Vincent Rosso: "Si los usuarios se lucren, no es economía colaborativa"

El exdirector general de BlaBlaCar en España anima a cambiar la regulación, puesto que "esta puede hacer que nuestro país sea más eficiente y productivo" 

Desde hace seis meses, el francés Vincent Rosso (@vincentjj), exdirector general de BlaBlaCar en España y Portugal, la plataforma que pone en contacto diferentes usuarios para compartir los gastos de un viaje, ha decidido conducir en solitario. Después de lograr 2,5 millones de usuarios que han hecho de este negocio de carsharing su manera de viajar, Rosso quiere continuar emprendiendo con el objetivo de buscar negocios que generen "impacto".

Conversamos con él al marco del 4 Years From Now (4YFN) dónde ha tenido reuniones con varios emprendedores, cumpliendo con su nuevo papel de inversor. "Es una forma de ver las otras ideas de economía colaborativa que existen y que están surgiendo y estar al cabo de la calle de ellas", comenta a VÍA Emprendida.


Cómo ha sido la transición de Blabacar a este nuevo rol de inversor?
En cierto modo he marchado porque, después de seis años, Blablacar había llegado a un punto suficientemente maduro, con una comunidad de 2,5 millones de usuarios. Aguanté algo más del que creía porque quería dejar las cosas bastante cerradas porque en 2014-2015 hubo mucho de lío con Uber y la economía colaborativa y quería dejar muy claro, a escala de comunicación e institucionalmente, que el modelo de Blablacar era legal; por eso me esperé. Encontré la fórmula para hacerlo y dedicarme después en otros proyectos.

Entonces, en que está enfeinat actualmente?
En proyectos de inversión, consultoría… Todavía no tengo una idea muy definida pero estoy trabajando. El que me interesa es como aplicar la tecnología a una sociedad más eficiente, más justa, más equilibrada, más transparente... Y si pudiera encontrar negocios que, a través del mundo digital, puedan encontrar estas palancas, me interesaría mucho. Creo que en cierto modo estoy buscando cosas que puedan ayudar muchas personas y puedan producir un cambio que no sea únicamente mercantil.

Algunos proyectos podrían ser de emprendeduría catalana? Cómo ve el sector?
Muy activo. Creo que estamos en un momento muy dulce porque muchísima gente ha visto en la emprendeduría una forma de realizarse y de encontrar un nuevo oxígeno profesional, la oportunidad de ser su propia cabeza –que para muchos es un sueño- y se junta con que estamos en una madurez de la tecnología, de los usuarios, de Internet, que el capital está presente... Estos últimos cinco años he visto muchos proyectos y mucho crecimiento. De hecho, Barcelona, Cataluña, al principio era uno de los lugares donde más proyectos de economía colaborativa había, ahora ya hay en muchos más lugares. También antes era Londres la ciudad que manegava la más gran capitalización de empresas y desde 2015, lo es Berlín, lo cual significa que otros mercados en Europa se están moviendo. Por qué no España? Si aumentara un poco de capital, de incentivos, podría ser también un mercado interesante.

Por lo tanto, cuáles son sus planes a corto plazo?
Emprender es una cosa que pruebas una vez y te cuesta dejar, nunca dejas de emprender, incluso cuando vas a trabajar en otro país. Intentaré buscar una emprendeduría que pueda acabar siendo lucrativo, pero sobre todo que me permita generar un impacto, que es el que busco.

Después del éxito de Blablacar, ve algún caso al cual augurio un éxito parecido?
Sí, por ejemplo MyTwinPlace que, aunque es bastante joven como comunidad, supone un cambio de chip en el público que creo que ocurrirá, porque es cuestión de tiempo que las personas se apunten a una nueva forma de viajar. Existen también emprendidas como Social Caro que también me interesa mucho porque es una colaboración peer-tono-peer entre personas para alquilar un coche, así como otros modelos, pero el que sí que veo es que hay modelos con muchos recursos ociosos, que no están optimizados. Una demanda y una oferta que no casa muy bien y con una intermediación que muchas veces aplica condiciones lleonines y que, sobre todo, bloquea el mercado entre oferta y demanda. Creo que el digital tiene esta posibilidad que puentea esta intermediación para hacerla más fluida.

Mencionava antes la polémica con Uber y los ejemplos de economía colaborativa. Cómo ve el modelo hoy en día?
Cuando nacimos con la idea de Blablacar hace seis años, aquí ni se hablaba de economía colaborativa, pero los modelos empezamos a cuajar y en menos de tres años, se han sumado más de dos millones de usuarios a su plataforma. Hay un interés, la gente lo necesita, le ve un valor y además, toda la gestión a través del teléfono facilita que el acceso sea más fácil, y sobre todo, si el público lo necesita, demuestra que irá además. Pero la sociedad no está preparada para la innovación, la consume primero y después la regula. Creo que hemos entrado en esta fase de preguntarnos qué vamos a hacer, como lo regulamos, qué limites ponemos, porque al final el Estado necesita que haya mercado y que haya regulación.

Es Blablacar ejemplo de economía colaborativa?
Sí, claro.

Y que opina de los detractores que dicen que no lo es por el hecho que hay monetització?
En contra de Blablacar no se puede ir realmente porque hay monetització de la plataforma porque los emprendedores que montaron la plataforma tienen 400 personas que trabajan a las cuales hay que pagar, hay servidores, etc. y tiene que haber un fee que cobre estos gastos, además que obviamente es una empresa privada que quiere generar beneficios. Pero sus usuarios no se lucren y este aspecto es el que define la frontera del que es economía colaborativa y el que no. MyTwinPlace es un modelo puro, no hay lucro. SocialCar es economía colaborativa pero sí que hay lucro, como Airbnb, y a Uber ni te explico… El modelo de economía colaborativa es cuando se agiliza esta oferta y demanda, pero si los usuarios se lucren, no es economía colaborativa.

Cómo valora los ritmos de la regulación que estamos viviendo?
El que pasa aquí también pasa en otros países. Por ejemplo, Inglaterra es mucho más avanzada sobre estos nuevos modelos de economía porque lo ven como una oportunidad porque su mercado sea mucho más liberal, abierto, que haya más inversores, oportunidades de negocio para otros y donde el consumidor también se ve beneficiado porque el precio mediano disminuye. En cierto modo, lo veo positivo pero, obviamente, existe una regulación. En casos como Uber, que tiene la voluntad de intentar hacer que este mercado sea más fluido, de momento choca muchísimo con la regulación y en nuestro país más que a otros. Pero creo que, al final, acabará siendo el que pida la gente, tarde o temprano. Es cuestión de más o menos años, pero al final del día te haces el balance de por qué esperar tanto tiempo para cambiar la regulación si esta puede hacer que nuestro país sea más eficiente y más productivo. Con mejor productividad seremos competitivos, si no, no lo somos. Tenemos que empezar con el transporte, el alojamiento, con otras muchas cosas dentro de la vida que tenemos; pero no sólo porque queremos ser más competitivos, sino porque el mercado lo pide.

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