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El corte de la AP-7, el MWC y las emergencias: hacia un nuevo modelo de gestión

No hablamos de aplicar tecnologías muy sofisticadas, sino de aplicar tecnologías maduras, con sistemas preventivos y predictivos, con sistemas integrados de emergencias

La AP-7 sin vehículos por el fuerte granizo que cayó el sábado 24 de febrero de 2024 | ACN
La AP-7 sin vehículos por el fuerte granizo que cayó el sábado 24 de febrero de 2024 | ACN
Jordi Marin | VIA Empresa
Experto en transformación digital e innovación
Barcelona
02 de Marzo de 2024

Estos días, justo cuando se iniciaba el Mobile World Congress Barcelona, ha habido eventos vinculados con emergencias y movilidad con consecuencias importantes para nuestro día a día. Todo esto me ha hecho pensar en que muchas veces a las personas "de a pie" nos resulta difícil entender, o a menudo es incomprensible, cómo se gestiona todo en un mundo altamente digitalizado y tecnificado. Y evidentemente, con su impacto, en este caso negativo, en nuestras vidas.

 

Pongo un ejemplo concreto para que me entendáis. Seguramente me falta mucha información, pero aunque de manera simplificada y desinformada, me ayudará a exponer lo que os quiero comentar. Me refiero al caso de las retenciones del sábado 24 de febrero de 2024 por el corte de la AP-7 y otras vías debido a la granizada, con vehículos retenidos durante más de cinco horas con poca información y mucho malestar ciudadano. ¿Cómo es posible que no se avisara del corte a tiempo? ¿Cómo es posible que no se desviara el tráfico a otras vías? ¿Cómo es posible que se tardara más de cinco horas en asegurar y limpiar la vía?

En nuestro mundo actual es posible, gracias a la tecnología, saber por diversos modelos que hay una posibilidad importante de este tipo de fenómenos (como las granizadas) en unas zonas determinadas, aunque es difícil prever el lugar exacto. Por lo tanto, esto nos debería hacer saltar una alerta, tener determinados dispositivos, equipamientos y actuaciones de seguridad previas. Y, sobre todo, estar atentos para actuar en estas zonas de manera preventiva y proactiva.

 

En nuestro mundo actual, gracias a la tecnología, es posible saber mediante modelos que existe una posibilidad importante de granizadas en ciertas zonas

Una vez se produce el fenómeno y se conoce su localización y dimensión, además de activar de inmediato los equipos, equipamientos y dispositivos previstos para resolver cuanto antes su impacto, es necesario activar un sistema de alerta automática a los vehículos y a todos los dispositivos móviles de una zona delimitada. Desde hace tiempo se han llevado a cabo pruebas de alertas (por ejemplo, la alerta química en el campo de Tarragona u otras más generalizadas en el área de Barcelona a través del móvil) y funcionan.

Por un lado, se activan los sistemas de gestión de movilidad y se determinan vías alternativas y desvíos. Asimismo, se implementan todos los sistemas de señalización necesarios para evitar el colapso en la zona afectada, con recomendaciones también en los dispositivos o a través de los medios públicos.

Para aquellos que no han podido evitar quedar atrapados, que con la anterior actuación serían muchos menos de los que se vieron afectados, activamos un sistema de información personalizado y público, que se actualiza periódicamente. Además, con los sistemas preventivos activados somos capaces de delimitar su duración e informar sobre ella. La reducción de la incertidumbre y la desinformación son básicas en estos casos para la percepción y la gestión de las personas

¿Cómo es posible que no se advirtiera del corte a tiempo? ¿Cómo es posible que no se desviara el tráfico a otras vías? ¿Cómo es posible que se tardara más de cinco horas en asegurar y limpiar la vía?

Por otro lado, activamos los diferentes cuerpos, servicios públicos y servicios de asistencia para atender las posibles necesidades de quienes están atrapados, cuando vemos que no se trata de un tema de corta duración, sino que la previsión es de horas.

Cotxes en fila per un sol carril a l'AP-7 per la calamarsada del 24 de febrer | ACN
Coches en fila por un solo carril a la AP-7 por la granizada del 24 de febrero | ACN

Y, finalmente, una vez ha terminado la emergencia o el fenómeno de movilidad o el temporal, proporcionamos datos y explicaciones tanto hacia el ciudadano, de manera transparente, como internamente para aprender y mejorar. Los sistemas tecnológicos utilizados, además, nos permitirán que estos datos se publiquen al momento, con indicadores de resolución y de tiempo, de afectaciones.

Esto que hemos explicado parece de sentido común y, sin hablar explícitamente de tecnología de manera detallada, hay suficiente al alcance. Además, es relativamente simple para prever, para gestionar de manera eficiente la respuesta, la comunicación, la información, para activar servicios de manera automática, para integrar y analizar información en tiempo real, para generar modelos y planificar. No hablamos de aplicar tecnologías muy sofisticadas, solamente hablamos de aplicar tecnologías maduras, con sistemas preventivos y predictivos, con sistemas integrados de emergencias, que coordinen los diferentes servicios que actúan ante un fenómeno determinado, como por ejemplo, sistemas integrados de gestión de movilidad.

Hace falta una gestión con una visión más integrada, orientada al ciudadano, ágil, flexible, adaptable, transparente y proactiva

Seguramente muchos de estos sistemas ya los tenemos y son utilizados por nuestros servicios públicos, pero muchas veces, y no tengo suficiente conocimiento al respecto, viendo lo que ocurrió, puedo deducir que no han funcionado de manera integrada ni han compartido información. Cada uno actúa en su ámbito de gestión (tiempo, movilidad, seguridad y asistencia) y con un esfuerzo humano importante para coordinarse y resolver el problema, pero si me permiten, de una manera voluntarista y poco eficiente para el resultado que vimos.

Hemos visto el caso de un fenómeno meteorológico, con incidencia en la seguridad, en la movilidad y en la vida diaria de miles de personas. Y aunque quizás lo podemos atribuir a un fenómeno puntual y no tan previsible, creo que nos sirve como ejemplo para pedir a nuestros gestores públicos, no solo el gran esfuerzo personal y la voluntad que sé que le ponen como servidores públicos, sino que comencemos a cambiar modelos y herramientas de gestión, hacia una gestión con una visión más integrada, orientada al ciudadano, ágil, flexible, adaptable, transparente y proactiva