El móvil que conectaba la URSS a los '60

Mientras que en Occidente se considera que el primer móvil vio la luz a los '80 de la mano de Motorola, al antiguo bloque soviético recuerdan como se comunican inalámbricos desde el 1963

El teléfono móvil, invento ruso | iStock El teléfono móvil, invento ruso | iStock

La Guerra Fría ha dejado por la historia grandes cursas entre los EE.UU. y la URSS por el desarrollo de tecnologías espaciales, de la energía nuclear o de armamento. Del inmenso listado de inventos –y sustos- que dejó en herencia esta batalla hay un de desconocido, pero que hoy resulta fundamental por nuestro día a día: el teléfono móvil.

La historia oficial occidental explica como fue el ingeniero Martin Cooper, de Motorola, quien se inspiró en el aparato de comunicaciones que utilizaba el capitán Kirk de Star Trek para desarrollar el primer teléfono móvil. Un invento que no vería la luz hasta el 1983, cuando Cooper trucó a Joel Engel, el ingeniero que trabajaba por el mismo objetivo desde los laboratorios Bello. Pero si explicamos esta misma historia en cualquier de los antiguos territorios de la URSS, el más probable es que nos respondan con una mirada escéptica. El 1983, los habitantes del Estado comunista ya hacía tiempo que conocían la tecnología móvil. En concreto 20 años, gracias a la aparición de la Altai, inventado por Leonard Kurpiyanovich.

Este ingeniero era un inventor de fama a la URSS gracias a sus aportaciones en el mundo de las comunicaciones. Su principal objetivo era conseguir superar la barrera de los hilos para establecer llamadas, por el que, ya desde los años '50, se centró en el desarrollo de tecnologías móviles.

Leonard Kurpiyanovich

Su primer prototipo fue una dirige walkie-talkie de más de un kilo de peso y una distancia de llamada de kilómetro y medio. Un invento todavía rudimentario, pero que el 1955 era toda una novedad, hasta el punto de aparecer destacado en los principales medios de comunicación científicos de la época del bloque comunista.

Aumentar la distancia real

Todo y este primer hito, Kurpiyanovich seguir lejos de su objetivo. Un kilómetro y medio no era suficiente para considerar que había inventado la comunicación móvil, así que el ingeniero siguió sus investigaciones, hasta que el 1957 presentó el LC-1. Aquel aparato constaba de un centro de transmisiones, que podía servir por más de un usuario, y ofrecía la posibilidad de establecer llamadas en una distancia de hasta 30 kilómetros. Además, el aparato contaba con una batería con autonomía para 30 horas, pero tenía dos grandes inconvenientes: sólo permitía emitir llamadas y pesaba más de tres kilos.

De todos modos, aquel fue el punto de partida de la investigación que permitió a Kupriyanovich cerrarse al Instituto de Investigación Científica de Voronezh para desarrollar mejores soluciones. Así, el 1958 Kupriyanovich sorprende el mundo científico con un aparato no más grande que la palma de una mano y capaz de recibir y emitir llamadas.

A pesar de todo, el primer móvil comercializado no llegó hasta el 1963, cuando Kupriyanovich desarrolla aquel prototipo para crear el Altai, el primer sistema nacional de telefonía móvil de la URSS.

Altai fue el primer sistema nacional de telefonía móvil de la URSS

En poco tiempo, el Altai se convirtió en el sistema de comunicación habitual entre hospitales, Gobierno y todo tipo de servicios públicos de 114 ciudades de la Unión Soviética, además de propiciar las primeras pruebas en la comunicación móvil particular en Bulgaria. En la ciudad de Voronezh, el sistema Altai siguió en funcionamiento hasta el 2011, cuando se cerró por razones económicas.

Kurpiyanovich ganó la cursa de la comunicación móvil, pero en Occidente nadie lo vio atravesar la meta.

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