la asociación TECNIO, CIDAI o tantos otros impulsados por las mismas universidades, o Eurecat que nace de la fusión de diferentes centros de transferencia de tecnología sectoriales y/o territoriales y que hoy cada vez tiene un papel más relevante, con más de 700 profesionales vinculados, 181 patentes o más de 200 proyectos de investigación.

Otras iniciativas en esta línea son los doctorados industriales con más de 10 años en marcha, más de 900 proyectos, más de 315 tesis defendidas y 600 instituciones y empresas relacionadas.

A priori con esta descripción hecha parece que tenemos un buen punto de partida, y seguramente es así, pero desde la perspectiva del día a día de la empresa. o como directivo, y de acuerdo con mi experiencia, realmente estas iniciativas llegan a unos pocos, o en ámbitos muy determinados. Muchas empresas y directivos desconocen y están lejos de las universidades, de la investigación y de la transferencia de tecnología.

El profesor Xavier Ferràs en un debate hace más de un año en este mismo diario señalaba que las universidades actualmente premiaban las publicaciones científicas de sus profesores, pero no los casos de transferencia. "Los incentivos no se orientan hacia las transferencias y, por lo tanto, los profesores tampoco lo hacen", afirmaba.

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Seguramente este hecho, junto con estructuras de transferencia más pensadas desde la misma universidad, burocráticas y lentas, y no desde la necesidad de la empresa, impiden garantizar este flujo necesario. A la empresa le hace falta velocidad para resolver sus retos y ganar competitividad, y a la universidad le está costando adaptarse.

Hace mucho tiempo que lo hablamos y en nuestro entorno no acabamos de encontrar la solución. En otros entornos como el anglosajón, especialmente en Estados Unidos lo han encontrado con éxito patente, o en culturas europeas más próximas como la Alemania con sistemas de innovación y transferencia muy ligados a la empresa también. Parece que no nos tenemos que reinventar nada, simplemente adaptar ejemplos próximos y de éxito, pero síi nos hace falta de manera urgente hacerlo, porque nos va la competitividad del país.

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