La brecha de gènere és una barrera para la internacionalització de las empresas dirigidas por mujeres
La brecha de gènere és una barrera para la internacionalització de las empresas dirigidas por mujeres

Brecha de género también en la internacionalización

El porcentaje de mujeres emprendedoras se acerca al de hombres, pero los condicionantes sociales, formativos y profesionales hacen que ellas tengan negocios más pequeños, con menos capacidad financiera y, en consecuencia, menos ambiciones exportadoras

Si las estadísticas no mienten, la emprendeduría es uno de los ámbitos de la economía que más se acerca a la plena igualdad de género. Según el informe GEM 2017-2018, los emprendedores en fase inicial masculinos son el 55,1% del total, por el 44,9% de mujeres. Pero las estadísticas sí que mienten, al menos en este caso. Una mirada más detallada muestra que las emprendedoras están al frente de los proyectos empresariales de menor medida, tienen más aversión al riesgo y, por lo tanto, tienen menos opciones de salir al exterior. De hecho, el 80% de las empresarias ni siquiera se plantean la posibilidad de internacionalizar su negocio. Una situación que tiene su origen en todo tipo de causalidades que se analizaron en la jornada Mujer emprendedora e internacionalización, organizada por Foment del Treball. La brecha de género también llega a la internacionalización de las empresarias.

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Según las expertas, una de las grandes dificultades para analizar las diferencias de género en la internacionalización de los negocios es la carencia de estadísticas diferenciadas disponibles, pero el análisis de datos genéricos permite extraer primeras conclusiones. "Sabemos que el 80% de los bienes importados y exportados en el mundo pertenecen en el mundo industrial, y la mayoría tienen un componente tecnológico altísimo", explica la directora general de Comercio e Inversiones del Ministerio de Industria, María Paz Ramos. Un sector en que las mujeres están claramente infrarepresentades. De hecho, en la actualidad las mujeres sólo representan el 13% de los estudiantes en las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).

El 80% de las exportaciones mundiales son de productos del mundo industrial, un sector donde las mujeres están claramente infrarepresentades

"Las startups tecnológicas suelen ser las empresas que acaban internacionalizando sus productos y hay muy poca presencia de mujeres emprendedoras en este sector", analiza la presidenta de la Comisión Laboral y de Recursos Humanos de Foment del Treball, María Ángeles Tejada. La presidenta de la Comisión de Igualdad de Foment, Francina Valls, identifica algunas de las causas de esta carencia de mujeres interesadas en las carreras STEM. "Existen todo tipo de condicionantes y barreras sociales que empiezan en la educación escolar, donde se establecen los roles y los gustos de los niños y niñas, por el que necesitamos sistematizar nuevos sistemas formativos que enseñen que todos podemos hacer toda clase de trabajos".

Las profesionales coinciden al apuntar a la entrada de las mujeres en empresas STEM como la mejor forma de romper la barrera de género en la internacionalización, pero hay más caminos que el tecnológico para salir al exterior. "Se puede exportar todo tipo de productos y servicios si hay atrevimiento, dedicación, esfuerzo y, por supuesto, capacidad para moverse, y hay muchas mujeres que renuncian a proyectos internacionales por este simple hecho", recuerda Tejada, que reclama una "igualdad de oportunidades, esfuerzo y dedicación para garantizar el progreso en las carreras profesionales de las mujeres".

El papel de las redes de apoyo femeninas

Coincide en el diagnóstico la secretaria general de la Federación de Asociaciones de Empresarias del Mediterráneo (Afaemme), Beatriz Fernández. "A los hombres se los supone este espíritu emprendedor, pero las mujeres nos sentimos solas cuando lo hacemos, y esto se explica por el rol histórico que se nos atribuye, que nos limita a la hora de emprender y de internacionalizar nuestros negocios". En este sentido, Fernández reivindica la creación de redes de apoyo entre mujeres empresarias. "El networking sirve para ponernos en contacto, establecer alianzas y, sobre todo, ganar esta seguridad que muchos golpes nos carece".

Fernández: "A los hombres se los supone este espíritu emprendedor, pero las mujeres nos sentimos solas cuando lo hacemos"

La empresaria considera vital esta confianza para dar pasos necesarios a la hora de salir al exterior. "Las empresas de las mujeres son más pequeñas que las de los hombres, tienen más aversión al riesgo y menos acceso a la financiación; si al miedo de pedir crédito sumamos el hecho que las entidades confían menos en las mujeres a la hora de aportar grandes cantidades entramos en un círculo muy negativo que tenemos que romper".

El debate sobre la discriminación positiva

Además de la educación, las carreras escogidas y los condicionantes de género a la hora de crecer, las expertas apuntan un último elemento clave a la hora de crear proyectos con aspiraciones internacionales. "Una determinante importante para que las emprendedoras lleven sus negocios al exterior es haber ocupado previamente lugares de responsabilidad en empresas con presencia internacional y, para conseguirlo, hace falta que haya posibilitados de promoción en estas organizaciones", indica Tejada, que considera que los hombres "se mueven como un lobby para darse a conocer y ocupar estas posiciones, mientras que las mujeres hemos sido invisibles muchos años".

Una de las medidas correctoras más populares para conseguir la igualdad de género en lugares de responsabilidad es la discriminación positiva. "Mis dudas sobre este tipo de políticas se acabaron cuando conocí una emprendedora americana, negra y mujer. Sin discriminación positiva, los afroamericanos nunca habrían llegado a posiciones de responsabilidad mínima", argumenta Ramos.

Valls, en cambio, manifiesta sus dudas y aboga para trabajar para hacerse visibles dentro de las organizaciones. "Me molestaría llegar a un lugar de responsabilidad por el simple hecho de ser mujer, por el que creo que nos tenemos que preguntar por qué no llegamos a ciertas posiciones si no nos falta ninguna capacidad; por qué no nos ven y solucionarlo".

Comparte la visión Tejada, que pone como ejemplo de supuesta carencia de esfuerzo para visualizarse de las mujeres empresarias la ínfima presencia femenina en los programas de internacionalización existentes. "Antes de pensar en ofertas empresariales y de exportación propios para mujeres tendríamos que plantearnos por qué no utilizamos los que ya existen".

Le da la réplica Fernández, que cree que son los mismos estereotipos y barreras mentales creadas socialmente las que apartan las mujeres de estas oportunidades. "Hay que crear asociaciones y programas de todo tipo para mujeres para concienciar, romper tópicos, llegar a la paridad y después, ojalá, desmontarlas".

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