El consumo de cemento bajó un 9% en noviembre y encadena ocho meses consecutivos de reducción, según ha informado Ciment Català. En este undécimo mes del año se contabilizaron 195.866 toneladas, cuando en el mismo período de 2022 fueron 215.139. Las exportaciones cayeron un 48,5%, hasta las 118.447 toneladas y la producción un 8,8%, hasta las 272.517 toneladas. El presidente de la patronal, Salvador Fernández Capo, justifica estos datos por el "retroceso que vive la edificación de viviendas", especialmente apunta a la "falta de ejecución de obra pública".
En el 2023, el consumo de cemento acumulado cae un 7,9%, con un volumen de 1,99 millones de toneladas. Fernández Capo sostiene que "la parálisis en la construcción y la obra pública es doblemente perjudicial", ya que, por un lado, "penaliza la competitividad de la economía y el bienestar de los ciudadanos" y, por el otro, esta carencia de inversión en modernizar infraestructuras "conllevará más adelante un coste mucho más elevado".
La producción de este material este año alcanza los 3.284.323 toneladas, un 1,3% menos que hace un año. Mientras que las exportaciones también se moderan, un 1,1%, hasta 1.782.422 toneladas.