Amor a la oficina, prevenir o gestionar

Qué hacer cuando surge una relación sentimental al trabajo? Es la solución prohibirla? Muchas empresas optan para marcar una política interna sobre este aspecto

En Josep y Anna se conocieron trabajando en el departamento de ventas de una gran multinacional española. Las jornadas laborales de más de 40 horas a la semana, fiestas y comidas de empresa, cursos de capacitación, viajes frecuentes –que obligan a compartir mucho tiempos con los compañeros, a la vez que dejan poco tiempo para buscar pareja–, convierten la oficina en la mejor oportunidad para ligar. Mientras fueron pareja no hubo ninguna consecuencia, pero cuando faltaba un mes por la boda, la empresa va reubicar Anna a atención al cliente.

Qué hacer cuando dos empleados pasan a ser pareja? Es la solución prohibir las relaciones personales dentro de la oficina? Como hacer que los problemas de la relación no afecten la productividad? El tema es controvertido: se puede alegar en contra de las relaciones amorosas a la oficina diciendo que comportan varios inconvenientes como por ejemplo tratos de favor, incomodidad por parte del resto de trabajadores, distracciones, pero, sin embargo, los empleados siguen siendo personas con sentimientos y emociones, por lo cual este tipo de relaciones son inevitables y no tiene sentido restringir una situación que ocurre diariamente en las organizaciones.

En España no hay ninguna ley que prohíba que dos personas en una empresa mantengan una relación sentimental. Además, regularlo es muy delicado porque se estaría vulnerando el derecho a la intimidad de los trabajadores. Marina Vivó, psicóloga de la consultoría de headhunting Laura Vidal y Asociados y colaboradora a Arco Psicólogos comenta a VIAempresa que "estas normas no son siempre un código escrito, pero se tienen que comunicar al trabajador". 

Regular o no regular el amor? 
Cada compañía escoge su política sobre las relaciones personales de sus trabajadores. Algunas empresas prohíben directamente las relaciones sentimentales entre sus empleados, por eso las que escogen regularlas normalmente alegan que "vale más prevenir que lamentar", dice Vivó.

Las empresas regulan este aspecto porque, al fin y al cabo, una empresa busca resultados y si el ambiente de trabajo se tiene que ver afectado por la relación entre dos trabajadores y afecta los objetivos empresariales, hay quién quiere ahorrarse dolores de cabeza: "Todo va bien hasta que va mal", apunta Vivó. 

Cómo actúan las empresas grandes
Normalmente son las grandes empresas o las multinacionales las que tienen políticas específicas en este sentido, a pesar de que hay de toda medida. No hay un patrón determinado pero dónde trabaja mucha gente y hay posibilidad de promoción interna y hacer carrera, esta política es más presente. 

Lluís Ezquerra, abogado del gabinete jurídico de la Unión General de Trabajadores de Cataluña y doctor en derecho laboral, explica que "la necesidad de una empresa de dotarse de una regulación interna en este sentido surge de la prevención del acoso sexual, sobre todo". El abogado explica que, por lo tanto, "las empresas que regulan las relaciones sentimentales dentro del lugar de trabajo muestran una sensibilidad que otros no tienen". En definitiva, añade Ezquerra: "Más vale prevenir que curar". El abogado añade, pero, que "regular las relaciones sentimentales en el ámbito legislativo sería una intromisión muy grande en la vida privada de las personas y por eso queda a determinar por parte de la empresa". 

"No hay conflicto hasta que hay conflicto"
Otras empresas no son tan tajantes, "pero tienen en cuenta la posición de las personas, sobre todo si son del mismo departamento o tienen rangos diferentes, porque no es el mismo una relación entre un directivo de la empresa y un empleado que entre gente del mismo departamento", explica la psicóloga.

Desde el punto de vista de una empresa que no tiene una política establecida en este sentido -y en caso de que la nueva relación sentimental entre dos trabajadores afecte el ambiente de trabajo, Vivó aconseja primero "comunicar la situación y después, intentar gestionarla".

Otra opción que normalmente se plantea, añade la psicóloga, es una promoción lateral o cambio de departamento (siempre con el beneplácito de los trabajadores). "Las empresas tienen que tener detectadas posibles situaciones complicadas y evitar malentendidos", dice Vivó, y añade: "Un ascenso o un movimiento dentro de la empresa puede ser percibido como un favoritismo y crear mala maror entre los compañeros".

"En una gran empresa como El Corte Inglés han surgido y surgen relaciones entre los trabajadores, pero no hay una política preestablecida", explica a VIAempresa  el departamento de comunicación de los grandes almacenes. La empresa resalta que "no se controlan las relaciones personales de los trabajadores, siempre y cuando no haya afectación al ambiente de trabajo". En este caso, y coincidiendo con la recomendación de Vivó, al Corte Inglés "se propone una reubicación en otro departamento dentro del mismo almacén". La política de empresa es que "impere el sentido común", dicen desde la empresa.

Gestionar y separar ámbitos
Otra práctica más tendido en los Estados Unidos son los contratos de amor. Con el fin de cubrirse los hombros ante posibles demandas por acoso sexual o favoritismo, muchos empresarios han decidido establecer este tipo de contratos. La firma de este documento informa la empresa de la situación en los cuales dos de sus miembros mantienen una relación consentida y mutua. Vivó apunta que la cultura de procedencia de las empresas marca normalmente el posicionamiento de las políticas de empresa: "Las europeas tienden a no regularlo, no como las norteamericanas".

En casos en que las empresas no tomen cartas en el asunto, que se puede esperar de estos trabajadores? Cómo tienen que gestionar la situación? En estos casos, explica Vivó, "se tiene que marcar de manera clara una separación entre el trabajo y la intimidad para que los problemas personales no afecten el trabajo".

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