El lujo de vivir en Barcelona

El mercado inmobiliario de alto 'standing' a la capital catalana se anima de la mano de los compradores extranjeros

"Las casas de lujo se compran para vivir, para buscar una rentabilidad es mucho más fácil comprar 10 pisos de 400.000 euros que una casa de 4 millones". Artur Stabinski, consultor de vivienda de lujo de Coldwell Banker, evidencia las diferencias del mercado inmobiliario en Barcelona. En un momento donde el precio de los alquileres se ensarta hasta la locura y en el que se compran pisos al contado buscando la rentabilidad de una inversión que vuelve a verse como segura; la vivienda de lujo vive en su mundo paralelo.

Las casas de Pedralbes, los pisos del Paseo de Gràcia o los áticos al Cerro Park no tienen prisa. Cómo que la oferta es escasa, los propietarios acostumbran a pedir precios muy elevados. "Esto hace que los procesos de venta se alarguen. Vender una casa de lujo puede significar un año o un año y medio de trabajo", asegura Stabinski. Todavía más, hasta tres años, ha tardado lo estira-y-arronssa del magnate ruso Vadim Sukharev para comprar la finca de Hace falta Gobernador de Alella, concretada este lunes. Con más extensión que el Parque de la Ciutadella, se convertirá en un hotel de lujo

Otra de las firmas que trabaja habitualmente con este tipo de viviendas es Amat Inmobiliarios. "El tiempo que tarda una venta depende mucho del precio de salida. Cuanto más cerca del precio de mercado estés, más rápido venderás", constata Guifré Homedes Amat. Ahora bien, "de media al menos seis meses hacen falta. En pisos de más de un millón de euros no hay tanta demanda, siempre cuesta más encontrar compradores", añade.

Una ciudad atractiva por el comprador extranjero
"Barcelona es una ciudad muy atractiva que siempre genera interés a los inversores y compradores extranjeros", relata Artur Stabinski. El responsable de Coldwell Banker señala como principales clientes "compradores que buscan un capricho en forma de vivienda. Pueden venir de Suiza, de Australia, de los Estados Unidos o de los países árabes".

Desde Amat Inmobiliarios también aseguran que el mercado de alto standing "ya hace años que va echando basado en compradores extranjeros y muy localizado en determinados barrios de Barcelona". Guifré Homedes Amat revela que, en su caso, venden mucho a "egipcios, europeos y cada vez más a chinos".

Pero cómo llegan hasta aquí? "Hay dos caminos: el primero es la marca, que nos da acceso a una gran base de datos de clientes", explican desde Coldwell Banker. El segundo son "los contactos personales tanto de la empresa como de los asesores que traen años dedicándose. Conocen el posible comprador o a alguien que lo puede conocer", dice Artur Stabinski. En este sector, indica, "la mayoría de las ventas acaban llegando a través de diferentes contactos directos o indirectas".

En el caso de una empresa familiar como Amat Inmobiliarios, Guifré Homedes reivindica su "trabajo de formiguetes". Cada año viajan por todo el mundo para establecer relaciones con diferentes agentes inmobiliarios, asesores de inversiones o banca privada; que son los que los acaban enviando clientes. "La mayoría de ventas vienen por colaboraciones. Se trata de viajar, abrir puertas y convertirte en una referencia en Barcelona. Que cuando alguien tenga un cliente que quiere una vivienda en Barcelona, piense en tu empresa".

Sea como fuere, el hecho de dirigirse a un público muy limitado implica una comercialización diferente del habitual en el sector. "No vendes una casa de lujo poniendo un anuncio a los diarios", ejemplifica Stabinski. "Tienes que intentar llegar directamente a este público, que está acostumbrado a recibir cada día varias ofertas". Por lo tanto, hay que ir muy despacio con la dificultad añadida que muchos vendedores también piden máxima confidencialidad. "Es doblemente difícil: tienes que dar a conocer la casa pero a la vez mantener la confidencialidad", expone el consultor de Coldwell Banker.

Cómo es una vivienda de lujo?
Los factores que impulsan una vivienda a considerarse de lujo son, en buena parte, la ubicación y los acabados. "Algunos preferirán tierras de mármol y otros de madera noble o tropical; pero siempre hablamos de un nivel de acabados muy alto", dice Stabinski. "Influye mucho la calidad de los acabados, la ubicación o servicios como un portero que los resuelva muchas cosas y se tengan que preocupar de poca cosa", remacha Homedes Amat.

Todo ello, por supuesto, sin obviar el precio. "Al Paseo de Gràcia un piso se mueve en los 10.000 euros por metro cuadrado, y un ático puede llegar a 12.000 o 13.000 euros", dicen desde Coldwell Banker. "En las casas de Avenida Pearson hay que valorar tanto los metros de la vivienda como los de terreno de la parcela, pero también se va a los 10.000 euros por metro cuadrado de construcción", añade.

Guifré Homedes añade la zona de Diagonal Mar, donde "nosotros vemos pegas y los extranjeros ven la playa, el mar y un skyline diferente". Un espacio donde puedes pagar unos 6.000 euros el metro cuadrado en una planta 10, pero donde el ático a la planta 20 del mismo edificio se puede ir a los 10.000 euros por metro cuadrado. Por el responsable de Amat Inmobiliarios, "en Barcelona pocas ventas reales se hacen además de 12.000 euros el metro cuadrado".

El perfil
No hace falta señalar que este nivel de precios no está al alcance de todo el mundo. "hablamos de empresarios y altos ejecutivos. También de gente que ha vendido sus empresas y se jubilan en Barcelona", indica Artur Stabinski. El consultor de Coldwell Banker también explica que "los últimos años hemos visto varios jóvenes empresarios de entre 30 y 40 años que han hecho mucho dinero con nuevas tecnologías y están invirtiendo en viviendas en Barcelona".

Por Homedes Amat, "normalmente son familias con hijos que buscan una segunda residencia. vienen algunos meses y el resto del año quizás la alquilan a algunos conocidos". Eso sí, el más habitual es que sean "altos directivos, gente que tiene buenos trabajos".
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