La desigualdad salarial entre hombres y mujeres es una realidad que se mantiene todavía muy viva. En el Vallès Occidental, las mujeres cobran un 24,8% menos que los hombres según un estudio del Consejo Comarcal. El salario mediano de los trabajadores vallesans se sitúa en los 31.816 euros anuales, mientras que el de las trabajadoras es de 23.934.
"Nosotros hablamos de una brecha del 23%, que en realidad es una mochila de la situación que sufren las mujeres en el ámbito laboral y qué son las discriminaciones cuantificadas económicamente", destaca Eva Gajardo, secretaria de Igualdad de UGT.
Además edad, más desigualdad salarial
Una de las características de la brecha salarial entre hombres y mujeres es que se va agravando a medida que avanza la edad. Y es que si las mujeres de menos de 34 años cobran un 15% menos que los hombres, en el colectivo de mayores de 55 años la diferencia se dispara por encima del 30%.
Eva Gajardo señala que cuando las mujeres todavía no tienen las repercusiones de los trabajos de cura y responsabilidades familiares, los salarios son similares que enlos hombres. Una situación que se va cambiando a medida que avanza el tiempo.
Gajardo: "Las mujeres somos las que estamos conciliando"
Y es que actualmente son todavía las mujeres las que más asumen las tareas de curas a familiares y con los hijos. "Coincidiendo con las épocas de curas, la maternidad y las responsabilidades familiares; la brecha salarial empieza a tener unos valores todavía peores", apunta Gajardo, que añade: "Las mujeres somos las que estamos conciliando y la brecha empieza a dispararse de forma importante".
Las consecuencias de las curas
La realidad que las mujeres son las que más responsabilidades familiares asumen y más tienen que conciliar tienen consecuencias directas en su vida laboral y salarios.
"La conciliación nos relega a las empresas en espacios de menos responsabilidad y rompe carreras profesionales por excedencias y reducciones de jornadas", denuncia la secretaria de Igualdad de UGT.
Gajardo: "Los hombres son los amos de las horas extraordinarias"
Además, los hombres se convierten en "los amos de las horas extraordinarias", puesto que las mujeres no "se lo pueden permitir por la responsabilidad familiar". El hecho que las mujeres no hagan tantas horas extraordinarias "dispara" la brecha salarial".
La maternidad, inicio de las desigualdades
La maternidad y la paternidad no es el hecho principal que explica las desigualdades, puesto que los permisos son similares, según explica Eva Gajardo. El problema son todas las consecuencias posteriores y las responsabilidades de las curas, que todavía asumen principalmente las mujeres: "Tienes que dedicar menos horas al mercado de trabajo, con reducción de jornadas, y supone que en muchos puestos de trabajo ya no te dejan ascender y te ves relegada a determinadas categorías profesionales".
Gajardo: "Tener hijos penaliza las mujeres pero beneficia los hombres"
"Tener hijos penaliza las mujeres pero beneficia los hombres por los roles de género y la realidad del mercado de trabajo, hecho a imagen de la persona que puede estar disponible para trabajar las horas que haga falta sin imprevistos", apunta la responsable de UGT.
Una espiral negativa
Todo ello es un círculo negativo que se retroalimenta. Las mujeres cobran menos habitualmente porque están en sectores más precarios y, cuando llegan los hijos, como que las mujeres cobran menos que las parejas, son las que hacen reducciones de jornada. Esto comporta todavía salarios más bajos y dificultades para ascender profesionalmente.
Y al final tiene repercusión en las pensiones, tal como detalla Eva Gajardo: "Las brechas de las pensiones están alrededor de un 34% porque las mujeres hemos salido del mercado, no hemos podido desarrollar nuestras carreras profesionales"
Brecha salarial por sectores
Por sectores, las actividades profesionales y administrativas y las del comercio son las que registran una mayor brecha salarial, mientras que en la construcción, ámbito predominantemente masculino y con retribuciones más bajas, la diferencia salarial es menor.
"Entramos dentro del mercado de trabajo con una brecha ya del 27%", sentencia Eva Gajardo, argumentando que "las mujeres están en sectores más feminizados que son los que peores condiciones y valor tienen". "En los sectores más feminizados hay más brecha y los salarios son más bajos", explica.
Es por eso que considera que las "mujeres, dentro del mercado de trabajo, viven una segregación laboral". De hecho, según datos de la UGT, el 84% de las mujeres se concentra en cuatro grandes sectores, que son principalmente los dedicados a los servicios y administrativos.
Más universitarias
Además, la diferencia salarial es más acusada entre los licenciados y especialistas que entre los colectivos sin calificación. Por ejemplo, entre los auxiliares administrativos las mujeres cobran un 14% menos que los hombres; mientras que en el campo de la ingeniería perciben un salario un 32% más bajo. Uno de los motivos es que el campo de auxiliares administrativos está muy feminizado, mientras que el de ingeniería está más masculinizado.
"Las mujeres son las que tienen un porcentaje más elevado que salen de las universidades y esto no llega la mercado de trabajo porque se mantienen los roles de género", añade la secretaria de Igualdad de UGT.
Cambio estructural
Según Gajardo, para romper esta realidad hacen falta cambios estructurales y desde muchos ámbitos diferentes. Uno de ellos es un cambio de mentalidad en la sociedad y que los hombres se corresponsabilicen de las tareas de curas familiares.
Por otro lado, "hay que romper los estereotipos de género" en el mercado de trabajo. Además, el mercado de trabajo tiene que poner más al centro las personas y ser más flexible con los horarios.
Otro cambio fundamental es avanzar para que la cura de los 0 a 3 años sea universal y gratuita para que "no penalice las mujeres". Y los permisos tienen que ser "igualitarios, intransferibles y remunerados".