Oficinas contra la pared

Espacios abiertos y diáfanos, directivos sin despacho, mesas de ping-pong; ya es una realidad en Barcelona, donde grandes empresas y start-ups apuestan por uno en torno a trabajo inspirador

Oficinas sin paredes, directivos sin despacho, espacios abiertos y diáfanos, alguna pared de vidrio, mesas de ping-pong, salas para practicar yoga, aparcamiento de bicicletas adentro del edificio, mesas largas sin un lugar predeterminado por trabajador, jugar a videojuegos durante la pausa o tomar el sol a la terraza. Parece el ambiente de trabajo ideal. La idea de unas oficinas diferentes, coloradas, alejadas del concepto clásico de cubicles grises apetece. Podría ser Google, Airbnb, o Twitter, pero el cierto es que cada vez más empresas con sede en Barcelona apuestan para tener oficinas "singulares".

El Tenedor, una oficina "xula"
Al Tenedor, el portal de gestión de reservas de restaurantes, tienen la gran mayoría de sus trabajadores a la oficina de Barcelona , concretamente en la calle de Ávila. La sede del 22@ contiene la central de operaciones, recursos humanos, la parte de marketing de Barcelona y atención al cliente, un total de 150 trabajadores, según explica Raquel González, responsable de comunicación de la empresa.

Oficinas del Tenedor en Barcelona

Según González, la decisión de mudarse a una oficina "xula", aparte de por un motivo de logística y crecimiento de la empresa, fue por el espíritu y la filosofía de la compañía. "Somos una empresa donde la media de edad es muy joven, exactamente 31 años, el espíritu moderno y diferente no va asociado a las antiguas maneras de hacer u oficinas con cubicles".

La oficina del Tenedor es espaciosa, con mucha luz, un gran espacio donde las mesas están dispuestas en el centro y, a los extremos de la nave, las únicas paredes que hay son de vidrio. "Excepto algunos departamentos concretos, no hay nadie, ni directivos, con despacho propio".

Terrassa de la oficina del Tenedor en Barcelona

Pero sin ningún tipo de duda "la joya de la corona de la oficina de Barcelona es la terraza ", remarca González. "Con el buen tiempo que hace en Barcelona, a veces las reuniones con clientes se hacen al aire libre", dice González. Además, según explica la responsable de comunicación de la compañía, la suma de los factores del espacio agradable, la flexibilidad del puesto de trabajo y de los horarios de los trabajadores hace que el ambiente sea muy bueno y por lo tanto "la productividad también".

González no sufre por la carencia de privacitat: "Ser al trabajo es como estar en una cafetería, la gente no para la oreja a la conversación que tienes con el cliente".

Privalia, start-up multinacional
Otro ejemplo de empresa con una oficina singular es Privalia. Esta empresa, con una facturación de 400 millones de euros y presencia a cinco países, nació en una pequeña oficina. "Íbamos creciendo a gran ritmo y tuvimos que cambiar hasta cinco veces de oficina porque se nos quedaban pequeñas y no cabíamos", explica Virginia Cánovas, responsable de comunicación de Privalia. "El año 2010 nos trasladamos a esta nave más amplia del 22@, con suficiente margen para crecer, la adaptamos y desde entonces somos aquí. En estos cuatro años hemos ido tirando cambios, con adaptaciones a nuestra forma de hacer y de ser", dice Cánovas.

La oficina de Privalia en Barcelona

El motivo para tener una oficina así, afirma, es porque "responde a nuestro carácter y tipología de compañía". Privalia "es una empresa joven con estructura bastante plana, que responde a una buena organización pero no a jerarquías estanques", añade Cánovas. De hecho, los directivos y fundadores de Privalia tienen su lugar entremedias de la sala como cualquiera otro trabajador: "A nosotros ya nos parece normal, pero si es cierto que es uno de los disparos que más sorprende quién nos visita...", dice Cánovas.

La oficina de Privalia, situada en la calle Llull de Barcelona, se caracteriza para tener los espacios abiertos, la igualdad de lugares por diferentes cargos, zonas de ocio, zonas de relax, espacios por reuniones rápidas y espacios por charlas informales, zona de juegos (ping pong, futbolín, billar) o la sala de descanso (sofá para hacer una cabezada, sala de yoga y servicio de masajes" e incluso aparcamiento de bicicletas o una tienda interna, explica Cánovas.

Espacio de juegos a la oficina de Privalia en Barcelona

Entre los valores de empresa que Privalia defiende hay la claridad y en este sentido, su oficina casa perfectamente: "El espacio abierto nos permite decirnos las cosas sin darle mil vueltas, educadament pero con claridad. Esto mejora la interrelación, la convivencia y la eficiencia", argumenta Cánovas. A Privalia se definen como "una compañía transparente" y no los preocupa la privacitat: "De hecho, no la necesitamos todo el tiempo, pero si la situación lo requiere hay salas cerradas de vidrio, que permiten tener cierta privacitat".

Encontrar el equilibrio entre espacio y concentración
Stefano Colli (@StefanoColli) arquitecto, interiorista y profesor de la escuela de diseño ELISAVA desde hace 23 años, ha diseñado varios puestos de trabajo para Banca Privada de Andorra, Banco Madrid o la empresa tecnológica Ebinari. Para el interiorista, la imagen gráfica no es la única manera de comunicar que tiene una empresa y "la identidad también es de cara en el interior". Por este motivo el diseño de un buen puesto de trabajo dice mucho de una empresa. Según Colli, con este tipo de oficinas se refleja que "el proyecto empresarial va más allá del que pase a tu mesa".

Oficinas de la Banca Privada de Andorra - Stefano Colli

A su despacho tienen claro que a la hora de satisfacer el encargo de un cliente que quiere una oficina se tiene que "buscar el equilibrio entre espacios abiertos, que dan lugar a sinergias, trabajo de equipo y comunicación muy positiva, pero también espacios de concentración ", para evitar e intentar compensar las no queridas distracciones. Colli afirma que un espacio puede cambiar la manera de trabajar: "Reflexionar sobre el espacio de trabajo implica tiempo y dinero, pero puede ser muy rentable".

"La tendencia de la hotelling o workstation se impone, el concepto tu despacho o tu mesa desaparece", dice el profesor, que añade que "la jerarquía se hunde, tanto es así que antes las sillas de los directores eran con respaldo alto, pone brazos y de piel y ahora no son muy diferentes de la del resto de trabajadores".

No es eficiencia todo el que pasa en los espacios abiertos
Estos espacios no son, ni mucho menos, un invento reciente. En el Estado español se popularizaron sobre todo a partir de los años 80, pero ya existían las filas de oficinistas del taylorisme, imitando las cadenas de producción de las fábricas, y los paisajes o prados-oficina que nacieron en los 50 en Alemania y que en Estados Unidos llegaron en la versión mixta de los cubicles. La excusa: menores costes, optimización del espacio, fomento de la colaboración y difuminació de las jerarquías. Pero estas posibles ventajas no compensan los inconvenientes en algunas ocasiones.


Una oficina de los EE.UU. en 50 - Reya Group

Según varios estudios, los espacios abiertos son más ruidosos y por lo tanto causan más estrés y distracciones en los trabajadores. Estas interrupciones de media nos hacen perder 86 minutos cada jornada laboral, por lo tanto nos hacen menos productivos, según un estudio de la Asociación Americana de Psicología. Los espacios abiertos también hacen desaparecer la privacitat. Parece obvio que para la empresa es positivo, pues es más difícil estarse al Facebook con el monitor a la vista. Sin embargo, la privacitat es importante al trabajo, según un estudio citado al TheNew Yorker : los empleados consideran fundamental disponer de un espacio privado para terminar sus tareas. Por ejemplo, una conversación telefónica puede ser más provechosa si no tenemos la sensación que nos escuchan o que molestamos.

Otra supuesta ventaja es que estimulan la cooperación en el supuesto que interactuar e intercambiar impresiones se traducirá en buen ambiente de trabajo o ideas para aumentar ingresos, pero esto tampoco pasa. Un estudio de Experto Market reveló que un 40% de los más de 10.000 encuestados (trabajadores de oficina en Europa) prefería una oficina silenciosa a "más pausas" o incluso "pastel gratis cada día".

Los espacios abiertos tampoco eliminan la jerarquía vertical típica de una empresa por mucho que los directivos se hayan quedado sin despacho. Nikil Saval, autor de Cubed: A Secreto History of the Workplace afirma que "en estos espacios, el status se manifiesta incluso en la disposición de las mesas".

La frivolidad no funciona
Por muchos estudios que digan el contrario, parece que las empresas están encantadas con este tipo de oficinas sin despachos ni paredes y con un futbolín o mesas largas. Unos dicen que es filosofía de empresa o para hacer sentir bien los trabajadores, otros dicen que es para hacerlos sentir tanto bien y hacer que no marchen a casa suya.

Colli tiene claro que "este tipo de espacios de trabajo obviamente no funcionan con todo tipo de empresa y si alguien ha decidido tener una oficina así por frivolidad, tendrá que cambiar, porque no le funcionará", dice el profesor. Colli cree que "la empresa hace 50 años era como una máquina y hoy es un organismo donde todo cambia muy rápidamente, por este motivo el espacio tiene que ser mutando también", concluye.
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