Cataluña, altar mundial de novias

Con compañías como Pronovias y Rosa Clarà, el país concentra el 41,6% de la producción de vestidos de novia de todo el Estado, convirtiéndose en una potencia mundial del sector

Tiene defensores y detractores, pero el matrimonio es, sin duda, un negocio. A pesar de que el número de casamientos no ha parado de caer en las últimas décadas –un 27% entre los años 2000 y 2014 en España–, Cataluña ha conseguido convertir el Estado español en la segunda potencia exportadora de vestidos de novia después de la China gracias a empresas como Pronovias o Rosa Clarà, con sede al Principado y tiendas repartidas por todo el mundo.

Las dos empresas están acompañadas por otras firmas catalanas más pequeñas, como Raimon Bundó o Jesús Peiró, que completan el mapa de la moda nupcial en Cataluña. Entre los clásicos, han surgido grupos nuevos como Yolancris, con un rápido crecimiento en sus primeros años de vida.

La facturación agregada de todo el sector llega a los 1.300 millones de euros en España, según el estudio Millenial Brides, nacer en los 80's, casarse hoy, encargado en 2016 por la Barcelona Bridal Fashion Week a José Luis Nueno, profesor de la escuela de negocios Iese.

De los cerca de 755.000 vestidos de novia que se producen anualmente al Estado, el 41,6% se fabrican en Cataluña. El sector se reúne desde este martes y hasta el 30 de abril en la 27a edición de la Barcelona Bridal Fashion Week, que exhibirá los productos de 300 marcas procedentes de 70 países y que quiere atraer la atención de más de 800 compradores potenciales.



Pronovias, la novia de Europa
Pronovias, que tiene su maison particular al Prado de Llobregat, se erige como la principal compañía con la cual miles de novias de todo el mundo escogen pronunciar el "sí, quiero". El grupo, que factura más de 150 millones de euros anuales, sólo nota la sombra del gigante americano David's Bridal, el encargado de vestir el 60% de las novias de los Estados Unidos. El origen de Pronovias hay que irlo a buscar en Turquía, país de origen de Alberto Palatchi Bienveniste, que se trasladó a Barcelona a la década de los años veinte donde subió la persiana de un primer establecimiento denominado El Suizo.

A los años sesenta, el grupo empezó a abrir las primeras tiendas con el nombre de Pronovias, iniciándose en el negocio de los vestidos de novia prêt-à-portero y, actualmente, está capitanejat por Alberto Palatchi Ribera. Según los cálculos de la compañía, en el bienio 2014-2016 la empresa ha invertido 80 millones de euros en la apertura de tiendas y la mejora de las ya existentes.

En total, Pronovias dispone de unas 200 tiendas repartidas por Europa, los Estados Unidos y la América Latina, pero también situadas en mercados como la China y el Próximo Oriente, que requieren tanto la adaptación de las colecciones como de los canales de distribución característicos de cada país. En este sentido, el grupo también dispone de más de 4.000 puntos de venta multimarca.

Rosa Clarà, la plata del podio
Con unas ventas que rondan los 50 millones de euros, Rosa Clarà es la plata del podio de la moda nupcial catalana. La compañía nació de la mano de una emprendedora, Rosa Clarà, que a sus inicios había sido trabajadora de Pronovias y que un buen día decidió montar su propio negocio aconteciendo en pocos años la segunda empresa de moda nupcial del país por volumen de ventas.

Dentro del sector, Rosa Clarà y Pronovias son lejos de ser un matrimonio muy avenido. El año 2005, la Audiencia Provincial de Barcelona condenó Rosa Clarà por competencia desleal después de una demanda interpuesta por Pronovias, que lo acusaba de haber mantenido relaciones con su proveedor chino de tejidos a pesar de que el contrato entre este y la empresa de los Palatchi incluía una cláusula de exclusividad.

Con todo, Rosa Clarà no ha dejado de crecer desde entonces. El grupo dispone de 150 establecimientos, así como de filiales en los Estados Unidos, México y el Brasil para controlar su actividad logística y de operaciones. La compañía, que ha sufrido cambios accionariales en los últimos años –Rosa Clarà adquirió el 34% de las acciones de la compañía que le faltaban en 2015–, no ha parado de crecer desde sus inicios y también ha plantado la bandera en países como la China.

De Peiró a Bundó, pasant por Yolancris
Dentro del altar de la moda nupcial en Cataluña hay otras compañías, todas ellas mucho más pequeñas, que se reparten el que queda de un sector muy polarizado. Con sede en Barcelona, Jesús Peiró roza los cuatro millones de euros de facturación. Lo sigue la sabadellenca Yolancris, que registra unas ventas anuales de más de tres millones de euros; Raimón Bundó, que ronda los dos millones de euros, y Novia de Arte, que supera el millón de euros.

Al resto del Estado también destacan otras compañías como la murciana Cabotine, que con una cifra de negocio de más de ocho millones de euros es la tercera empresa española del sector; así como Vertize Gala, Franco Sanabria, Patricia Avendaño o Miquel Suay. A la vez, todo el sector es consciente que el negocio de la moda nupcial es el único que encara no ha enamorado a los gigantes de la distribución como Inditex o H&M, que de momento se mantienen al margen.
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