El debate lo pone encima de la mesa Compromís en las Cortes Valencianas. El partido político tramitó en el parlamento valenciano una Proposición No de Ley poco precisa, pero interesando en el sentido que apuesta por la necesidad de encaminar la educación a las aulas hacia el futuro laboral. Concretamente, proponía implementar un programa educativo dirigido a los jóvenes a partir de los 16 años que los formo, desde una vertiente práctica, "por el ejercicio de sus derechos laborales, especialmente ante situaciones de precariedad y/o discriminación". ¿Es viable? ¿Cómo se tendría que incluir al currículum escolar? ¿Hace falta?
La propuesta se escuda en el artículo 23 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que reconoce el derecho de todas las personas al trabajo, a la libre elección de su ocupación, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el paro; defienden que todo esto también está reconocido en la Constitución Española, en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea y en la Carta Social Europea.
Papel mojado, porque la realidad es otra muy diferente que todos conocemos de primera mano o por personas de nuestro entorno: horarios que se incumplen, horas extras que se pagan en negro, falsos autónomos, etc. Por eso, "para fortalecer la lucha en la defensa de estos derechos", desde Compromís ven "importante" que "los mismos trabajadores y trabajadoras conozcan sus derechos y su aplicación práctica, para poder reclamar en caso de verlos conculcados en su puesto de trabajo". ¿Cómo lo ven investigadores, sindicatos y empresarios?
Óscar Requena, investigador de la UV: "En las universidades hay alumnas que desconocen el que es un convenio colectivo"
El investigador en Formación al Departamento de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universitat de València, Óscar Requena, critica la formulación "demasiada general" de la propuesta y con poca "precisión", pero la voz "adecuada y plausible" porque observa que "la mayoría de los jóvenes desconocen un buen puñado de conceptos laborales, no necesariamente técnicos, que son básicos". Pone como ejemplos que "en las universidades hay alumnos que desconocen lo que es un convenio colectivo y esto es en buena parte por culpa de la falta de costumbre de leer".
Requena considera que en los ciclos de formación profesional de grado medio y superior "no hace falta" una formación adicional de este tipo porque los contenidos ya están incorporados en los módulos de Formación y Orientación Laboral (FOL) y Empresa e Iniciativa Emprendedora (EIE). Sí que ve "con buenos ojos" incluir al Bachillerato o en la universidad "una asignatura parecida a FOL", "especialmente en las carreras no relacionadas con las ciencias sociales". "Aun así, creo que esta propuesta de Compromís se podría completar añadiendo el aprendizaje de los derechos fundamentales y de los derechos laborales en la ESO, cuando todavía no están en edad de trabajar", apunta Requena.
El investigador apunta que estos contenidos también se pueden impartir por la vía de la educación no formal o informal, que ya "se podrían llevar a cabo sin necesidad" de la proposición no de ley. De todos modos, Requena subraya que le parece "una idea magnífica" crear talleres prácticos de recreación de situaciones laborales, y da unas cuántas ideas: entrevistas de trabajo, qué preguntas se pueden no contestar, qué otras no se tienen que contestar (por cuestiones de intimidad) y los modos de evitarlas; tipo de contratos laborales; la configuración del salario, comprender la nómina; como calcular una indemnización por finalización de contrato; como redactar una carta o reclamación ante la empresa; o utilizar realidad virtual para explicar los riesgos laborales de una manera más realista y atractiva para los jóvenes.
Por último, el especialista Óscar Requena reflexiona que a la hora de incluir nuevos módulos en el currículum educativo "el problema es el de siempre": "¿Que quitas? ¿Qué asignaturas sacas para incluir esas temáticas?". Él sostiene la posibilidad de "sustituir, aunque sea parcialmente, los contenidos de la asignatura de historia de las religiones o la alternativa que cursa quien no quiere estudiar religión" para dedicar ese tiempo "en cuestiones de cultura general o para lograr habilidades cotidianas".
STEPV: "Está bien que un partido de gobierno se preocupo por el futuro del alumnado, pero también se tendría que preocupar para mejorar las condiciones laborales de los actuales trabajadores"
Preguntamos sobre la propuesta al responsable del Sindicato de trabajadores y trabajadoras de la enseñanza del País Valencià (STEPV), Marc Candela, por su doble condición de sindicalista y docente. Señala que está de acuerdo en el hecho que se trate la cuestión, y ya lo manifestaron "cuando la LOMQE incluyó la emprendeduría en Primaria". "Es importante que el alumnado, cuando salga al mercado laboral, sepa los problemas que pueden tener y a quienes se pueden acercar", comenta. De todos modos, sostiene que les "genera dudas": "¿Cómo se impartirá esto, cuando y quien lo hará? En los centros educativos se están introduciendo cambios importantes sobre plantillas recortadas, como el plurilingüismo o la educación inclusiva. Si tiene que ir a expensas del profesorado, será todavía más trabajo".
Por otro lado, lanza una pulla a los gobernantes: "Está bien que un partido de gobierno como Compromís se preocupe por el futuro del alumnado cuando se incorpore al mercado laboral, pero también se tendría que preocupar para mejorar las condiciones laborales de los actuales trabajadores, luchar contra la precariedad laboral, contra la economía sumergida... La inspección de trabajo necesita mucho personal. Estaría bien que pidieron en el Gobierno central la transferencia de ese cuerpo de inspección para atajar estas carencias".
Clara Torrijos, CEO de GoKoan: "El Estatuto de Trabajadores habla de derechos y de deberes. Son dos caras de una misma moneda"
"Siempre es positivo que el ciudadano esté informado respecto al ejercicio de sus derechos y deberes"
Todo este conocimiento sería útil para los futuros trabajadores, pero también para los futuros empresarios, que con frecuencia se lanzan a emprender un negocio sin tener una base empresarial. Lo sabe bien Clara Torrijos, CEO de GoKoan, startup valenciana que ofrece un método que personaliza planes de estudio para preparar oposiciones y da los materiales necesarios: "Siempre es positivo que el ciudadano esté informado respecto al ejercicio de sus derechos y deberes". Torrijos dice que le parece "oportuna y necesaria", pero "incompleta": "Implementar un programa educativo es costoso a todos los niveles y requiere grandes esfuerzos, así que podría aprovecharse para hacerse una propuesta mucho más enriquecedora. El Estatuto de Trabajadores habla de derechos y de deberes: son dos caras de una misma moneda".
Por otro lado, observa que "sería muy interesante aprovechar para formar a los jóvenes en temas de especial importancia" que los emprendedores han "echado de menos", como "diferencias entre trabajar por cuenta propia y ajena, tipo de contratos laborales, tipos de convenios colectivos, pasos y recursos para constituir una empresa, educación básica financiera o nociones básicas sobre fiscalidad". "Quedarse sólo con los derechos es, a mi juicio, una propuesta incompleta. Sin poner en entredicho en ningún momento que sea necesaria", matiza.
Este medio se ha puesto en contacto con asociaciones empresariales que, de momento, han preferido no manifestarse sobre el contenido de la propuesta. En todo caso, tampoco urge a los representantes políticos: se presentó el 20 de enero y, de momento, todavía no hay fecha para su debate, que podría llegar después de Pascua. Habrá que esperar, por tanto, para ver como se concretaría su aplicación.