El calçot, la cebolla catalana que traspasa fronteras

La hortaliza estrella de Valls factura cerca de 12 millones de euros y ya atrae consumidores franceses, británicos y belgas

Calco̧ots en una parrilla durante la cocció en uno de los restaurantes de Valls en la Alt Camp Calco̧ots en una parrilla durante la cocció en uno de los restaurantes de Valls en la Alt Camp

De enero a marzo, los catalanes se hacen un harto de calçots . También los restaurantes, que fin de semana detrás fin de semana llenan la agenda con reservas de pandillas de amigos y familiares que quieren aprovechar el momento álgido de esta cebolla. La tradición es plenamente catalana, a pesar de que poco a poco ha conseguido traspasar fronteras y tener adeptas, sobre todo, en Madrid, Zaragoza, Valencia y las Baleares, y también en Perpiñán, Londres y Bruselas.

Según los datos de Mercabarna de la temporada 2017-2018, el 80% de la hortaliza se consumió en sábado o domingo. Ahora bien, la opción de cruspir-se lo en casa también es bienvenida, puesto que sólo un 30% de la producción se destinó a la restauración.

Valls, el rey del calçot

Valls es la capital del calçot, de aquí que cuente con la Indicación Geográfica Protegida (IGP) de Valls. Aún así, la zona de cultivo se extiende en el Alt Camp, Baix Camp, Tarragonès y Baix Penedès, donde más de 50 agricultores inician el cultivo de la cebolla en otoño y cierran la temporada al mes de abril.

Para esta temporada, la agrupación de labradores prevé producir entre 14 y 15 millones de calçots. Pero la cifra se queda corta si se mira en el conjunto del cultivo de la cebolla porque el resto de productores de la zona que no se encuentran inscritos en la IGP pueden superar los 60 millones de cebollas.

El calçot del Campo de Tarragona es el más conocido, pero también se encuentra en el Baix Llobregat y las tierras de ponente

Aproximadamente el 60% de los calçots que comercializa anualmente Mercabarna tiene la IGP de Valls, la temporada anterior fueron unos 9 millones de unidades. La segunda zona en producción está situada en Barcelona, principalmente en el Baix Llobregat, y con un cultivo más exiguo en el Maresme y el Vallès. Entre ambas regiones casi representan el 100% del producto que se vende a mayoristas y minoristas, dejando en un tercer lugar el calçot de las tierras de ponente con poco menos de 200.000 unidades.

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Mercabarna solo vendió a finales de la temporada pasada más de 15 millones de calçots, la cifra más elevada en los últimos 10 años y un 10% por sobre a la del 2017.

Castilla-La Mancha se reivindica

A pesar de que el calçot catalán ha salido del territorio, le ha salido competencia. El municipio de Consuegra, en Toledo, ya hace unos años que reivindica su papel como productor de la cebolla. Allá su nombre es cebolleta y alcanza Mercamadrid, de donde sale el producto para ser distribuido en todo el Estado español junto con el de origen catalán.

Consuegra de Toledo produce calçots bajo el nombre de 'cebolleta'

El pasado mes de noviembre celebró la IV Jornada de la cebolleta, una fiesta inspirada en la Fiesta de la Calçotada que Valls organiza cada año a finales de enero.

Reinventarse en tiempo de crisis

El calçot genera un negocio de más de 12 millones de euros entre labradores y restauradors. Consiguió superar la crisis con un éxito relativo, puesto que las ventas no menguaron, pero los productores tuvieron que buscar una alternativa para evitar que el coste de las calçotades en los restaurante asustara los clientes. La fórmula fue pasar de vender mandados de 50 unidades a otros más pequeños de 25 a un coste más reducido y bono para el consumo doméstico.

Productores y vendedores redujeron de 50 a 25 unidades los mandados para abaratarlos y hacer frente a la crisis

Estas mismas propuestas son las que se presentan al exterior. La pasada temporada la exportación de calçots pasó del 5% al 15% del total de las ventas, según el Gremio Mayoristas Fruta y Verdura de Barcelona. El canal de venta principal es la ecommerce, donde han proliferado el número de tiendas online que suministran desde mandados hasta paquetes que incluyen la clásica salsa romesco. Aún así, también se encuentran en tiendas gurmet.

A los mercados, fruiteries y supermercados se pueden encontrar paquetes de una cincuentena de calçots por entre 10 y 5 euros aproximadamente, mientras que los de 25 unidades oscilan entre los 4 y 6 euros. Otra opción es comprar las cebollas de una en una a un precio que no supera los 0,15 céntimos.

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