Absentismo, el enemigo de la productividad

Las bajas al trabajo, la mayoría producidas por problemas de salud, generan un importante impacto económico que se puede intentar prevenir con una buena organización interna

"El absentismo es un problema que ha existido siempre, con más o menos intensidad. Unas horas pactadas al año con un trabajador, que no las cumple", explica Jana Callís, directora de relaciones laborales de Pimec . "Generalmente hablamos de absentismo si se remuneran horas no trabajadas", advierte Callís; que aún así admite que hay "causas justificadas que se pueden recoger a los convenios colectivos, como por ejemplo la maternidad ".

El año 2013, en España, el absentismo laboral generó un coste alrededor de los 55.000 millones de euros, equivalente al coste de oportunidad de la no productividad. Los costes directos fueron de 25.500 millones de euros, el que equivaldría a tener 800.000 trabajadores sin ir a trabajar durante un año, según los datos que aporta Eusebi González, director territorial de Mutua Intercomarcal.

Por la responsable de Pimec , "en tiempo de crisis el absentismo injustificado se ha reducido mucho porque la gente teme por el puesto de trabajo y no quiere dar motivos para ser despedida".

Prevención de la salud laboral
Sea como fuere, el más habitual es que el absentismo se produzca por una mala situación personal. "El primero que se tiene que tener en cuenta es la importancia de una buena prevención de la salud laboral", asegura Callís.

Destaca que el empresario tiene que conocer sus trabajadores para introducir medidas de conciliación de la vida personal, familiar y laboral. De este modo, "es positiva una flexibilidad integrada en el sistema en forma de horarios o permisos. Así las personas con obligaciones no tienen que hacer ver que están enfermas para faltar algún día al trabajo".

coincide el responsable de Mutua Intercomarcal, que reclama que "desde la dirección de las empresas se impulse la integración de un plan preventivo, tanto a nivel de gestión de la organización, como de adecuación de medios técnicos".

González propone acordar medidas y responsabilidades desde las empresas que mejoren las condiciones de los trabajadores para reducir los incentivos al absentismo.

Un acuerdo y transparencia entre trabajador y empresa también permite "planificar la actividad en función de las necesidades del trabajador. Si no es así, las bajas son inesperadas y el perjuicio es mes grande, además de aumentar la desconfianza mutua", analiza la responsable de Pimec.

Planes específicos
Por González, los responsables de la gestión de personal de cada empresa "tienen que analizar en profundidad varios aspectos básicos para implementar un equipo de máximas prestaciones". El clima laboral, el modelo de selección o la conciliación son elementos fundamentales en este sentido.

Además, el responsable de Mutua Intercomarcal tiene claro que "hay que promover el conocimiento del coste empresarial del absentismo". A pesar de que todo el mundo pueda tener problemas familiares, se ponga enfermo o tenga estados anímicos cambiantes, González remarca que "el entorno laboral no puede favorecer las personas que abusan deliberadamente de las garantías sanitarias y sociales con protección y complicidad". En definitiva, dice, "no convertimos la absentista en líder, porque será imitado".

Por todo ello, González señala como una buena opción para combatir el absentismo "introducir a la organización planos de salud , de gestión de riesgos ergonómicos y riesgos psicosociales". Y es que la Sociedad Española de Medicina del Trabajo ha demostrado recientemente que las patologías relacionadas con el aparato locomotor suponen casi un 25% de las bajas laborales, seguidas de los traumatismos (17%).

Despido justificado
A pesar de todo, siempre hay casos extremos. Para hacer frente, la reciente reforma laboral introdujo una modificación de forma que un absentismo reiterado e injustificado, por ejemplo el conocido "absentista de lunes y viernes", fuera una causa de despido procedente.

"Cuando detectas esta actitud tienes que buscar el motivo: quizás el trabajador no está motivado y el trabajo no lo importa. Si es así, no es rentable para la empresa. Pero si falta porque tiene problemas logísticos o de conciliación se tiene que ver a qué acuerdo se puede llegar", concluye Jana Callís.

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