Duna Libros, la ciencia-ficción soñada en catalán

La colaboración entre Raig Verd Verde y Mai Més busca aterrizar en el país los "imprescindibles del género" con Dune y Fundación como primeras espadas

La nueva edición de Fundación en catalán, el segundo libro editado por Duna | Duna Llibres La nueva edición de Fundación en catalán, el segundo libro editado por Duna | Duna Llibres

"El misterio de la vida no es un problema que resolver, sino una realidad que experimentar", decía la reverenda madre Mohiam, uno de los secundarios capital de buena parte de la saga de novelas Dune de Frank Herbert. Adaptada al cine por segunda vez –y media– el 2021, en esta ocasión de la mano de Denis Villeneuve, se trata de una de las series esenciales de la ciencia-ficción dura del siglo XX; una serie que, en palabras de la editoria y fundadora de Raig Verd Laura Huerga, "no podía no estar en catalán". La obra maestra de Herbert, ganadora de los premios Nebula y Hugo en 1966, hizo aterrizar al ecosistema del país la editorial Duna Llibres, fruto de una colaboración entre la misma Raig Verd –un sello generalista, si bien con apuestas claras por el género cómo unas preciosas ediciones de Ursula K. Le Guin – y Mai Més, que ha llevado al mercado catalán desde el Ring Shout de P. Djéli Clark –se decía "lo que tendría que haber sido Lovecraft Country"– hasta la colección Terry Pratchett. "Se decía que la novela de género en catalán no funcionaba –argumenta Sergio Pérez, de Mai Més– pero teníamos que probar si era así o si por otro lado lo que pasaba era que no había oferta".

Tanto detrás de Mai Més como de la unión entre las dos firmas está el ánimo de cubrir un enorme agujero. "Vemos que había un vacío en catalán, especialmente de traducciones; muchos títulos conocidos que no estaban disponibles en nuestra lengua, solo en castellano", lamenta Judit Terradellas, cofundadora de la editorial catalana. La carencia de propuestas editoriales en catalán ligadas a la fantasía y la ciencia-ficción, si bien respondía al mercado, era extremadamente contraintuitiva. Por un lado, como afirma Pérez, "en otros medios narrativos, los géneros fantásticos funcionan muy bien, pero en la novela se consideraba un género menor, sin público" –una contradicción en términos–. Por otra, en este panorama de crecimiento de las obras de géneros puros, Catalunya hace años que es un paisaje privilegiado: el Triángulo friki de Barcelona, articulado en los márgenes del Passeig Sant Joan, es solo la expresión más comercial de todo un ecosistema de tiendas, asociaciones y espacios de lectura, juego y consumo de contenidos con clara marca de fantasía, ciencia-ficción o terror.

Pérez: "Los mismos autores comentaban que era curioso que, de todas las lenguas posibles, la primera traducción internacional de sus obras fuera en catalán"

La hipótesis que quieren comprobar los editores, pues, es que toda esta base de lectores, espectadores y jugadores catalanes optarían, como mínimo en buena parte, por contenidos en catalán de estar estos disponibles. Las reediciones de clásicos y las traducciones de novedades literarias del género eran hasta hace poco patrimonio exclusivo del castellano, y el público objetivo accedía porque no había alternativa. En el campo de los imprescindibles, Raig Verd hace la apuesta de publicar Los Desposeídos, el clásico de Le Guin, que ya lleva tres ediciones y es todo un éxito en ventas. Una experiencia que, de primeras, abre un camino y los ofrece las herramientas para continuarlo. "Con Le Guin nos dijeron que era muy caro de hacer y se vendería poco; pero gracias a Los Desposeídos hemos conseguido salir adelante el resto", confirma Huerga. La colección de la editorial ya cuenta con títulos cómo Los cuentos de Terramar, La mano izquierda de la oscuridad o El Nombre del Mundo es Bosque.

La estrategia de Mai Més, de primeras, era diferente. La pequeña editorial especializada ha triunfado con exploración de mercado. "La estrategia con las novedades es avanzarnos a la publicación en castellano, para atraer público catalán que estaba acostumbrado", describe Terradellas. Así, los lectores catalanes han podido acceder antes de que nadie y en su lengua a obras cómo la misma Ring Shout o Así se pierde la Guerra del Tiempo, de Amal el Mohtar y Max Gladstone, ganadora del premio Stabby a la mejor novela corta en 2019. "Los mismos autores comentaban que era curioso que, de todas las lenguas posibles, la primera traducción internacional de sus obras fuera en catalán", rememora Pérez, que aspira a reivindicar la lengua del país "no como subsidiaria, para activistas, sino para todo tipo de lectores".

Cada libro, una pequeña guerra

En palabras del protagonista de Dune, Paul Atreides, "el ojo que mira solo al camino seguro está cerrado para siempre". La apuesta de publicar la primera novela de la serie parece evidente ahora, con el éxito de la propuesta de Duna Libros, pero el momento de hacer el salto estuvo pleno de tensiones. La misma Huerga reconoce que no veía el camino para replicar la experiencia de Le Guin con otros autores clásicos del género, como el mismo Herbert. De hecho, recuerdan las dos editoriales, se lanzaron el guante en varias ocasiones después del éxito de la película de Villeneuve. "Les preguntaba por qué no editaban Duna, y ellos me respondían que por qué no lo hacíamos nosotros", ríe la fundadora de Raig Verd. La colaboración, sin embargo, es un elemento esencial de este salto.

Huerga: "Cooperar da valor; con la competencia muestras lo que no tienen los otros, pero no es valiosa"

Actuar conjuntamente, en lo que primero era un proyecto específico en qué dos editorial afines se encontraban pero acabó superando ambas marcas, fue imprescindible para "publicar un libro tan complejo como Dune, por relevante, por la historia del género y por la edición misma", apunta Pérez. La infraestructura que aporta la unión entre las dos editoriales bajo la marca de Duna "permite probar más cosas", aventurarse en ediciones complejas de obras de ciencia-ficción dura que, como en los casos de Herbert o Le Guin, antes de llevarlas al catalán no parecía evidente hacerlo. Optar por la cooperación entre empresas, en este caso, no es solo una apuesta activista para mejorar la biblioteca catalana, sino también una estrategia a largo plazo. Duna tiene el potencial, explican, de contribuir a ampliar las fronteras de la base lectora catalana –de género, en este caso– y abrir todavía más un mercado en que tanto Raig Verd como Mai Més, así como otras editoriales especializadas del territorio, puedan continuar creciendo más allá de la línea conjunta.

Huerga, de hecho, es tajante en el elogio a la cooperación en un mercado como el catalán. "Cooperar da valor; con la competencia muestres que tienes lo que no tienen los otros, pero no es valiosa". Un entorno minorizado, que seguramente no puede competir en volumen con la industria literaria en castellano, requiere una aproximación editorial que supere los objetivos empresariales inmediatos. "Hay éxitos y fracasos, cosas que no se han podido hacer", explica la editora de Raig Verd. Donde la novela fantástica y de ciencia-ficción triunfa, el cómico o el ensayo en catalán todavía no encuentran este espacio sólido donde refugiarse de la competencia en lenguas con más alcance de mercado.

Una comunidad exitosa

Cómo explica Pérez, el caso de las propuestas literarias de fantasía y ciencia-ficción en catalán es curioso en sus carencias: la comunidad lectora en este nicho es extremadamente activa. Norma Comics o Gigamesh son los dos grandes ejemplos de una muchedumbre de librerías y otros espacios especializados donde se concentran lectores de perfiles y generaciones diversas; muchos de ellos catalanoparlantes, a menudo –hasta ahora– sin una oferta literaria en catalán que respondiera a sus necesidades. Terradellas alaba esta capacidad del tejido catalán, si bien reconoce que está todavía "disgregada". Bloques cómo Biblionauta o Las Radas Grises hace tiempos que operan, pero "las redes sociales han ayudado a unir todo el mundo".

Terradellas: "Llegamos a mucho más público si nos juntamos"

Desde la editorial defienden que tener a mano esta maquinaria social de lectura, reseña y crítica de fantasía y ciencia-ficción en catalán es un motor clave para su difusión. Si bien la aportación de las líneas tanto de Raig Verd cómo de Mai Més, así como de Duna, a la comunidad es hacer accesibles las obras que buscan y piden en su lengua, los consumidores articulados ayudan a hacer llegar los productos más allá de la primera corona de público objetivo. "Llegamos a mucho más público si nos juntamos", argumenta la fundadora de Mai Més.

"Hay una pila de gente que hacía años que no leía en catalán y lo está volviendo a hacer", celebra Pérez, posando el valor el papel de esta base que supera anchamente los canales de distribución tradicionales a la hora de llevar las nuevas ediciones a todo el público que las reclama. En adelante la estrategia, cómo ya marcaron ediciones cómo la misma Los Desposeídos de Raig Verd o la colección Pratchett de Mai Més, pasa por la publicación de libros duraderos. "Imprescindibles, pero muy hechos", explica el mismo Pérez, que aspira a ofrecer "aquellas ediciones que la gente se quedará durante muchos años". Si Duna era un proyecto ambicioso, el siguiente no desmerece las expectativas: ya hay acceso a reserva de una edición de orfebrería del primer volumen de la saga Fundación, de Isaac Asimov. También se han anunciado títulos de gran valor cómo The Blazing World, de Margaret Cavendish; La Noche de la Esvástica, de Katharina Burdekin; o El Fin de la Niñez, de Arthur C. Clarke. La continuidad de la saga Duna con El Messies marca el camino de una editorial con el potencial de fundamentar, acompañada de una gran comunidad, el hecho lector catalán en el nicho de la ciencia-ficción y la fantasía –un hecho quizás demasiado pequeño por su edad, pero que, cómo todo el mundo sabe, es de crecimiento tardío–.

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