Cultura y tecnología, una relación con futuro?

El matrimonio entre las dos industrias es conveniente, pero no está libre de obstáculos como la carencia de financiación o el mal uso de las herramientas digitales

Tanto el sector cultural como las tecnologías digitales tienen mucho a ganar si trabajan plegadas. "La técnica y el arte forman una gran simbiosis. El artista necesita la tecnología para llevarse al límite. Y la tecnología necesita el artista para ponerse a prueba", explica el arquitecto y escenógrafo Carles Berga. Para hacer que este matrimonio funcione, pero, hay varios retos a superar.

En primer lugar, hace falta que los proyectos culturales hagan prevalecer el mensaje sobre la técnica, de forma que la tecnología no sea más protagonista que el hecho artístico. Y, en segundo lugar, hay que conseguir viabilidad económica para salir adelante el proyecto.

Estas son algunas de las conclusiones a las cuales la fundadora de Newskid , Eva Domínguez; el CEO de WhatsCine , Fernando Villamanta; y el mismo Carles Berga, han llegado a la mesa redonda de Esade Alumni Impacto y oportunidades de las tecnologías digitales en las industrias culturales.

La tecnología al servicio de la idea
El primer paso para hacer valer los productos culturales es que el contenido sea lo más importante. "La tecnología, de por si, no es nada. Si no explicas una historia, pasa como con los efectos especiales de una película: llaman la atención y entretienen, pero sólo no transmiten nada", asegura Carles Berga. El escenógrafo, que ha trabajado sobre todo en el mundo del teatro, considera que al sector cultural "hay mucha gente que abusa de la tecnología y que piensa que sólo con ella ya hay espectáculo; pero sólo consiguen hacer un showroom de una herramienta concreta".

Para Eva Domínguez, integrar la técnica y el mensaje es clave: "Hace falta que la tecnología no sea un gadget y bastante, tiene que ser parto de la narrativa". En este sentido, NewsKid, su proyecto, pone herramientas como la realidad aumentada y la realidad virtual al servicio de la comunicación.


Panel de ponentes del encuentro a Esade. PJ Armengou

La plataforma crea un lenguaje propio con estas tecnologías y las utiliza para explicar noticias de actualidad a los niños de una manera más interesante y completa. "Queremos seguir alimentando la curiosidad innata de los niños por el mundo", señala, "hay que explicar a los niños las grandes noticias internacionales, y no sólo noticias blandas".

El proyecto de Villamanta, WhatsCine, también utiliza las nuevas tecnologías para dar un servicio social. La aplicación está pensada porque personas con discapacidad auditiva o visual puedan disfrutar del cine como cualquiera otro usuario. "Intentamos traer la cultura a todas las personas de manera inclusiva", explica Villamanta.

La aplicación, que funciona conectando los smartphones de los usuarios con los servidores del cine, es la única al mundo que incorpora las tres principales adaptaciones: el audiodescripció, los subtítulos y la lengua de signos.

Conseguir financiación
Aunque un proyecto cultural combina con éxito el mensaje y la técnica, puede encontrarse con el obstáculo de la viabilidad económica. "Sin regreso económico", afirma Villamanta, "estos proyectos no son posibles".

En el caso de WhatsCine, a pesar de que la crisis del sector lo ha hecho difícil, la empresa ha conseguido crear sinergias con los principales exhibidores de películas (Cinesa, Yelmo...). También lo ha hecho con televisiones como Movistar , a quienes ofrecen el servicio 5S accesible para películas y series a la carta.

Domínguez también ha tenido que batallar con varios modelos de negocio para hacer posible Newskid. El proyecto funciona con plataformas tan diversas como las aplicaciones móviles, el papel o las ojeras de realidad virtual; y requiere un modelo diferente por cada ámbito. Además, a pesar de que el público final son los niños, el producto puede llegarlos de maneras muy diversas: como suplemento de un medio de comunicación, como herramienta educativa a la escuela, etc.

Por su parte, Berga destaca que, aunque pueda no parecerlo, al sector de la cultura sí que hay dinero. Por ejemplo, cuando la financiación lo pone la administración pública o grandes sponsors. Berga reivindica la capacidad de los proyectos culturales para obtener proyección internacional y el beneficio que puede tener por una marca. "La cultura ayuda a posicionar a muchas empresas", concluye.
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