El nuevo 'run run' económico de Barcelona

La victoria de Ada Coláis a las elecciones municipales de la capital catalana plantea un nuevo paradigma en la economía de la ciudad con diferentes métodos y objetivos

Barcelona acumula menciones a todos los rankings del sector turístico y de las smart cities. Estas han sido algunas de las decididas apuestas del actual consistorio municipal, un activo que no ha sido suficiente para ganar las elecciones. De hecho, Barcelona ha sido la única de las cuatro capitales de provincia catalanas que no ha revalidado a las urnas su alcalde en las elecciones de este domingo. Ada Coláis y Barcelona En común han obtenido una disputada victoria ante el actual alcalde, Xavier Trias; y lo han hecho abanderando un discurso de cambio radical en la orientación de la ciudad. Un cambio de modelo que, por supuesto, tiene los fundamentos en la distribución del dinero. De entrada, el plan de choque para los primeros meses de mandato prevé una inversión aproximada de 160 millones de euros hasta el primer semestre de 2016. Un dinero destinado a la ocupación (50 millones de euros) y los derechos sociales (110 millones de euros).

El nuevo 'run run' económico de Barcelona dependerá en buena parte de la capacidad de construir mayorías bastante sólidas para llevarlo a cabo. Una tarea que se entrevé complicada por cómo de ajustados han sido los resultados. Sea como fuere, a partir de la sesión de investidura del 13 de junio, Ada Coláis y su equipo tendrán cuatro años para intentar poner en práctica las propuestas económicas que plantean en su programa electoral, de momento muy enfocadas al gasto pero sin concretar tanto como recaudar ingresos. Desde una moneda propia para la ciudad hasta la reorientación del modelo turístico, pasando por la transformación de Barcelona Activa, la agencia de desarrollo local de la ciudad; estas son las principales propuestas económicas para la capital catalana.

Evitar los desahucios por motivos económicos
La lucha contra los desahucios fue la carta de presentación en sociedad de Ada Coláis, y quiere ser una de sus prioridades en el gobierno municipal. En este sentido, la relación del Ayuntamiento de Barcelona con las entidades financieras puede sufrir un cambio sustancial. El programa de Barcelona En común habla "de establecer una mesa de negociación con entidades financieras, fundes buitres y grandes propiedades para conseguir que las familias que no tienen manera de asumir el pago de la hipoteca o del alquiler puedan quedarse a casa suya en régimen de alquiler social".

Además, advierten que "el consistorio denunciará públicamente las entidades financieras, los fundes buitres y las grandes propiedades que no se muestren favorables a la negociación y estudiará otras medidas de presión, como por ejemplo dejar de operar con las entidades bancarias en cuestión".

Todo ello acompañado de la prometida de instaurar una renta municipal complementaria para familias que estén por debajo del umbral de la pobreza. Sin especificar cuál sería la cantidad de esta renta municipal, aseguran que se financiaría con "recursos municipales a partir de una clara reorientación de prioridades".

Una nueva cara para Barcelona Activa
Una de las prioridades del nuevo gobierno municipal será "descentralizar Barcelona Activa". La agencia de desarrollo local, según los planes de Coláis y su equipo, se tiene que acercar en los barrios de la ciudad para reforzar su papel de eje vertebrador de la creación de ocupación a la ciudad.

En este sentido, el programa de Barcelona En común habla de "reducir los elevados costes de la estructura (el presupuesto del año 2013 fue de 27,8 millones de euros) y destinar más recursos a la descentralización por barrios y distritos". Así mismo, indica la necesidad de "reforzar los vínculos de Barcelona Activa con los planes comunitarios y las entidades sociales que trabajan para la formación e inserción laboral desde la proximidad (como Ciutat Vella o Sants)".

Empresa colectiva por ante el emprendedor individual
Dentro de las propuestas de reforma en promoción económica, los ganadores de las elecciones municipales de Barcelona proponen "orientar los recursos públicos a la promoción de la empresa colectiva (de dos o más socios) antes de que a la figura del empresario/a individual". Un cambio de discurso evidente respete la actual promoción de la figura del emprendedor.

A la vez, se pretende "impulsar alianzas entre comercios mediante cooperativas de servicios y aprovechar sinergias en comunicación, administración, formación, uso de nuevas tecnologías, defiende legal, compra de consumibles, negociación con bancos o distribución".

Además, los planes de Ada Coláis pasan por la prometida de crear a corto plazo 2.500 puestos de trabajo en cinco áreas básicas: rehabilitación energética de viviendas, prevención y gestión sostenible de residuos, apoyo y fortalecimiento del tejido comercial de proximidad, atención y cura de las personas grandes, niños y dependientes, y con el fomento de la economía cooperativa y su actualización tecnológica.

Una moneda local en Barcelona
Una de las propuestas más comentadas durante la campaña electoral ha sido la de la creación de una moneda local para la ciudad. El objetivo pasa para ser "una manera de promover el desarrollo local y de generar un efecto multiplicador de la riqueza generada a la ciudad que beneficie principalmente el pequeño y mediano comercio".

Este sistema ya se ha implantado a otros lugares, con los ejemplos destacados de Bristol, Toulouse o Nantes. A pesar de que en principio sería voluntaria, el objetivo es incentivar su uso mediante el otorgamiento de parte de las subvenciones municipales en esta moneda, así como de una parte de las retribuciones de los empleados públicos que así lo deseen. Además, se favorecerían las emprendidas proveedoras del Ayuntamiento dispuestas a cobrar en esta moneda una parte o el total de sus ventas al consistorio; y el mismo Ayuntamiento aceptaría el pago de sus tributos con ella.

La T-Ambiental, propuesta estrella en movilidad
El precio del transporte público ha sido motivo de controversia los últimos años por sus incrementos continuados. La tierna rebaja de inicios de 2015 no parece suficiente para los nuevos inquilinos de la Casa Grande de la ciudad, que en el marco de la nueva ley de financiación del transporte público quiere volver a replantear el sistema tarifario.

En este sentido, la propuesta más llamativa es la de crear la T-Ambiental. Un título de transporte con un coste de 50 euros mensuales que permitiría realizar viajes ilimitados a las tres primeras zonas en metro, Cercanías, Buzo, FGC y Tramo; así como al Bicing y Caro-Sharing.

Un freno a los alojamientos turísticos
Otro de los grandes argumentos de Ada Coláis ha sido lo de combatir el actual modelo turístico de Barcelona. En esta línea, de entrada pretende establecer una moratoria en la concesión de nuevas licencias para todos los tipos de alojamiento turístico hasta la aprobación del Plan Especial Urbanístico de Regulación del Turismo.

Este plan tendría la finalidad "de evaluar con profundidad el impacto y las consecuencias socioeconómicas de esta actividad para establecer criterios destinados a regular las licencias de todos los tipos de alojamiento: hoteles, hostales, albergues, viviendas de uso turístico, pensiones, etc.".

Un nuevo operador energético verde
El programa de Barcelona En común también denuncia que el modelo energético actual tiene una "enorme dependencia de las grandes empresas e infraestructuras energéticas y de las importaciones de hidrocarburos y combustibles nucleares". A su parecer, "una estrategia decidida de ahorro, promoción de energías renovables y democratización del sistema contribuirá a reducir los impactos socioambientals, los problemas de pobreza energética, la dependencia energética y el acaparamiento de energía de la ciudad y a generar puestos de trabajo locales".

Para cambiar este modelo energético, el objetivo es impulsar la creación de un operador energético verde para "promover el ahorro (con medidas como la rehabilitación energética de los edificios), la promoción activa de la autoconsum de energías renovables (especialmente la solar, tanto para el agua caliente cómo para la electricidad) y la compra pública de energías renovables de pequeños productores ecológicos locales".
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