Ejemplos llenos de color: Boticaria Garcia

En este confinamiento, las patrañas se han multiplicado pero por suerte algunas divulgadoras están consiguiendo llegar a grandes audiencias

Marián García, @boticariagarcia en redes | Cedida Marián García, @boticariagarcia en redes | Cedida

Son las 7.30 de la mañana de otro día gris. Lleva toda la noche lloviendo. Sin parar. Bowie duerme hecho una bola a los pies de mi cama. He de levantarme para hacer un “desayuno” en directo en Instagram, atender dos reuniones online con clientes, revisar el correo, bajar al perro y hacer los 250 pasos que mi wereable me recuerda que debo hacer cada hora. Y lo cierto es que cada día me cuesta más hacer lo que tengo que hacer.

Espera, espera… ¿Otro artículo en plan bicho bola? Pero ¿no eras tú la que decías que no querías caer en ese estado? No seré yo quien niegue la realidad, pero hay muchas más realidades. Y algunas de ellas, llenas de color.

Como el cesto con limones que esta mañana estaba en el portal de mi edificio con una nota manuscrita con bolígrafo rojo que decía “de nuestro limonero. Si queréis, serviros. Saludos y Salud”. Con Mayúscula.

O como la peluca roja de Marián García, @boticariagarcia en redes, que desde la cocina de su casa nos canta, a lo Mónica Naranjo, cómo congelar verduras con toda seguridad. O como los arcoíris que @LaVecinaRubia comparte en su cuenta de Instagram. Ejemplos de color hay, si quieres buscarlos. En los portales o en las redes sociales.

Es una obviedad que se ha disparado el uso de redes sociales durante esta pandemia pero si queréis datos, Comscore publica regularmente en su web cómo va evolucionando el comportamiento online de los usuarios en los países más afectados por el coronavirus.

La información –y los bulos- se han multiplicado por mil aunque por suerte algunas divulgadoras están consiguiendo llegar a grandes audiencias. Y yo que me alegro.

Marian García, doctora en Farmacia y Nutrición, a quien conocí antes de que fuera un estrella televisiva, hace un directo cada día en su cuenta de Instagram desde que empezó el confinamiento. Por su sillón zorromostro –guiño para sus seguidoras- han pasado especialistas de casi todas las disciplinas médicas para solventar las dudas sobre el coronavirus de sus más de 237.000 seguidores. Desde su “BotiTV”, que va por el capítulo 26, la Boticaria García responde, divulga, ayuda, apoya y pone color y humor a cada cosa que hace, una máxima en su estilo divulgativo.

Algunas de las infografías donde explica de forma sencilla las medidas para frenar la pandemia, han sido plagiadas, imprimidas y repartidas por todo hijo de vecino. Incluso, por alguna administración pública que se olvidó de citar la fuente.

Marian no es nueva en esto de la divulgación. La pandemia la ha hecho llegar a más gente, pero ella lleva sembrando desde 2014, cuando arrancó su blog por el que a día de hoy, pasa un millón de visitas al mes. Los contenidos sobre el uso correcto de mascarillas no han hecho más que empujar un trabajo que ya estaba posicionado por explicaciones sobre la diferencia entre el ibuprofeno de 400mg y el de 600mg o cómo acabar con los piojos. Con su salto a la televisión nacional, en el programa Zapeando, ha conseguido llevar la divulgación científica a un público masivo que, por desgracia, vive a espaldas de la ciencia y cree demasiado en los bulos.

Como adscrita –otro guiño para sus seguidores- y amiga no puedo estar más orgullosa y no dejo de recomendar su estilo directo y claro para explicar casi cualquier cosa a todas las personas que quieran información basada en evidencia. Siempre que puedo le agradezco su trabajo y hoy además, he aprovechado para preguntarle cómo ve él éxito en redes sociales de perfiles como el suyo.

“Las personas confían en las personas. Un ciudadano, en general, no sigue a la marca deportiva Nike pero sí sigue a Cristiano Ronaldo y se fija en que Cristiano  lleva una gorra de Nike. Si Cristiano Ronaldo lleva esa gorra, es probable que el fan de Cristiano también se compre la gorra en cuando pueda”, me explica Marian vía wasap utilizando un sencillo ejemplo, marca de la casa.

“Lo mismo ocurre con la educación en salud”, continua. “Las personas, en general, no siguen a la OMS, ni al Ministerio de Sanidad, ni a la EFSA. Pero sí siguen a personas que les hacen sentir bien o en las que confían como La Vecina Rubia. Y si La Vecina Rubia hace un post, según las recomendaciones de la OMS, diciendo que es mejor desinfectar con lejía en agua fría en lugar de con agua caliente, sus seguidores, que confían en ella, usarán agua fría.

Pero aun hay más, si además de decirlo en un post, La Vecina Rubia saca sus armas, usa el humor, y versiona a Blancanieves diciendo que hay que usar agua fría con la lejía… habrá provocado un sentimiento, una reacción en quien la sigue. Ya no es información, es también una emoción. Y ese concepto se quedará para siempre”.

Boticaria García y La Vecina Rubia se retroalimentan y juntas llegan a casi 3 millones de personas que, como yo, usan las redes sociales con fruición. Ellas ponen color a los días grises al tiempo que ofrecen información contrastada, útil y necesaria.

Gracias.

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