"Hasta el domingo no puedo escribir"

Tengo que reconocer que la semana que hemos despedido ha sido la más intensa no ya de mi confinamiento, sino de todo el año

Una mujer durante una grabación de un rodaje | iStock Una mujer durante una grabación de un rodaje | iStock

Último domingo de mayo. Mientras el pollo y el conejo de la paella se sofríen con aceite de oliva virgen extra, preparo la mesa en la terraza para nuestra primera comida social. Héctor y Antía, los dueños de India, vienen a visitarnos como consuegros caninos. Con ellos he experimentado todas las posibilidades de la fase 1: mis primeras cervezas en una terraza y mi primera comida en casa con 10 personas, o menos, en este caso. Por cierto, que lo de mantener la distancia de seguridad queda muy bien en los anuncios gubernamentales, pero es harto difícil, en terrazas y en casa. 

Es un domingo deseado, por la paella y por el descanso dominical porque la semana que terminó ayer ha sido la más intensa, no ya del confinamiento, sino del año. De hecho, hasta el domingo no he podido encontrar un rato para escribir mi diario de desescalada y eso, para una autónoma como yo, es una buena noticia..

"No he podido encontrar antes un rato para escribir mi diario de desescalada y eso, para una autónoma como yo, es una buena noticia"

Las escuelas de negocio están trabajando a toda máquina, trasladando a entornos online toda su oferta formativa. Es curioso porque como consultora, en los últimos dos años he aconsejado a varias de ellas que empezaran a explorar otros formatos de aprendizaje a través de herramientas digitales, pero ha tenido que ser la necesidad la que abra canales digitales y no la visión o la anticipación. Solo cambiamos por necesidad y eso lo hemos aprendido a golpe de pandemia. Pero ojo, el proceso de digitalización de un negocio es mucho más complejo de lo que parece.

Tres webinars, dos cursos online grabados, un podcast live y varias reuniones online con clientes de Córdoba y Valencia. Los cursos, podcast y reuniones formaban parte de mi vida profesional antes del confinamiento, pero los webinars me han descubierto que el desgaste es igual o mayor que una formación presencial. Sin embargo, el precio hora que ofrecen la escuelas por una formación online es sensiblemente inferior al que cobramos por una sesión presencial. ¿Acaso no soy la misma profesora que imparte el mismo conocimiento y con la misma pasión, metodología y entrega? Tres horas mirando a la cámara de mi portátil, intentando sacar alguna interacción con los alumnos, jugando con todos los recursos disponibles en las plataformas digitales como Teams, Zoom o GotoWebinar, tiene el mismo valor que tres horas presenciales. O más. Porque en términos de desgaste, es mucho más agotadora, intensa y solitaria que una sesión presencial. Hasta que las escuelas no le den el mismo valor a las formaciones online que a las formaciones presenciales, no me creeré que se han digitalizado. Si su apuesta no es online 100%, sus resultados tampoco lo serán. Y aunque ahora no lo vean, el camino digital parece el único para poder continuar con el negocio de la formación.

"Hasta que las escuelas no le den el mismo valor a las formaciones online que a las formaciones presenciales, no me creeré que se han digitalizado"

Después de 3 años subiendo a Barcelona a grabar cursos online para grandes compañías, esta semana he grabado desde casa, desde el barrio de Ruzafa. Seguramente sin la pandemia no hubiéramos pensado que no hacía falta ir a Barcelona, sufrir el Euromed, los madrugones, y el gasto asociado al desplazamiento a la ciudad condal. Grabar en Valencia es más barato, más cómodo y más rápido. Una oportunidad para las productoras valencianas que deben aprovechar la imposibilidad de movernos entre provincias para ofrecer productos y servicios a empresas de Madrid o Barcelona que han de sacar adelante el trabajo pero no pueden desplazar a sus profes.

Una semana dura como la que he pasado se lleva mejor si puedes compartir una hora de tu tiempo conversando con Javi Creus y con Xavier Marcet.

Desayuné virtualmente con Javi Creus el jueves, a las 11 horas y la calidad de sus reflexiones me acompañó todo el día. Gracias a Belike Software he podido conversar, aprender y disfrutar con grandes pensadores. Y a Javi Creus lo tenía pendiente.

Su informe del Observatorio de Capacidades Emergentes, que ya lleva 1.300 descargas, es un ejemplo fantástico del trabajo que hace desde Ideas for Change, la consultora de la que es fundador y que se dedica, entre otras cosas, a diseñar futuros que molan. Irresistible escucharle, tomar notas y pensar en las escuelas de negocio a las que intento asesorar. La próxima vez que tenga ocasión les explicaré que “si quieren cambiar, lo primero que hay que pensar es qué van a dejar de hacer para liberar energía. Priorizar la conectividad sobre la movilidad ya es un paso importante". Los alumnos ya no necesitan ir a las escuelas de negocio, necesitan conectarse con herramientas potentes, saber cómo sacarle partido a 3 horas frente a una pantalla. Han aprendido el valor del tiempo.

Javi Creus habla del futuro como si de un videojuego se tratara. “En las organizaciones hay que estar pensando siempre en la siguiente pantalla y quien no lo hace, puede caerse del futuro". Incontestable.

Llegué al viernes con una cita que abre un futuro que mola: Panamá.

Xavier Marcet y yo analizamos las claves de la transformación digital de la banca para una audiencia situada en el país centroamericano y en España.

Liderazgo, management, innovación, post covid y unas pinceladas de identidad digital para directivos, fueron los temas que tratamos durante 60 minutos. Delicioso compartir tiempo de pantalla con una de las personas mas inspiradoras que se han cruzado en mi camino en los últimos años.

Sin duda, un punto y final para una semana que sabe mucho a recuperación, a remontada, a ilusión.

Bienvenidos a la fase 2.

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