Cómo trabajan en el Canadá?

El país norteamericano combina el pragmatismo a los negocios de sus vecinos estatunidencs con la cura de la conciliación y los horarios propia de los países escandinavos

Se puede ir de cara a barraca en los negocios y, a la vez, no descuidar la conciliación familiar con unos horarios razonables? En el Canadá como mínimo lo intentan. "Es el paso intermedio entre los Estados Unidos y Europa", se atreve a definir Geneviève Abbott, directora de la oficina de Acción en Montreal. "La cultura empresarial canadiense es fuerza norteamericana, en el sentido que business is business", añade Abbott. "Se respeta mucho la división entre trabajo y ocio, así como el nine tono five", indica. Por todo ello, la responsable de Acción en el Canadá concluye que "somos mucho más americanos que europeos en el campo de los negocios, también en el Quebec a pesar de que se hable francés. Se va muy directo al negocio, no se pierde el tiempo y se llama enseguida si interesa o no hacer tratos. Time is money, y se ve con malos ojos hacer perder el tiempo". A pesar de que siempre pueden haber imprevistos, Abbott alerta que "se tiene que avisar, aunque sean cinco minutos de retraso".

Todo ello en un país que vive a la espera de la firma del tratado de libre comercio con la Unión Europea (UE), que como mucho tarde se prevé por el 2017. "En el Canadá se habla mucho y en Cataluña no tanto. Es una pena porque los franceses traen años preparándose", advierte Abbott. "Es un país más fácil para acercarse que los Estados Unidos, donde la medida de la empresa puede ser un obstáculo para las pequeñas", destaca mientras pone de ejemplo como de atractivas pueden ser las inversiones cuando las empresas catalanas puedan acceder a las licitaciones y vender sus productos sin aranceles.

La orden como forma de vida
Mariona Ferrer hace cuatro años que vive en el Canadá, donde actualmente es la directora del clúster de Arte Digital de la Ciutat de Quebec. Explica a VÍA Emprendida que una de las cosas que más la sorprendió es que "son individualistas, todo el mundo tiene su parcela y sus tareas, y a veces cuesta un poco hacer trabajo de equipo y cruzar proyectos que pueden ser positivos por todo el mundo". Según Ferrer, "la facilidad que tenemos en Cataluña para probar cosas aquí cuesta algo más, tiene que estar todo más planificado y ordenado. Esto a menudo dificulta innovar en ciertos aspectos".

Insiste en el hecho que los canadienses "son muy ordenados y no puedes trucar y pedir una cosa por de aquí a media hora. Hay un respeto y disciplina en este sentido". De hecho, recuerda que "estaba muy acostumbrada a enviar correos y pedir cosas, y nadie me contestaba. Me frustraba pensando que escribía mal, pero el que pasaba es que lo hacen todo por orden".

Una relación profesional
Geneviève Abbott explica que la relación de los canadienses con sus cabezas es fuerza cercana. Aún así, las diferencias lingüísticas pueden marcar más o menos distancia en el trato profesional. "En el Quebec se habla francés, donde hay el vous (vosotros), y cuando te acercas a una empresa es el que utilizas. Después se pide permiso para pasar al ". En cambio, indica, como que en inglés todo es you, se pierde esta formalidad. "Por deformación profesional siempre digo Dear Mister, pero me contestan Dear Geneviève, se saltan el Dear Miss", añade Abbot.

En cuanto a la relación entre compañeros, Abbott evidencia que depende del trabajo. "A las nuevas startups es mucho más cordial; mientras que al resto quizás de vez en cuando sales a hacer una copa con los compañeros". Una copa que, de producirse, asegura que el más probable es que se haga el jueves de 17 a 19h. Sea como fuere, Abbott ve difícil "hacer amigos al trabajo". De hecho, destaca que en el Canadá la gente se saluda habitualmente dándose la mano. "En el Quebec la gente sólo hace dos besos a los amigos, no a escala profesional. Y en el Canadá ni esto. En Cataluña la gente se hace besos enseguida en el ámbito profesional, cosa que nos sobta a los canadienses, que mantenemos más distancia física", constata.

Esta relación entre compañeros, a menudo un pelo fría, también es una de las cosas que impactó Mariona Ferrer a la llegar al Canadá. "Cuando entras a un lugar a trabajar te observan y te prueban mucho. Poco a poco se van familiarizando contigo, te preguntan si estás bien. La relación social dentro de la empresa es diferente", asegura. Explica que tienen un club social financiado con una parte del sueldo de cada trabajador, donde cada año hay unos responsables de organizar varias salidas. "Se organiza ir a tomar una cerveza el jueves o ir a jugar a bolos, pero todo muy pautado", relata.

Por Ferrer "la relación es menos personal. Somos compañeros, nos explicamos cosas y la empresa pone los medios porque comas allá cómodamente, que es el punto de intercambio habitual". A pesar de reconocer que "todo es muy cordial y agradable, no te explicas la vida personal. Los cuesta mucho invitarte en casa, creo que no he sido nunca en casa de ningún compañero". Por eso, lamenta, a veces encuentra "un poco artificial tener que ir a jugar a bolos todos juntos".

Las reuniones, mejor al almuerzo
Toda esta manera de hacer va ligada a una concepción muy clara de cuáles son los horarios de trabajo y qué los de la familia. A pesar de que el horario laboral acostumbre a ser de 9 a 17h, es muy habitual hacer reuniones a las 7 de la mañana. "Podrás hacer un breakfast meeting a las 7, pero nunca podrás hacer una reunión a partir de las 5 de la tarde", dice Abbott. A las 6 cierran los hogares de niños y los padres tienen que poder recoger los niños. Por lo tanto, "la última reunión se pone a las 4 porque acabe a las 5". Lo constata Mariona Ferrer, que ya se ha habituado a estos "almuerzos de trabajo. Muchas reuniones se hacen con un almuerzo que dura una hora. Cuando montas una reunión te preguntan cuánto tiempo necesitarás, y si dices una hora tiene que ser así. Son muy pragmáticos".

El Quebec tiene algunas particularidades más allá del idioma. Getty


Empezar temprano la jornada no significa pasar hambre a media mañana, puesto que normalmente se come a las 12. "No se hacen tanes pausas, llegas al trabajo y trabajas. Si después tienes que hacer alguna gestión más tarde se hace desde casa", dice Abbott. La responsable de Acción en Montreal tiene claro que "la gente prefiere hacer reuniones de almorzar que ir a cenar. En esto nos asemejamos mucho en los países nórdicos". Un parecido a la que también ayuda el clima. "En invierno se hace por la noche a las 4, no puedes acabar de comer a aquella hora", evidencia.

"En el Quebec hay una hora para comer, y al resto del Canadá media hora. Bajas, te compres el bocadillo, te lo comes y vuelves a subir a la oficina", dice Abbott. La diferencia con los Estados Unidos, explica, es que "allá te comes el bocadillo ante el ordenador".

Abbott explica que entre semana la hora de cenar empieza hacia las 17:30 y acaba hacia las 19h. De hecho, resalta que "hay algunos restaurantes que hacen un menú más barato a partir de las 22h los fines de semana".

"Me gusta mucho la conciliación con la vida familiar, se la cruzan de verdad", destaca Mariona Ferrer. "Si un día nieva o tienes los niños enfermos no pasa nada. Y no pasa nada de verdad. Avisas diciendo que estarás en casa, a qué horas estarás en linea y a qué no podrás contestar y no te ponen ningún problema ni nadie te pone mala cara", celebra.

Los derechos laborales, también a medio camino
Si las características del trabajo en el Canadá se pueden situar a medio camino entre Europa y los Estados Unidos, tres cuartos del mismo pasa con la regulación del mercado laboral. Cada provincia gestiona su legislación, pero "el Canadá es un país bastante más socialista que los Estados Unidos, con más cobertura social", dice Genevieve Abbott. "No es tan fácil despedir alguien cómo en los Estados Unidos, pero sí que es más fácil que hacerlo en Europa", deja claro.

Ferrer constata que "las bajas de maternidad y todo el que es familia está muy protegido. Ahora bien, tener días libres por mudanzas, días personales, etc., esto no existe". De hecho, relata que cuando se entra a una empresa "tienes dos semanas de vacaciones, tienes que negociar para tener tres y a la cabeza de cinco años puedes tener cuatro".

En cuanto al cobro de la nómina, Ferrer comenta una práctica habitual: un sueldo bimensual. "Se cobra cada 15 días porque los pagos van diferentes. La sociedad se ha organizado porque no lleguen todos los pagos el día 1. Los seguros llegan el 15, el banco el 17, etc.".

Finalmente, Abbott destaca que "a los currículums queda bien poner que has trabajado en trabajos como despachando a McDonald's. Demuestra que el joven está dispuesto a hacer el que hace falta para trabajar". La responsable de Acción en Montreal lamenta que "muchos currículums de jóvenes europeos muestran que acaban la universidad sin haber trabajado, o si lo han hecho lo ocultan porque parece que no queda bien". En el Canadá, en cambio, "se valora haber tenido también experiencias prácticas desde los 16 años cada verano".
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