7 lecciones económicas de Islandia

El país, de tan sólo 350.000 habitantes, despierta la curiosidad de muchos por conseguir un milagro económico después de vivir un 2008 catastrófico

La capital de Islandia, Reykjavík | iStock
La capital de Islandia, Reykjavík | iStock
Gemma Fontseca, jefa de redacción de VIA Empresa | VIA Empresa
Jefa de redacción
Reikiavik
22 de Agosto de 2022
Act. 18 de Mayo de 2023

Una isla casi despoblada cerca del Círculo Polar Ártico que ocupa titulares a causa de las erupciones volcánicas, que forma parte de las listas de recomendaciones por unas vacaciones ideales y seduce a los amantes de la aventura y la naturaleza. Islandia, un país que cada vez recibe a más visitantes y que se ha recuperado de turbulencias financieras, con el olvido de Europa y la mirada en Estados Unidos. Igualdad, ecologismo y un estilo de vida peculiar. Después de una estancia en el país más septentrional del mundo, una recopilación de las siete lecciones económicas de un lugar que puede inspirar más de lo que creemos.

 

1. 2008, annus horribilis

En 2008 Islandia fue una de las primeras víctimas de la crisis financiera global. A pesar de gozar de cierta bonanza durante el inicio del siglo XXI y formar parte de los países con mayor bienestar del mundo, las entidades financieras operaban con poca regulación y se habían endeudado a niveles históricos. El experto islandés Gudrun Johnsen explica que durante el fatídico 2008, “el 97% del sector bancario colapsó en tan sólo tres días, el PIB cayó siete puntos en un año y la moneda, que es la corona islandesa, se devaluó en un 80%". Es decir, la crisis financiera arrasó su economía.

Durante el 2008 la corona islandesa se devaluó en un 80%

Como sorpresa, al menos por los miembros del sur de Europa, el país decidió no rescatar a sus instituciones financieras. La ayuda, en este caso, alcanzó un préstamo de 2.100 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI) y una fianza de 3.000 millones de dólares de sus vecinos escandinavos, grandes aliados de la isla desde hace siglos. Sin embargo, los hogares se endeudaron, la tasa de paro aumentó hasta el 9,4% y muchos islandeses emigraron en busca de mejores condiciones. En concreto, según las estadísticas, más de 5.000 islandeses se marcharon a Noruega durante estos años.

 

Protestas violentas, la dimisión del primer ministro Geir Haarde poco después, el planteamiento de adoptar el euro como nueva moneda para salvar la situación o solicitar la adhesión a la Unión Europea fueron muy polémicas, hasta que en 2014 retiraron la solicitud.

Sin embargo, diez años después, el “milagro tuvo lugar”. La diversificación de la economía, el auge del turismo, una población reducida que permitía un mayor margen de maniobra, la apuesta por la energía limpia y la autosuficiencia repercutieron con una tasa de paro del 2,8%. Atención al punto número dos para entender parte de su recuperación.

2. El boom turístico y sus consecuencias

La popularidad del país se disparó en el 2010 por la erupción del volcán Eyjafjallajökull, que duró casi nueve meses y obligó a interrumpir el tráfico aéreo europeo durante seis días. En los años posteriores hubo más erupciones y actividad sísmica hasta la erupción actual del volcán Fagradalsfjall, a tan sólo 40 kilómetros de la capital.

El turismo ha aumentado un 440% en Islandia entre 2010 y 2017

Esta publicidad “gratis”, junto con el esfuerzo de las autoridades por crear más conexiones aéreas sobre todo con Estados Unidos, Canadá y una parte de Europa vio sus frutos: un aumento del 440% de turistas entre 2010 y el 2017. Por ejemplo, un billete de ida con una compañía de bajo coste de Barcelona a Reikiavik en pleno agosto puede costar entre 150 y 200 euros. Y la duración de tan sólo cuatro horas.

 

El Blue Lagoon en Islandia | iStock

El Blue Lagoon a Islandia | iStock

 

Como consecuencia ha habido un crecimiento económico y una reducción del paro importante, pero con graves problemas de infraestructuras e impacto medioambiental que ha tenido repercusiones.

3. Hacer del clima el gran atractivo

Islandia tiene aproximadamente el tamaño de Portugal y dentro de sus fronteras existen unos 30 volcanes activos. El estado cuenta con un paisaje muy diverso, icebergs, playas para pasear, lava solidificada, volcanes cubiertos de hielo, fiordos, montañas de color esmeralda, pozas de barro, aguas termales, géiseres y parques naturales. Además de un país dividido por zonas que ofrece diversas actividades a lo largo del año, con especial énfasis en verano. Y la guinda del pastel: las auroras boreales que tienen lugar entre septiembre y abril.

Los islandeses retransmiten en directo las erupciones volcánicas en sus pubs, puesto que es un motivo de celebración y orgullo nacional

Una oferta válida para todos los públicos y gustos, así como para los autóctonos, que no dudan en llevarse un picnic e ir a ver las erupciones volcánicas de cerca. Como curiosidad y visto en primera persona, los islandeses retransmiten en directo las erupciones volcánicas en los restaurantes, pubs y discotecas de la capital. Es motivo de celebración. Lo definen como "el poder de la naturaleza".

4. La sostenibilidad creíble

El vertiginoso boom turístico del país ha supuesto una enorme presión sobre una población local, un frágil entorno y una infraestructura en construcción. Los números hablan por sí solos: 350.000 habitantes frente a más de 2,2 millones de turistas anuales. Por este motivo el gobierno islandés ha activado varias campañas para concienciar a los turistas y para viajar seguro.

Los números hablan por sí solos: 350.000 habitantes frente a más de 2,2 millones de turistas anuales

En estos momentos es obligatorio seguir todas las advertencias y consejos de los islandeses. Si tu automóvil no es seguro para viajar a una zona concreta, en pocos minutos te lo harán saber. Aparcar una autocaravana en la acera está prohibido por ley, ya que puede ser un problema si miles de personas hacen lo mismo. Al igual que escoger caminos que no están en la ruta, puedes destruir paisajes incalculables.

 

Durante el invierno sólo hay tres horas de luz en Islandia | iStock

Durante el invierno solo hay tres horas de luz a Islandia | iStock

 

El plástico apenas existe y se fomenta los materiales biodegradables o las bolsas de papel. Como curiosidad, no hay casi papeleras en los parques naturales y te recuerdan que, si has traído residuos, te las tienes que llevar a tu casa.

El 100% de la electricidad de Islandia proviene de energía sostenible y no contaminante

Por último, Islandia es el país que más energía consume per cápita del mundo, pero, al mismo tiempo, es uno de los que menos contaminan. Durante el invierno sólo tienen tres horas de luz al día y, por tanto, necesitan iluminar sus hogares. El 100% de su electricidad procede de fuentes de energía sostenibles y no contaminantes. Además, es habitual ver coches eléctricos. Por cierto, en ningún sitio de la isla se puede superar los 90 kilómetros por hora, ya que la principal carretera del país es circunvalar de dos carriles, uno de ida y otro de vuelta.

5. La cultura como eje económico del país

"Tenemos todo el tiempo del mundo para leer, escribir, ver películas, series y escuchar música porque durante el invierno tenemos pocas horas de luz al día y acostumbramos a estar muchas horas en nuestro hogar", explican ante la pregunta de ser considerado uno de los países más cultos del mundo.

Islandia es el país que compra más libros per cápita del mundo

Si observamos las cifras, uno de cada diez islandeses ha escrito un libro en su vida. Reikiavik fue una de las primeras ciudades literarias creadas por la Unesco y, como curiosidad, Nadal se celebra con libros, como si fuera un Sant Jordi en la islandesa. Se pasan el resto de la noche leyendo. Es el país que compra más libros per cápita del mundo. E incluso el estado islandés paga un sueldo a los escritores para que puedan escribir con tranquilidad.

6. El papel de la mujer a Islandia

Islandia es el país del mundo con menor desigualdad de género, según el Índice Global de la Brecha de Género del Foro Económico Mundial. Y lleva más de una década ocupando esta posición. En 2018 se convirtieron en el primer país del mundo cuya ley obliga a pagar igual a hombres y mujeres por el mismo trabajo.

 

Islandia es el país del mundo con menor desigualdad de género | iStock

Islandia es el país del mundo con menor desigualdad de género | iStock

 

Aunque las mujeres tuvieron libertad de voto en 1920, no fue hasta los años setenta cuando los movimientos de protesta y el cambio de mentalidad no llegaron al país. Una fecha para el recuerdo: el 24 de octubre de 1975, descrito como el “día libre de las mujeres”. El país dejó de funcionar cuando el 90% de las mujeres islandesas no fue a trabajar y, además, dejaron a sus hijos a cargo de los demás progenitores durante un día.

Islandia es el país del mundo con menor desigualdad de género

En 1980 fue la primera democracia en elegir a una presidenta, Vigdís Finnbogadóttir. En 2009, la primera ministra islandesa Jóhanna Sigurdardóttir fue la primera líder mundial en declararse abiertamente lesbiana. Por último, según la OCDE, la isla se ha convertido en uno de los países con la mayor tasa de participación de las mujeres en el mercado laboral, en concreto del 77%.

7. El fomento del autostop y los trayectos compartidos

Una de las curiosidades que se llevan los turistas, es la casi nula presencia de transporte público en la isla y, por supuesto, aún menos de trenes. El transporte privado es mayoritario e incluso la industria del alquiler de los coches se encuentra en auge sobre todo en época estival. Los taxis son casi inexistentes y sólo puedes viajar en coche, tours organizados o... autostop.

Según el Global Peace Index, es el país más seguro del mundo. Y hacer autostop se ha convertido en una de las opciones más baratas en uno de los territorios más caros del mundo. Culturalmente, los islandeses no ven como “peligroso” el autostop y es común que lo lleven a cabo. En cinco minutos te recogen y durante el trayecto están encantados de contarte curiosidades y maravillas de un país desconocido para muchos, pero con muchas lecciones por extraer.