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Cerca del 90% de la población de Barcelona y alrededores ha cambiado de piso o prevé hacerlo

Los inmigrantes de países pobres disponen de menos metros cuadrados que los catalanes o inmigrantes occidentales

    Diversos pisos en Barcelona | ACN
    Diversos pisos en Barcelona | ACN
    Redacción VIA Empresa | ACN
    06 de Mayo de 2025

    El 85% de la población de la ciudad de Barcelona ha cambiado de vivienda desde 2018 o prevé hacerlo antes de 2028, mientras que en el resto del área metropolitana y de la región metropolitana la proporción supera el 90%. El cambio de vivienda puede deberse a muchos factores, pero en los últimos años ha aumentado el factor económico, que supera el 30% de los que han cambiado o prevén cambiar de domicilio. Esto, y las nuevas modalidades familiares, que hacen que cada vez más gente viva sola o en núcleos familiares pequeños, agrava la crisis de la vivienda en la principal conurbación de Catalunya. Son algunas de las principales conclusiones de un estudio sobre la vivienda promovido por el Consejo Económico y Social de Barcelona (CESB).

     

    La región metropolitana de Barcelona cuenta con más de 2,2 millones de viviendas. El continuo urbano barcelonés (ámbitos del Baix Llobregat sur y Barcelonés) se caracteriza por pisos pequeños donde habitan pocas personas, mientras que a medida que nos alejamos de la capital las viviendas son más grandes y los hogares tienen más miembros. 

    El precio no parece estar tan relacionado con la proximidad a Barcelona. Si bien Barcelona y el Baix Llobregat sur tienen precios muy altos, el resto de zonas no parecen seguir ningún patrón

    El precio, no obstante, no parece estar tan relacionado con la proximidad a Barcelona. Si bien Barcelona y el Baix Llobregat sur tienen precios muy altos, el resto de zonas no parecen seguir ningún patrón. En los precios podrían influir otros elementos más allá de la proximidad a Barcelona, como podrían ser las características de las viviendas de cada ámbito, la conectividad con la capital, la proximidad a otros hubs de ofertas de trabajo o incluso a la costa. A pesar de la dificultad a la hora de identificar patrones en los precios, parece claro que hay una voluntad generalizada de vivir cerca de la capital y que, con el fin de hacerlo, se está dispuesto a hacer sacrificios en aspectos de calidad de la vivienda como disponer de menos espacio o residir en edificios más antiguos.

     

    En general, sin embargo, los precios han mantenido una tendencia al alza durante los últimos años, sobre todo desde 2013, donde se ha visto principalmente afectada Barcelona. La oferta de alquiler ha disminuido recientemente a la vez que los precios han aumentado en todos los ámbitos territoriales. En el mercado de compraventa, por su parte, el aumento ha sido más suave, mientras que la oferta ha ido oscilando. Existe, claramente, un desequilibrio entre la oferta y la demanda. Esta última requiere viviendas a un precio muy inferior al de mercado, expulsando a zonas más asequibles a aquellos que no pueden afrontar los costes ascendentes. Este desequilibrio afecta especialmente a la ciudad de Barcelona, donde se concentra una demanda ingente con una oferta muy por encima del precio de demanda.

    No es cuestión únicamente de construir nuevas viviendas, sino de asegurarse de que las nuevas viviendas entran en el mercado para uso residencial

    La pausa en la construcción de viviendas a raíz de la crisis de 2008 es otro elemento que afecta a este desequilibrio. Si bien la RMB ha experimentado un crecimiento de las viviendas superior al de la población durante los últimos 30 años, una tendencia especialmente marcada en los ámbitos más cercanos a Barcelona, esto no ha resultado ser suficiente para equilibrar oferta y demanda. En este desequilibrio entran en juego, por tanto, otros elementos que se han observado en este informe.

    Entre ellos, el cambio en la composición de los hogares con la doble tendencia de proliferación de los hogares con un solo miembro a la vez que crecen los hogares de 6 o más personas provoca que, a pesar del crecimiento en el número de viviendas, esto no sea suficiente para cubrir toda la demanda. Por otra parte, tampoco se puede equiparar el número de viviendas existentes con la oferta. Las viviendas vacías podrían suponer un porcentaje relevante del parque, mientras que las viviendas de uso turístico también reducen la oferta total de viviendas. No es cuestión, por tanto, únicamente de construir nuevas viviendas, sino de asegurarse de que las nuevas viviendas entran en el mercado para uso residencial, concluye el informe.

    Los problemas de acceso a la vivienda se ven agravados por la falta de un parque protegido, que no llega al 3% del parque de vivienda metropolitano. La proliferación de viviendas de uso turístico, concentradas en la ciudad de Barcelona y en los ámbitos costeros, es otro elemento que tensa la situación aún más, ya que cerca de un 1% del parque metropolitano se destina a este uso.

    Teniendo en cuenta que el acceso a la vivienda afecta especialmente a personas de cierto perfil, como los jóvenes o las personas nacidas en países del sur global, estas capas poblacionales se ven doblemente afectadas por los problemas de acceso a la vivienda. Además, con algunos de estos grupos, como las personas extranjeras de determinadas nacionalidades, podría tratarse de un efecto adicional de la discriminación que sufren. Estos perfiles se ven empujados hacia viviendas de peor calidad, con menos espacio para las personas que viven en ellas, o más alejados de las zonas más solicitadas. Así, los inmigrantes de países pobres disponen de menos metros cuadrados que los catalanes o inmigrantes occidentales.

    Los inmigrantes de países pobres disponen de menos metros cuadrados que los catalanes o inmigrantes occidentales

    Aunque ciertas capas sociales se ven más afectadas, los problemas de acceso a la vivienda afectan directamente a la mitad de la población metropolitana, ya que se prevé que cerca de un 50% de los residentes en la RMB habrá cambiado (o querría haber cambiado) de vivienda durante el período 2018-2027. Todas estas personas experimentarán o han experimentado de primera mano el aumento de precios. Los jóvenes, al ser el grupo que cambia más frecuentemente de vivienda, se verán especialmente afectados, mientras que entre las personas de edad más avanzada únicamente una minoría se verá afectada. Estas diferencias generacionales podrían suponer una disonancia en la percepción del problema por parte de los diferentes grupos de edad, que aumente aún más la diferencia en importancia que le dan al problema de la vivienda las diferentes generaciones.

    A pesar de lo que se podría esperar, el proceso de movilidad residencial no resulta satisfactorio en cualquier circunstancia. Si bien el grado de satisfacción es más positivo en las personas que han cambiado de piso que en las que prevén hacerlo, el motivo del cambio de residencia resulta determinante al grado de satisfacción: las personas que cambian en la búsqueda de una mejor vivienda o entorno están más satisfechos que aquellos que se ven forzados a cambiar por motivos laborales, económicos o por imposición externa.

    Si bien la mayoría de personas cambia de vivienda para mejorar sus condiciones o por motivos familiares, entre un 20 y un 25% de las personas que han cambiado de vivienda en los últimos 5 años lo han hecho empujados por motivos económicos. Con la tendencia alcista de los precios de alquiler y compraventa se puede esperar que este porcentaje aumente durante los próximos 5 años, a pesar de que las propias personas no lo prevean. Además, la poca movilidad en dirección a Barcelona indica que la ciudad expulsa gente hacia la periferia en un movimiento de única dirección.