Doctorarse a la empresa

Agbar y Natural Machines son algunas de las compañías que acogen el proyecto de Doctorados Industriales, que quiere reducir la distancia entre empresas y universidades y proporcionar una salida laboral a este colectivo

Cuántas veces hemos sentido alguien lamentar el abismo entre estudios y mundo laboral? El proyecto de doctorados industriales pretende acabar con esta distancia, y a través de la colaboración entre empresas y universidades fomentar los proyectos de investigación aplicados al negocio empresarial.

De este modo, el proyecto de investigación de una empresa recibe el empujón de un doctorando que desarrolla su formación investigadora, en colaboración con la universidad, y que será objeto de su tesis doctoral. Y todo ello cofinanciado por la Generalitat y la empresa.

Josep Maria Martorell, director general de Investigación de la Generalitat, que lidera el proyecto, explica a VIAempresa que "hace un par de años empezamos a estudiar como estábamos de formación doctoral, y la primera conclusión es que el número de doctores que producen nuestras universidades es adecuado por nuestras características". Por lo tanto, no faltan doctores, pero "sí que hay un sesgo hacia el entorno estrictamente académico", admite Martorell.

Acercar academia y empresa
El objetivo, pues, era acercar algunos de estos doctores al entorno empresarial. Hasta ahora, los resultados son esperanzadores. "La valoración es muy positiva puesto que cada vez que hemos abierto una convocatoria (unos 160 proyectos en tres convocatorias) siempre se ha cubierto y las empresas nos reclaman que no paramos el programa para poder ir incorporando más doctores", asegura Martorell.

La segunda conclusión positiva es que esta modalidad de doctorado "no ha llamado a hacer la tesis a una nueva tipología de estudiantes de doctorado, sino que hemos conseguido el que queríamos: que algunos de los estudiantes que habían acabado el máster y querían hacer el doctorado encuentren interesando hacerlo de este modo", añade el responsable gubernamental. Así pues, ni aumentan ni disminuyen el número de doctorados, sino que aumenta la proporción de los que lo hacen en un entorno industrial.

"El máximo objetivo en el futuro es acercarnos a los más de un cenetenar de doctores industriales anuales de Dinamarca ", pronostica Martorell; por el cual "este sistema ayuda a integrar mucho mejor doctores en el mundo empresarial, que es otro déficit que tenemos".

El programa de doctorados industriales, además, está permitiendo estrechar la relación entre universidad y empresa. "Cuando pones un pequeño incentivo como este empiezan a saltar chispas en sentido positivo entre academia y empresa y empiezan a surgir colaboraciones", celebra Martorell.

Natural Machines, el beneficio por empresas pequeñas
Sonia Hurtado es la ninguno de tecnología alimentaria de Natural Machines, una start-up con dos años de vida que ha diseñado un electrodoméstico con tecnología de impresión 3D. "Teníamos muchos proyectos nuevos en los que teníamos que encontrar recursos para llevarlos a cabo", recuerda Hurtado.

En este punto, el programa de doctorados industriales los permitía cubrir estas necesidades. "Nos permitía contratar un investigador y a la vez tener un pie en la universidad y contar con su infraestructura", explica Hurtado. "Como empresa joven no tienes los recursos, y esta es una solución", destaca.

La pieza que lo completa es Àlvar Gràcia, uno de los doctorandos que realiza su tesis a Natural Machines. "Estaba trabajando como coordinador de proyectos de investigación a la industria. Salió la oportunidad de hacer un proyecto experimental, y a través de la universidad me enteré de la posibilidad de hacer un doctorado industrial", explica.

Este programa le permite "hacer un trabajo con una finalidad tecnológica clara, y que acabara siendo un doctorado". El proyecto, para aplicar nuevos métodos de cocción a la tecnología de impresión en 3D, "es muy innovador, traslada tecnología otras áreas de la industria a la alimentaria".

Gràcia asegura que "tenía la inquietud de poder hacer cosas innovadoras, que tengan una aplicación industrial que ahora no está". La idea es que toda la investigación y el trabajo que se haga tenga una aplicación industrial real.

Por Àlvar Gràcia, la ventaja de realizar un doctorado industrial en lugar del académico tradicional es tener una "finalidad tecnológica clara. Tienes un objetivo que acabará siendo incorporado a un producto. En definitiva, hacer una transferencia tecnológica que acabará en el mercado. Era un reto".

Agbar, potenciar la investigación aplicada
No sólo las empresas pequeñas pueden disfrutar de este programa, que también cuenta con la presencia de varias grandes compañías. Una de ellas es Agbar, que acumula hasta seis proyectos de doctorado industrial repartidos entre las empresas del grupo.

Ramon López, de la dirección de Innovación de Agbar, destaca el de Labaqua. "Quizás es lo más innovador, trabajamos con la UAB para desarrollar un sensor para detectar microorganismos y luchar así contra la legionela ". Según López, actualmente "hay técnicas de laboratorio muy lentas, y con esta investigación queremos encontrar métodos más rápidos".

El responsable de Agbar apunta que "ya colaborábamos con las universidades, siempre hemos trabajado con innovación abierta, pero con este programa podemos tener investigadores dentro de la empresa concentrados en un proyecto específico".

Destaca la importancia de poder "tener el talento y el conocimiento adentro la compañía, y a la vez poder formarlo porque trabajen de una manera más cercana a la empresa". Los doctorandos de Agbar reciben formación en gestión empresarial "porque tengan el doble rol más allá de la de investigador universitario".

Todo ello, según Ramon López, es una ventaja para complementar los expertos de dentro de la empresa, que sólo pueden dedicar parte de su tiempo a la investigación . "Aceleramos el proceso y obtenemos resultados más rápidos para recortar el time-tono-market", concluye.

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