Las exportaciones han contribuido a aumentar la producción de la economía catalana| Pixbay
Las exportaciones han contribuido a aumentar la producción de la economía catalana| Pixbay

Bienvenidas exportaciones

El economista Ivan Aguilar explica como con el estallido de la crisis creditícia de la Gran Recesión las importaciones caen mucho más que las exportaciones

Si hay un tema que disfruta de gran eco mediático sin duda este es el de las exportaciones de la economía catalana. Después de la Gran Recesión, la apertura de la economía catalana ha acontecido el principal activo mediático en términos macroeconómicos pero el cierto es que este aumento sostenido de las exportaciones es un fenómeno antiguo que viene de los años 90.

El motivo por el cual los últimos años ha acontecido un fenómeno de masas no es otro que la aportación de la demanda externa -exportaciones menos importaciones- al PIB catalán, que durante la burbuja era marcadamente negativa y que, como suele pasar siempre después de una crisis creditícia -es decir, en todas las crisis creditícies las exportaciones limpias rebotan hacia arriba cuando la burbuja estalla-, ha sufrido un reversal y ha pasado a ser marcadamente positiva. El que quiere decir esto es que las ventas limpias fuera de Cataluña han contribuido a aumentar la producción de la economía catalana, al contrario del que pasaba durante la década anterior.

El motivo por el cual se produce este reversal en las exportaciones limpias es motivo de controversia en la literatura académica a la vez que nutre mitos de todo tipos en el ámbito mediático y político. Mitos como el aumento de las exportaciones a través de caídas salariales o el hecho que el aumento de las exportaciones es un fenómeno reciente son los dos mitos más extendidos entre la prensa y las vedettes mediáticas nostrades, pero el cierto es que ninguno de las dos se acercan, ni de lejos, a la realidad. Este aumento de las exportaciones se suele confundir con la aportación de la demanda externa (la diferencia entre exportaciones e importaciones) al PIB catalán:

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Hasta el año 2009 la demanda interna y externa hacían un camino completamente divergente. A partir de 2009, la demanda interna sigue el patrón de la crisis: caída hasta 2014 y subida desde entonces. En cambio, la demanda externa contribuye positivamente desde entonces, a pesar de que los últimos dos años ha dejado de crecer y mantiene una contribución positiva estable. A la misma conclusión han llegado Enrique Moral-Benito y Francesca Viani en un trabajo realizado para el Banco de España donde los autores concluyen que los factores cíclicos (las importaciones; los salarios o el precio de la energía juegan un rol menor y, en el caso de los salarios, casi irrelevante) es el que explica este reversal en las exportaciones limpias (la demanda externa). El hecho que entre 2008 y 2012 hubiera un credit crunch, es decir, un derrumbamiento de la oferta de crédito bancario no es un asunto menor.

El mismo Enrique Moral-Benito con Laura Alfaro y Manuel García-Santana analizan en un trabajo de hace unas semanas el impacto de un shock negativo en la oferta de crédito en la producción de las empresas. El trabajo es ciertamente demolidor -la metodología no es habitual puesto que utiliza una base de datos muy grande y por eso se emplean metodologías más típicas del big data donde se comparan datos de crédito bancario banco a banco y empresa a empresa conjuntamente con clientes y proveedores- y concluye que cuando se produce un credit crunch, fundamentalmente a través de las pólizas de crédito de las empresses, la producción y el nivel de ocupación de las empresas cae fuertemente como consecuencia de este shock negativo de oferta de crédito. Esto sugiere una hipótesis poco explorada que explicaría la evidencia empírica existente: la caída del crédito bancario provoca la caída en picado de las importaciones y a la vez el reversal en las exportaciones limpias.

Este fenómeno de la caída de las importaciones se puede comprobar por dos métodos, por la observación directa y la indirecta. La indirecta es comparar la demanda externa del resto del Estado con la del resto del mundo:

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Entre 2000 y 2008 la demanda externa catalana era positiva gracias al saldo positivo con el resto del Estado, puesto que con el resto del mundo la aportación era negativa -fenómeno sólo contable, puesto que aquello que has importado se traduce en más consumo y/o inversión- cosa esperable si tenemos en cuenta la burbuja creditícia. Cuando el crédito bancario se desploma – a partir de 2009- la reacción inmediata de la demanda externa con el resto del mundo es el reversal objeto de análisis. Es decir, el que explica el gran superávit catalán con el exterior es la demanda externa con el resto del mundo, puesto que la demanda con el resto del Estado es fuerza estable y, de hecho, se ha reducido ligeramente respeto la década pasada.

Las exportaciones (importaciones) las podemos dividir en tres grupos: bienes, servicios y consumo de los no-residentes (residentes) en el territorio (al exterior). La evolución de las exportaciones (importaciones) conjuntamente con sus epígrafes nos da información muy valiosa sobre el que ha motivado este gran aumento de la aportación de la demanda externa al PIB catalán.

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En el gráfico se ve claramente como con el estallido de la crisis creditícia de la Gran Recesión las importaciones caen mucho más que las exportaciones. Además, la recuperación de las importaciones tardan unos años a coger el mismo ritmo que las exportaciones. La evolución de estas últimas es igual antes y después de La Gran Recesión -la pendiente de la recta es muy similar- y, de hecho, podríamos unir en 2009 y 2012 y tendríamos una evolución lineal de las exportaciones. Así pues, ni las exportaciones son un fenómeno nuevo ni el superávit comercial catalán se basa en aumento de la competitividad de los salarios sino en una caída importante de las importaciones -menos crédito al consumo y menos crédito a las empresas así como la aniquilación de las pólizas de crédito y los leasings- que hasta el 2014 no recuperaron el ritmo de crecimiento anterior a la crisis.

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Si miramos los componentes de la demanda externa vemos como el déficit comercial de la década pasada en bienes y servicios fue más grande del que parecía, puesto que las exportaciones totales incluye el consumo de los turistas y visitantes al país, de orden mucho más grande que el consumo de los catalanes al exterior, de forma que las exportaciones siempre crecen algo más que las importaciones.

A la vez, esto aminora un poco el superávit comercial existente ahora mismo. Dado que las exportaciones de servicios se producen normalmente en Cataluña (por ejemplo, cuando un hotel factura a un no residente o un médico hace el mismo con un paciente), el análisis de la composición de las exportaciones (importaciones) de bienes nos da una idea exacta de cuál es el estado de la economía catalana en cuanto a su internacionalización. Y este es el objeto de la segunda parte de este artículo.

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