Cataluña pone a prueba la recuperación

El 2017 se comprobará la solidez de la economía catalana, sus empresas e infraestructuras

Las previsiones del Gobierno catalán por el 2016 se han quedado cortas. Se preveía que la economía catalana creciera un 2,9% pero finalmente se espera un incremento del 3,4% del PIB catalán, en linea con el 2015. Cataluña pondrá a prueba el 2017 si la recuperación económica que arrancó el 2014 con un crecimiento de un 2% de su PIB se consolida o bien si pierde fuelle. El Gobierno ha hecho una previsión inicial de un incremento del 2,7% y Cataluña pone a prueba la recuperación económica.

Los retos de la gran empresa
Más allá del escenario macroeconómico, marcado por la evolución del precio del petróleo y por la prórroga del programa de estímulos del BCE hasta diciembre del 2017, el año que comenzamos también ofrecerá cambios a las principales empresas catalanas.

En el sector bancario, CaixaBank, que ha vivido cambios en su cúpula con la entrada de Jordi Vado en sustitución de Isidre Fainé, tendrá que afrontar la integración del banco portugués BPI. Paralelamente, su matriz, CriteriaCaixa, continuará desprendiéndose de su participación a la entidad financiera en virtud del acuerdo con qué llegó con el Banco Central Europeo para limitarla al 40% antes del año 2018.

Por su parte, el Banco Sabadell, que como el resto de bancos tendrá que afrontar la sentencia sobre las cláusulas suelo, tiene que culminar la integración del británico TSB. A la vez se enfrenta a cambios en su accionariado después de que su primer accionista, el magnate colombiano Jaime Gilinski, rebajara su participación del 5 al 2%. Así mismo, esta entidad financiera también ha anunciado el cierre de varias oficinas este 2017 y la reducción de su plantilla en 700 o 800 personas.

Otra de las grandes empresas catalanas, Gas Natural Fenosa, presidida por Isidre Fainé desde el mes de septiembre, se tendrá que adaptar a las novedades en su cúpula directiva. La multinacional energética se enfrenta este año al conflicto que tiene abierto en Colombia, después de que el Gobierno del país latinoamericano interviniera su filial Electricaribe. Por eso, Gas Natural tendrá que decidir si recurre a el arbitraje internacional.

En el sector de la automoción, Seat, que ha entrado en beneficios este 2016 después de ocho años de pérdidas, empezará a fabricar a la planta de Martorell la nueva versión de la Ibiza y el Seat Arona, su nuevo todoterreno. El grupo Volkswagen también tendrá que seguir haciendo frente a la crisis del dieselgate, que obligatoriamente ha comportado reorganización interna a la empresa y el ejemplo es que por primera vez Seat producirá en Alemania.

Tanto Seat como Nissan, las dos principales empresas del motor situadas a casa nuestra, han pactado sus convenios colectivos, que incluyen subidas salariales y que son referencia para la industria catalana.

La concesionaria de autopistas Abertis, por su parte, está potenciando su vertiente internacional en un momento en que expiran algunas de las concesiones más importantes que tiene en el Estado español. Así, después de cerrar su regreso Italia, la compañía ha anunciado la compra de dos autopistas en la India, una operación que le puede servir como plataforma de crecimiento en Asia.

Sindicatos y patronales
Este año también habrá cambios en las cúpulas de los agentes sociales. Después de que Josep Maria Álvarez haya pasado a liderar la UGT a escala estatal y haya cedido el relevo de la UGT de Cataluña a Camil Ros, el 2017 será el turno de CCOO. Comisiones de Cataluña abre este año su proceso de renovación y el sindicato busca un sustituto a Joan Carles Gallego, cargo para el cual se perfila Javier Pacheco.

En cuanto a las patronales, la lucha interna entre Fomento del Trabajo y Cecot tendrá que llegar al episodio final y decidir si se expulsa a la agrupación empresarial vallesana. Todo esto mientras el presidente de la Cecot, Antoni Abad, ha insistido ya en este inicio de año en su intención de presentarse a las próximas elecciones para presidir Fomento del Trabajo Nacional.

También el año que viene será un año de cambios en el influyente Círculo de Economía, puesto que desde el mes de diciembre Juan José Brugera sustituye el catedrático Antón Costas al frente de esta institución, mientras que 2017 también será decisivo para comprobar si Cataluña es capaz de dotarse de una nueva ley de Cámaras.

Empresas familiares
En este ejercicio que justo se inaugura, las grandes empresas de matriz familiar más grandes del país también serán protagonistas. Por su parte la multinacional de hemoderivats Grifols afronta el relevo familiar. Víctor Grífols cede desde el primero de enero el cargo de consejeros delegados a su hermano Raimon Grífols Roura y a su hijo Víctor Grífols Dios.

Precisamente esta compañía ha protagonizado una de las mayores operaciones del año de una empresa española al adquirir la unidad de diagnóstico transfusional de la compañía norteamericana Hologic por un total de 1.750 millones de euros, operación que se cerrará en el primer trimestre del 2017.

También será un año trascendente para conocer la evolución de otra histórica empresa catalana, Freixenet. La empresa se encuentra en plena transición después de crear un órgano colegiado con las tres ramas de la familia que dirigirá la compañía a lo largo del proceso de entrada del socio industrial alemán Henkell a su accionariado.

Sector público
Por su parte, el vicepresidente y consejero de Economía, Oriol Junqueras, se propone salir adelante este 2017 los suyos según presupuestos y que sean aprobados por el Parlamento de Cataluña –más allá de intentar cuadrar el déficit, que este año el ministro Montoro ha situado al 0,6%-.

Este 2017 el Tribunal Supremo también tendrá que resolver la patata caliente sobre la adjudicación de la gestión de la empresa pública Aguas de Busot Ter-Llobregat, un procedimiento que el TJSC decidió anular.

En cuanto a las infraestructuras, el 2017 seguirá estando marcado por los conflictos con Cercanías y la carencia de inversión estatal en la red de ferrocarriles catalana, así como la peligrosidad a los tramos de carreteras del sur de Cataluña. A la vez el Gobierno catalán resta a la espera del reactivamente de las obras de la Sagrera, la lanzadora al aeropuerto del Prat o la variante C-245 o la variante de Vallirana, entre otros.
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