Petardos: como hacer el agosto en junio

Entramos a las casetas y tiendas de petardos para saber quién es el empresario del San Juan y cómo consigue serlo

1.028 puntos de venta de petardos por la campaña de San Juan en todo Cataluña. Así lo ha autorizado la Delegación del Gobierno español. Todos ellos han tenido que seguir un proceso para renovar o adquirir las licencias, que se han endurecido a raíz de una modificación legislativa y que obligan a adquirir conocimientos sobre seguridad a todos los empleados que manipulen elementos pirotécnicos.

Eso sí, el presidente de la Asociación de Fabricantes y Mayoristas de Pirotecnia de Cataluña (AFIMAC), Josep Maria Vilardell, prevé un descenso en las ventas de petardos de entre un 15% y un 20% respeto la verbena de San Juan del 2012. Ha explicado que este año los catalanes se están gastando una media de 20 euros con petardos "cuando antes se gastaban unos 40 euros".


Los vendedores: reconversión del negocio durante 4 semanas
Los interesados al adquirir una licencia para poder vender petardos el mes de junio suelen ser propietarios de negocios como por ejemplo librerías o jogueteries, que durante un mes el año cambian el producto convencional por pías, bengalas y cohetes. También han incrementado en los últimos años los interesados al adquirir el permiso para vender en caseta, que también ha tenido que adaptar su diseño: "Antes eran de chapa, de 3 metros por 2 metros, y ahora son módulos de la construcción de 5 metros por 2,40. Se ha dignificado el sector", señala Jesús López, gerente de la distribuidora Ars Pirotecnia, de La Roca del Vallès.


Los diseños: exclusivos y hechos en casa
Hay que diseñar cada petardo de acuerdo con su público objetivo, dependiendo de la categoría y por lo tanto de quien lo comprará y lo encenderá. El diseño se hace en Cataluña y se envía a las empresas productoras, situadas mayoritariamente en la China, donde embalan el producto final y lo envían a casa nuestra. El público familiar suele comprar bombillas, bengalas, pistolas de serpentinas, alguna pía y también fuentes; los grupos de jóvenes son los que suelen comprar los petardos más ruidosos.


Requerimientos: permisos y almacenes
No es fácil convertirse en un empresario del San Juan. Para obtener el permiso de venta hay que hacer una instancia a la Delegación del Gobierno al tratarse de un ámbito en lo referente a intervención de armas, una competencia no traspasada a la Generalitat. Posteriormente se requiere un informe en el área de Industria y Energía de la Delegación del Gobierno, la Guardia Civil y el Ayuntamiento, donde entre otros aspectos se tiene que garantizar la presencia de un almacén para los productos sobrers al final del día.

La normativa establece que los locales que dispongan de polvorín tengan que guardar el material con un gramaje máximo de pólvora, mientras que las casetas y establecimientos que no dispongan de almacén propio en el lugar los tendrán que trasladar a un recinto seguro. En todo el proceso la Guardia Civil puede hacer controles para determinar que esto se cumpla al pie de la letra.

Abrir una tienda: complicaciones
La burocracia y los criterios de seguridad hacen que abrir un establecimiento para la venta de petardos cueste. "Nosotros vendemos desde 1980, y cada vez piden más seguridad, que tengas unas luces determinadas, puertas específicas, pasar inspecciones policiales, o una limitación de personas en el interior del punto de venta", señala Sandra Córcoles, propietaria de la tienda 4x4 Petardos, de Sabadell.

Para obtener la licencia hace falta la autorización de la Generalitat y de los ayuntamientos, hecho que no en todos los municipios es igual. Por ejemplo, en el caso de Sabadell no se permite vender durante el año, pero sí en el municipio vecino de Sant Quirze del Vallès o en Barcelona, hecho que los saca posibles ventas en momentos del año como las victorias deportivas.

Seguridad: cada vez más
Este es el primer año que está en pleno vigor el nuevo Reglamento de Artículos Pirotécnicos y Cartutxeria de 2010, que ha comportado unas modificaciones en el Real decreto 1335/2012 y que busca incrementar la seguridad de los establecimientos donde se venden petardos.

"Se ha hecho un cursillo porque los responsables de las tiendas conozcan el reglamento y lo trasladen a sus trabajadores, pero se mantienen unas medidas similares que se basan en la prohibición de la venta a menores y respetar las clases, y puesto que es un producto que puede ser peligroso se da toda la información posible", señala Josep Maria Vilardell, presidente de la Asociación de Fabricantes y Mayoristas de Cataluña de Fuegos de Artifici (Afimac).

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