Si hay una palabra que puede destruir la carrera de un presidente en Argentina esta es "desaparecido". La dictadura militar que comandó el país desde el 1976 hasta el 1983 hizo desaparecer más de 30.000 personas por motivos políticos o religiosos. Un drama demasiado reciente porque ni siquiera se intuya un regreso. El hoy presidente de la república, Mauricio Macri, vive bajo la sospecha de la sociedad argentina, indignada por la evaporación del activista de 28 años, Santiago Maldonado, después de participar en las protestas de la comunidad maputxe a la Patagònia el pasado 1 de agosto. Un movimiento que fue reprimido con dureza por las fuerzas de seguridad militares del país y que fue el último escenario donde se vio en Maldonado. El último escándalo vinculado a Macri. Político en la actualidad, pero con una trayectoria empresarial ligada a la polémica.
Macri, salvo las distancias, es un Donald Trump en Argentina. Empresario de éxito, conservador, liberal de pensamiento y con cierta tendencia a la polémica en sus declaraciones. El imperio de los Macri la inicia el padre del actual presidente, Franco Macri. Este inmigrante italiano llega a Argentina el 1949 con la intención de hacer fortuna en el mundo de la construcción. Con el paso de los años, el negocio se amplía con la entrada a sectores como el automovilístico y la adjudicación de servicios públicos clave en el estado como Correo Argentino o la empresa de recogida de basura Manliba.
Al inicio de la dictadura de Videla, Sociedad Macri contaba con siete empresas. Al final de los gobiernos militares, ya tenía 47
La familia acabará reuniendo sus negocios a través de la Sociedad Macri, uno de los grupos empresariales más importantes al país gracias, en buena parte, a la estrechada colaboración que inicia con los gobiernos militares primero de Juan Carlos Onganía y, después, de Videla . En estos dos periodos dictatoriales, la empresa expande su negocio a todo tipo de actividades bajo la protección del Estado y limpia toda deuda obtenida con leyes hechas ad hoc. La mejor prueba son las cifras: al inicio de la dictadura de Videla, Sociedad Macri contaba con siete empresas, mientras que al final de los gobiernos militares el grupo ya tenía 47.
A los años '80, Mauricio Macri empieza su trayectoria empresarial ocupando varios lugares de responsabilidad a las diferentes compañías del grupo familiar. Pero no será hasta los '90 cuando Macri hijo empieza a ser conocido entre la población argentina. Primero por un secuestro de 15 días el 1991, y, después, por el escándalo que protagonizó durante su tiempo como presidente del gigante automovilístico Sevel Argentina, desde dónde, según la justicia, defraudó más de 300 millones de dólares al Estado. Bajo su dirección, la empresa, vinculada con Fiado y Peugeot, acumuló deudas hasta su práctica disolución. Deudas que, por otro lado, quedaron perdonados por una nueva ley estatal hecho a medida en 1995, ya en democracia.
Boca Juniors, su pasión
Quizás el pobre rendimiento de Macri como empresario se explica porque la verdadera razón de vivir del actual presidente de Argentina siempre ha sido el club de fútbol Boca Juniors. Dice la leyenda que fue hablante con sus secuestradores cuando diseñó el plan que lo traería hasta la presidencia del equipo de su corazón. El 1995, Macri iniciaba la época más esplendorosa de la historia de club. Un periodo de 13 años en los cuales los xeneizes sumaron hasta 17 títulos, incluyendo dos Intercontinentales.
Ni siquiera sus peleas con leyendas como Maradona o Riquelme mancharon su imagen de dirigente exitós, que le permitió hacer el salto del fútbol al gobierno de la ciudad de Buenos Aires. El final del Macri empresario y el inicio del político.