El liderazgo femenino, una respuesta ante las crisis

La BNEW pone sobre la mesa los principales problemas del patriarcado y el mundo empresarial

Acto 'Women Leadership in a Global Management', de BNEW Acto 'Women Leadership in a Global Management', de BNEW

El mundo empresarial no es un mundo de mujeres. Pueden haber muchas frases falsas, pero esta podría ser una de las más importantes, y a la vez de las más extendidas en la sociedad global. El patriarcado, a pesar de estar cada vez más escondido, sigue existiendo, y las conductas machistas se pueden encontrar en cualquier ámbito, desde casa hasta dentro de las empresas. En este contexto, la BNEW también tiene un espacio para hablar de aquellas directivas que le han hecho frente al patriarcado y los roles sociales y se han convertido no solo en grandes líderes sino en referentes para las nuevas generaciones. Women Leadership in a Global Management, una conferencia protagonizada por mujeres, apta para todos los públicos, especialmente el masculino.

"El liderazgo no tiene género...", exclama Blanca Sorigué, CEO del consorcio de la Zona Franca. Bajo la moderación de la periodista Idoia Sota, ponentes como Sorigué comentan que a pesar de participar en un acto titulado Liderazgo femenino no se tiene que caer en la trampa de utilizar el concepto como arma para dividir y crear sesgos: "Etiquetar las cosas hace que las diferenciamos, aunque el liderazgo femenino sea más favorable en tiempo de crisis, no lo tenemos que diferenciar de manera despectiva del liderazgo masculino", recuerda Carla Arimont, managing partner de Lincon Leadership Advisors LLC. Así pues, lo que la ponente reclama es la necesidad de valorar estas calidades que tienen las líderes femeninas que las hacen más "aptas" para gestionar empresas en momentos de crisis.

Siguiendo esta misma línea, las ponentes explican que durante la crisis de la covid-19 se hicieron diferentes estudios para aclarar qué tipo de líder hacía que las empresas sobrevivieran a estas épocas más inciertas. Según, Sara Berbel, gerente municipal del Ayuntamiento de Barcelona, muchos estudios afirman que características como la empatía, la adaptación o la transversalidad son "claves para la supervivencia de una empresa en tiempo de crisis". Unas cualidades que se engloban en el liderazgo femenino mucho más que en el masculino, es decir, características que tienen más las directivas que los directivos: "Las mujeres directivas proporcionan una atención mucho más personalizada en los equipos", especifica Berbel.

Berbel: "Las mujeres científicas han bajado un 20% después de la pandemia y han tenido mucha menos repercusión en los medios de comunicación"

De este modo parecería muy coherente que las mujeres ocuparan más cargos directivos a raíz de la pandemia, pero la realidad parece ir hacia otro lado. "Vivimos en una paradoja", dice Berbel. Y es que, a pesar de que la crisis pide clases de liderazgo femenino, parece que las mujeres y la empresa han echado atrás: "Las mujeres científicas han bajado un 20% después de la pandemia y han tenido mucha menos repercusión en los medios de comunicación", se lamenta la gerente municipal del Ayuntamiento de Barcelona. A esta opinión se añade Marta Lacambra, directora general de la Fundació Catalunya La Pedrera, quien explica que el 80% del ámbito científico catalán está compuesto por mujeres, pero que de estas -haciendo algunas excepciones- ninguna está en una posición de liderazgo.

¿Trabajos femeninos?

Como ya decían las ponentes en un principio, hablar de liderazgo femenino puede crear sesgos de género y en el caso de los altos cargos se puede comprobar fácilmente. Tal como introduce Sota, "las mujeres obtienen altos cargos en departamentos de comunicación o recursos humanos", y esto podría suponer -sin dar de menos el trabajo de estas líderes- que se etiqueta a las mujeres por esta personalidad que está estipulada en la sociedad: "Creo que el problema recae cuando las niñas son más pequeñas y ya se los corta la libertad de escoger otras profesiones porque se los reclama conciliar", explica la CEO del Consorcio de la Zona Franca. De este modo, las carreras Stem quedan en un segundo plano y esto puede suponer que no haya tantas directivas en el ámbito científico.

Arimont: "Nuestra primera responsabilidad es levantar la mano y creer que podemos"

"Tenemos que definir referentes desde que las niñas son muy pequeñas", explica Arimont. Ella misma recuerda que si damos una educación neutral a las jóvenes y en casa no hay sesgos de género ni roles patriarcales podemos conseguir que estas niñas no sientan ninguna presión para escoger carreras que podrían "perjudicar" una cierta conciliación. Así pues, si no existieran estos sesgos seguirían existiendo las directoras de comunicación, pero no parecería tan extraño habla de científicas. Otro de los grandes problemas en los puestos de trabajo es el llamado Síndrome de la Impostora, que se define como aquella sensación de no tenerse que presentar a algo por el presentimiento del hecho que no se es suficientemente buena. "Nuestra primera responsabilidad es levantar la mano y creer que podemos", explica Arimont.

Madres y directivas

Durante un gran periodo de tiempo, las mujeres han sido las encargadas de cuidar de la casa, los ancianos y los niños, pero esta época ya se ha acabado y hace años que las mujeres también cogen cargos importantes en las empresas o tienen jornadas laborales de ocho horas igual que los hombres. Aún así, los ponentes hablan de unos "remordimientos patriarcales" que sienten las madres y no sienten los padres. "Tenemos que sobrepasar este sentimiento porque los hijos de madres trabajadoras siguen siendo igual de capaces", sonríe Lacambra. En este sentido, Arimont añade que "los hijos de las madres trabajadoras desarrollan una resiliencia y una sensibilidad extraordinaria", y concluye que "acaban sintiéndose orgullosos de sus madres".

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El liderazgo femenino no existe para crear sesgos y se tiene que entender como un liderazgo igual de válido y capaz que el masculino, con algunas características diferenciadas. A pesar de poder hablar de mujeres directivas todavía hay un largo camino para recorrer que empieza en la manera que tenemos de educar nuestros niños y continúa en las diferencias que podemos hacer en casa o en el trabajo. Cada vez más empresas dedican horas y recursos a los planes de igualdad y por eso se tiene que seguir trabajando, porque tal como empezaba Sorigué: "El liderazgo no tiene género... pero el femenino se necesita".

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