Tus hijos no son nativos digitales

Los especialistas en educación digital recuerdan la importancia de acompañar los jóvenes en el uso de las nuevas tecnologías, a pesar de que se los acostumbre a calificar de 'generación digital'

Que un niño pequeño sea capaz de visualizar fotografías en un iPad o abrir una aplicación al móvil sin ayuda, no significa que sepa utilizar estos dispositivos. La llamada 'generación digital' ha vivido desde siempre en un mundo lleno de gadgets y electrónica, pero no ha nacido con la lección aprendida por ósmosis.

"Creemos que los jóvenes son nativos digitales, pero no tienen adquiridas muchas competencias básicas", explica la periodista Susana Luna. "Nadie ha explicado a los jóvenes que una contraseña es como las claves de casa", dice la experta; que afirma que muchos adolescentes comparten sus claves digitales con los amigos. "Nuestros hijos se están relacionando con la tecnología y no podemos pensar que pueden hacerlo sólo", añade.

Consciente de este problema y de la importancia de la educación para solucionarlo, Susana Luna ha coordinado el libro Los nativos digitales no existen (Editorial Deusto, 2017). El World Work Innovation (WWI) de Barcelona ha invitado Luna y Fernando de Rosa, experto en el mundo digital y autor de un capítulo del libro, a explicar como se tienen que educar los niños (y los padres) en esta era digital. El acto se ha organizado a pocos días del Salón de la Enseñanza y de la ITWorldEdu, que se celebran esta semana en Barcelona.

La educación digital empieza en casa
Muchos padres descuiden el acompañamiento a sus hijos en el uso de las nuevas tecnologías porque confían que, como nativos digitales, ya lo saben todo. Por Susana Luna, dejar que los niños utilicen la tecnología todo sólo es como permitirlos que crucen la calle sin ayuda por el simple hecho que saben qué es un semáforo. "Los niños de hoy en día son huérfanos digitales", explica la experta, "Los estamos dando unas herramientas potentísimas pero no los enseñamos a usarlas".

Por los expertos, esta orfenesa digital es un problema que empieza con los padres. En primer lugar, explica Fernando de Rosa, porque la mayoría de adultos también son unos principiantes en el uso de la tecnología. "Mirar continuamente el correo demuestra que no sabemos utilizarlo", afirma; "seguimos trabajando en la antigua, pero con herramientas mucho más potentes". De Rosa pone como ejemplo que sólo utilizamos el 1% de las capacidades de nuestros ordenadores, o que muchos trabajadores siguen teniendo los mismos hábitos digitales que cuando acabaron la carrera, muchos años atrás.

Un segundo problema es la carencia de implicación de algunos padres. "Hay un problema de interés por parte de los padres. Hace falta que quieran informarse y estar con los hijos en el uso de la tecnología", explica Susana Luna. "Durante un tiempo, nos ha parecido bien que nuestros hijos usen los móviles sólo porque así nos dejan en paz", dice Luna; "la tecnología ha sido uno apaga-niños muy efectivo".

Susana Luna y Fernando de la Rosa durante el acto. Cedida


Hace falta, pues, educar. Y esta tarea tiene que empezar en casa. No al colegio. "En la escuela se va educado de casa", asegura Susana Luna. La periodista, que es madre, considera que los hijos y la tecnología necesitan límites y que los niños no son bastante maduros para gestionar su atención autónomamente. "En casa tenemos que educar nuestros hijos en valores como dejar de banda el móvil durante las comidas", concluye.

La tecnología no es el problema
Ante situaciones como el acoso escolar en Internet o el aislamiento que provoca la tecnología en algunos jóvenes, muchos padres optan por la prohibición. Fernando de Rosa no está de acuerdo: "la solución no es prohibir o ser demasiado permisivo. Hay que poner reglas y aplicarlas." Por el experto, además, la electrónica no es la culpable del aislamiento de los jóvenes: "La tecnología nos acerca a la gente que tenemos lejos. No rompe las relaciones sociales".

Susana Luna considera que la violencia entre jóvenes tampoco es un fenómeno que esté estrictamente vinculado en el mundo digital. "La tecnología no hace que aumente el acoso escolar", asegura, "simplemente amplifica el fenómeno y lo hace más grave y viral". Por esta razón, insisten los dos expertos, hace falta un protocolo de educación en el uso de la tecnología que se fomente y aplique al hogar. "Internet no es el coco", hace broma Susana Luna, "tiene muchísimas ventajas". Sólo hay que saber aprovecharlos, educando en casa y la escuela con conciencia de sus riesgos y beneficios.
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