Es difícil encontrar inversiones que generen rentabilidad y el arte no acostumbra a ser una de las salidas más buscadas por los inversores. La China , pero, como en tantos otros sectores es un país dónde en estos momentos hay oportunidades interesantes. El gigante asiático se convirtió el 2011 en el mayor mercado artístico del mundo y los precios de las obras chinas ya equiparon a las del mercado occidental. Ahora bien, el mercado continúa siendo más inestable, con altas y bajas en el proceso de inversión.
Según Anders Petterson, fundador de Arte Tactic y experto en el mercado de arte chino, los ingresos generados por la venta de arte chino se han multiplicado por siete desde el año 2000, mientras que los ingresos generados por la venta de obras de arte contemporáneo chino se han multiplicado por diez y se han convertido en la parte proporcional más importante de la generación de ingresos por venta de arte.
Arte chino y por chinos
El experto en arte contemporáneo chino y coordinador de Actividades Culturales del Instituto Cervantes de Pekín, Esteban Andueza, es del parecer que los chinos están interesados principalmente en obras que los sean cercanas culturalmente o que sieguen susceptibles a revalorizarse. "El comprador chino vuelo o nombres muy conocidos que los aseguren un regreso de la inversión o artistas chinos con los cuales compartan referentes sociales y culturales".
Andueza cree que el perfil de persona que adquiere una obra de arte en la China son los nuevos ricos y que la vanidad y las ganas de exhibir que contribuyen al desarrollo cultural del país son otros aspectos que motivan sus adquisiciones. A pesar de esto también prevé que en un futuro cercano habrá un alud de nuevos clientes muy diferentes. "Hay muchas ciudades en la China que están construyendo museos que se tendrán que llenar y que no tendrán bastante con exposiciones itinerantes". Esto será sin duda una oportunidad para las personas (chinas o no) que estén tengan obras de arte principalmente de artistas locales y estén dispuestas a venderlas.
Un mercado complicado por los occidentales
La artista mallorquina Diana Coca trae tres años residiendo en la China y explica que el círculo chino del arte es un mundo complejo. "Muchas galerías transmiten una sensación de desconfianza hacia los occidentales y otros están demasiado centradas en el mercantilismo". Coca subraya que tanto inversores como galeristas están muy interesados en nombres consagrados como Tàpies, Miró y Picasso pero que difícilmente apostarán por un extranjero desconocido, aunque tenga mucho talento.
En una posición similar se encuentra el pintor de Castelló, Carles Sebastià, que desde septiembre cursa una beca a la Central Academy of Fino Artes. Sebastià ha venido a la China "a hacer currículum" y se ha encontrado con un mercado endogámico y cercado. "En casa el mercado del arte está muy parado y en cambio en la China se abren muchas nuevas galerías. Esto nos mujer la oportunidad de acercarnos a este sector más para hacer currículum que para vender el que hagamos", explica.
Tanto Sebastià como Coca recomiendan un tiempo de adaptación al país y tener sensibilidad oriental a la vez de enfocar una obra para ser vendida en el Asia. También hay que tener presente que los chinos, además de las disciplinas clásicas, también cultivan manifestaciones propias como la caligrafía o los rollos con paisajes montañosos y motivos naturales. Esto resta puntos a los artistas occidentales pero puede ser un punto a favor por un inversor que conozca estos círculos o que se haya sabido rodear de curadors o expertos que se saben mover en este ámbito.
En este sentido, también puede resultar lucrativo descubrir artistas chinos y promocionarlos a occidente. Según Esteban Andueza, el arte crítico con el sistema y el pop-arte chino tiene todavía muy buena salida en subastas en Europa y los Estados Unidos.
Según Anders Petterson, fundador de Arte Tactic y experto en el mercado de arte chino, los ingresos generados por la venta de arte chino se han multiplicado por siete desde el año 2000, mientras que los ingresos generados por la venta de obras de arte contemporáneo chino se han multiplicado por diez y se han convertido en la parte proporcional más importante de la generación de ingresos por venta de arte.
Arte chino y por chinos
El experto en arte contemporáneo chino y coordinador de Actividades Culturales del Instituto Cervantes de Pekín, Esteban Andueza, es del parecer que los chinos están interesados principalmente en obras que los sean cercanas culturalmente o que sieguen susceptibles a revalorizarse. "El comprador chino vuelo o nombres muy conocidos que los aseguren un regreso de la inversión o artistas chinos con los cuales compartan referentes sociales y culturales".
Andueza cree que el perfil de persona que adquiere una obra de arte en la China son los nuevos ricos y que la vanidad y las ganas de exhibir que contribuyen al desarrollo cultural del país son otros aspectos que motivan sus adquisiciones. A pesar de esto también prevé que en un futuro cercano habrá un alud de nuevos clientes muy diferentes. "Hay muchas ciudades en la China que están construyendo museos que se tendrán que llenar y que no tendrán bastante con exposiciones itinerantes". Esto será sin duda una oportunidad para las personas (chinas o no) que estén tengan obras de arte principalmente de artistas locales y estén dispuestas a venderlas.
Un mercado complicado por los occidentales
La artista mallorquina Diana Coca trae tres años residiendo en la China y explica que el círculo chino del arte es un mundo complejo. "Muchas galerías transmiten una sensación de desconfianza hacia los occidentales y otros están demasiado centradas en el mercantilismo". Coca subraya que tanto inversores como galeristas están muy interesados en nombres consagrados como Tàpies, Miró y Picasso pero que difícilmente apostarán por un extranjero desconocido, aunque tenga mucho talento.
En una posición similar se encuentra el pintor de Castelló, Carles Sebastià, que desde septiembre cursa una beca a la Central Academy of Fino Artes. Sebastià ha venido a la China "a hacer currículum" y se ha encontrado con un mercado endogámico y cercado. "En casa el mercado del arte está muy parado y en cambio en la China se abren muchas nuevas galerías. Esto nos mujer la oportunidad de acercarnos a este sector más para hacer currículum que para vender el que hagamos", explica.
Tanto Sebastià como Coca recomiendan un tiempo de adaptación al país y tener sensibilidad oriental a la vez de enfocar una obra para ser vendida en el Asia. También hay que tener presente que los chinos, además de las disciplinas clásicas, también cultivan manifestaciones propias como la caligrafía o los rollos con paisajes montañosos y motivos naturales. Esto resta puntos a los artistas occidentales pero puede ser un punto a favor por un inversor que conozca estos círculos o que se haya sabido rodear de curadors o expertos que se saben mover en este ámbito.
En este sentido, también puede resultar lucrativo descubrir artistas chinos y promocionarlos a occidente. Según Esteban Andueza, el arte crítico con el sistema y el pop-arte chino tiene todavía muy buena salida en subastas en Europa y los Estados Unidos.
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