Fraudes al seguro: donde se cometen más y los últimos engaños

En Catalunya la tasa de fraude ha crecido del 0,96 % al 1,48 % en la última década

Un abollón en un automóvil. En ocasiones se reclaman daños preexistentes o que quedarían fuera de la cobertura del seguro | iStock Un abollón en un automóvil. En ocasiones se reclaman daños preexistentes o que quedarían fuera de la cobertura del seguro | iStock

Cada año que pasa se detectan más intentos de fraude al seguro ya sea en el del vehículo, del hogar o para cubrir el riesgo ante cualquier incidencia. En Catalunya, la tasa de fraude ha pasado del 0,96% al 1,48% en la última década, según datos del Mapa AXA del Fraude en España, en el que esta compañía de seguros analiza la evolución por territorios y los engaños más frecuentes. En el conjunto del Estado, la tasa se ha doblado en este mismo período, del 0,95% de 2012 al 1'95% de 2022. El crecimiento ha sido constante, con un repunte en 2020 coincidiendo con la pandemia de Covid-19 y el confinamiento. Pero, ¿cuáles son las comunidades con más fraude y las que menos tienen?

En la última década, las comunidades más cumplidoras son Madrid –en primera posición desde 2014–, País Vasco y Catalunya, pero los catalanes se han caído del podio este 2022 al verse superados, por los pelos, por Castilla-La Mancha, según los datos del último informe anual de AXA. Y respecto a las menos cumplidoras de los últimos diez años están las dos ciudades autónomas –Melilla y Ceuta– y Andalucía. Sin embargo, Ceuta es un caso sorprendente porque de estar entre las tres localizaciones con más fraude entre los años 2014 y 2016 se situó entre las tres de menos fraude en el 2017. Este 2022 ocupaba la quinta posición, precisamente por detrás de Catalunya.

Esta es la clasificación a partir de los datos del reciente X Mapa AXA del Fraude en España, con las tasas de 2022 y 2012, diez años atrás.

 

Tasa de fraude al seguro (ordenada de más a menos)
 Posición  Comunidad  2022  2012
 1  Melilla  18,40 %  0,78 %
 2  Navarra  3,06 %  0,81 %
 3  Múrcia  3,01 %  1,11 %
 4  Andalucía  2,89 %  1,35 %
 5  Cantabria  2,65 %  1,40 %
 6  País Valencià  2,62 %  0,92 %
 7  La Rioja  2,53 %  0,89 %
 8  Canarias  2,49 %  0,94 %
 9  Galicia  2,14 %  0,94 %
 10  Castilla-León  1,98 %  0,72 %
 11  Aragón  1,86 %  0,81 %
 12  Asturias  1,71 %  1,34 %
 13  Extremadura  1,70 %  0,75 %
 14  Baleares  1,68 %  0,75 %
 15  Ceuta  1,50 %  0,53 %
 16  Catalunya  1,48 %  0,96 %
 17  Castilla-La Mancha  1,46 %  0,81 %
 18  País Vasco  1,32 %  0,84 %
 19  Madrid  0,89 %  0,60 %
   Media estatal  1,96 %  0,95 %

 

La movilidad (seguro del vehículo) sigue siendo la que registra un porcentaje más elevado de fraude. Sin embargo, ahora sólo cinco de cada diez fraudes corresponden a movilidad cuando, hace una década, eran siete de cada diez. En este área, el 90% de las casuísticas están relacionadas con supuestos siniestros de circulación. Y un dato a destacar es que, en 2022, un 6% de los fraudes en este segmento han utilizado la coartada del robo, cuando eso apenas ocurría una década atrás.

En el ramo de multirriesgos (hogar, comercio, oficinas, ...) el porcentaje se ha duplicado en los últimos diez años al pasar del 7% al actual 13%. El aumento de situaciones climáticas severas ha servido de coartada para fingir o exagerar daños. Un 54% de los casos fraudulentos están relacionados con daños causados por el agua.

Por lo general, las aseguradoras se enfrentan a tres tipos de fraude: el ocasional u oportunista, que se aprovecha de un siniestro para reclamar daños preexistentes o exagerarlos; el premeditado, cuando los daños son planificados; y el organizado, perpetrado por bandas o tramas organizadas. Los daños pueden ser materiales o corporales.

Respecto a los fraudes oportunistas, más de la mitad corresponden a siniestros reales en los que el asegurado ha intentado aumentar o introducir daños que nada tenían que ver. De éstos, entre un 50% y un 60% eran por importes inferiores a 600 euros.

Un 41% de los fraudes corresponden a situaciones en las que el asegurado actúa de forma premeditada o planificada para obtener beneficios económicos del seguro ya sea por daños reales o ficticios. En este caso, el coste medio oscila entre 3.000 y 4.000 euros. En cuanto a las tramas organizadas, éstas sólo significan un 3% de los casos, pero los importes que intentan defraudar son muy superiores.

En los últimos años han aparecido nuevas tipologías de fraude. Por ejemplo:

Seguro de vehículo. Personas que se dan de alta como profesionales de la compraventa de vehículos ofrecen por internet seguros con descuento en los que hacen pasar automóviles de terceros como si fueran de la flota de un concesionario. Pero este tipo de seguros tiene limitaciones en la cobertura de la responsabilidad civil a personal autorizado, en un determinado radio de kilómetros y en horario comercial.

Turista intoxicado. Se han repetido los casos de turistas extranjeros que, una vez han regresado a sus países, reclaman a los tour operadores con los que han contratado el viaje una indemnización por supuestas intoxicaciones alimentarias en los hoteles. Esto ocurre más con los turistas de países con normativas laxas en cuanto a la demostración de prueba del daño y acreditación de la causa.

Liquidación de agencias de viajes. Se trata de la práctica fraudulenta que llevan a cabo agencias de viajes que se liquidan poco después de su creación y que se apropian de los importes de las reservas de sus clientes, a los que dirigen a la aseguradora para reclamar su dinero.

Reclamaciones de empresas. Existen asesorías o gestorías que, de acuerdo con empresas clientes, planean una estrategia para evitar que estas últimas paguen lo que les corresponde a Hacienda o a la Seguridad Social. Si las pillan, argumentan un error de cálculo de la gestoría con la intención de activar la cobertura de responsabilidad civil que habían contratado con la aseguradora.

Meteorología. Cada vez son los más asegurados que exageran daños por una DANA o episodio de lluvias intensas, así como por otros fenómenos meteorológicos.

Patinete eléctrico. Simulan daños materiales provocados por el conductor de un patinete a un tercero. Suelen reclamar daños, como por ejemplo en teléfonos móviles, por activar la cobertura de responsabilidad civil.

Suplantación. Si bien todavía existen pocos casos, en todo el mundo hay intentos de defraudar al seguro mediante la suplantación de la identidad con tecnología que permite recrear la fisonomía facial o la voz de una persona mediante deepfakes.

El desarrollo de herramientas tecnológicas permite descubrir más fraudes. Diez años atrás sólo el 3% de los casos se detectaba mediante reglas automáticas y ahora ya son el 17%. Los robots que se utilizan en la lucha contra el fraude están demostrando su eficacia, si bien los inspectores son todavía los que ponen al descubierto la mayoría de los casos. En el ejercicio 2022, AXA evitó el pago de indemnizaciones por casos fraudulentos por importe de 74,5 millones de euros (71,3 millones en 2021), según indican en este informe.

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