Food Truck, la tendencia sobre ruedas

Han llegado de Nueva York y ya son una presencia habitual a ferias y festivales de nuestro país, donde comer gurmet a buen precio y a pie de calle forma parte del circuito gastronómico urbano

Visitantes de la Reguera Street Food a la Reguera.011 Visitantes de la Reguera Street Food a la Reguera.011

No hay prácticamente ninguna semana en la cual los food trucks no sean presentes en la oferta cultural, musical o festiva de alguna ciudad. Su presencia se ha popularizado los últimos años hasta convertirse en un reclamo para festivales, ferias y mercados. Es una muestra clara de como la street food ha ganado adeptas rápidamente en nuestro país.

La comida a pie de calle siempre ha existido, pero ahora se ha refinado, ha incrementado la oferta y ofrece una experiencia gastronómica que va más allá del concepto de fast food tradicional. Una experiencia que, con la vista puesta en referentes como Nueva York, San Francisco y otras capitales europeas, apuesta en la mayoría de casos por una receta de éxito muy sencilla: platos más o menos sencillos de elaborar, con productos de proximidad y una buena relación calidad-precio.

El éxito del Van Van Market o el Eat Street, dedicados exclusivamente a la comida en la calle, demuestran que esta tendencia no es una moda pasajera y que ha venido para quedarse. Por eso no es extraño que acontecimientos como la Reguera.011 , con una decidida apuesta por la comida en la calle, le dedique estos días una atención especial. Los nuevos modelos culinarios del S XXI, la street food y los food trucks han sido tema de debate de una mesa redonda, moderada por la periodista especializada en tendencias Maria Almenar, que ha reunido representantes de la gastronomía de nuestro país.

La comida en la calle en el espacio público, un tema de debate
Koldo Royo hace dos años decidió dejar su restaurante en Mallorca, galardonado con una estrella Michelin, y apostar para vender hot dogs en su camión bautizado como Perrito callejero. Un camino que después han seguido otros chefs reconocidos de casa nuestra, también con estrella Michelin, como Carles Abellán o Paco Pérez.

Por Royo, pionero de esta tendencia a nuestro país, la gran ventaja del food truck es justamente su movilidad y su presencia, sostiene, es incompatible allá donde haya negocios de hostelería tradicionales. "No tiene sentido poner food trucks donde hay restaurantes, se tienen que buscar lugares deshabitados", afirma. David Andrés, ninguno de cocina del Ábaco y chef del restaurante Soñador, cruz que hay espacio por todos y la prioridad máxima tiene que ser ofrecer buena comida, salga de una cocina tradicional o sobre ruedas.

Un fenómeno en alza frenado por la legislación
De momento, en España la legislación es fuerza restrictiva y sólo se permite la venta de comer en la calle en situaciones puntuales, como ferias o acontecimientos festivos. Un hecho que asociaciones vinculadas a este movimiento, creen que se tiene que cambiar para regular este negocio en el espacio público. Más allá de estas reivindicaciones, Royo cree que las food trucks tienen que buscar nuevos lugares donde vender su oferta gastronómica: "Se tiene que ir donde hay la gente. Hay lugares donde hay negocio, pero quizás no es tan guapo ser, por ejemplo a la salida de un campo de fútbol o de una fábrica. Nos tenemos que lamer las heridas y buscar nichos de negocio".

Nuestro país tiene muchas razones sociológicas porque la eat street triunfe. "Tenemos una gastronomía excelente, el mejor clima y nos encanta estar en la calle", apunta la editora de la revista culinaria Plateselector, Alba Yáñez. Un buen caldo de cultivo al cual se han añadido otros ingredientes económicos como la crisis. Según Ada Parellada, chef del restaurante Semproniana, "a raíz de la crisis, muchas personas no pueden ir a los restaurantes, pero la gente quiere pagar para comer y el food truck da honestidad y transparencia: lo ves todo y pagas y comes por aquello que voces".

Reina Croqueta, croquetas artesanas sobre ruedas
En Cataluña, cada vez son más los que deciden apostar por estas cocinas sobre ruedas. Muchos emprendedores han visto en la comida en la calle una oportunidad de negocio con buenas perspectivas de crecimiento. Reina Croqueta es un ejemplo. Detrás de esta empresa, hay la idea de dos hermanos, Arnau y Roger Barba, que después de montar un obrador de croquetas en Santa Perpètua de Mogoda apostaron por la comida a la calle como nueva vía de negocio.

Así nació su food truck, un vagón de tren vintage donde las croquetas son las protagonistas absolutas. "El food truck es una manera de llegar al público y te permite ver como el cliente acepta el producto", afirma Arnau. Por el propietario de Reina Croqueta, que viene del mundo de la hostelería, el obrador tiene un papel clave: "Es el origen y dónde ponemos el esfuerzo, al food truck es donde se ven los resultados".

Hace un año que Reina Croqueta rueda por diferentes festivales y ferias, como lo Van Van Market, el Primavera Sound o más recientemente la Reguera.011, ofreciendo una carta diversa de croquetas caseras hechos con ingredientes de proximidad y de temporada. han tenido hasta 25 variedades diferentes, pero ahora ofrecen una quincena entre las cuales destacan la de cepos y foie, la tradicional de escudilla o la de gambas con puerro fresco. Pequeñas delicatessen que se fríen en el momento y se venden un precio al alcance de todos los bolsillos.

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