España cerró el tercer trimestre con un crecimiento de un 0,3% en comparación con los tres meses anteriores y un 1,8% respecto al mismo período del año pasado, según los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística. Por lo que respecta a la variación trimestral, la cifra rebaja en una décima el crecimiento registrado entre abril y junio (0,4%); mientras que el interanual cayó dos décimas en comparación con los datos anteriores (2%). Los indicadores constatan que la economía se frenó ligeramente en la segunda mitad del año. La demanda interna ha sido la que más contribuyó al crecimiento del PIB entre julio y septiembre.
En concreto, aportó 1,8 puntos en el crecimiento interanual del PIB. A su vez, la demanda exterior contribuyó en 0 puntos. En este sentido, los datos publicados indican que las exportaciones de bienes y servicios cayeron un 2,4%, esto es, 1,5 puntos menos que en el trimestre anterior. Por su parte, la variación del gasto de no residentes aumentó 13 puntos, concretamente del 2,2% al 15,2%. Las importaciones de bienes y servicios descendieron un 2,4% respecto al mismo periodo de hace un año, 2,2 puntos menos que en el trimestre anterior.
En cuanto a la demanda interna, el gasto en consumo final se incrementó un 1,9% en comparación con el mismo período de 2022, una tasa 0,9 puntos inferiores a la del segundo trimestre. El gasto en el consumo final de los hogares aumentó un 1,1% interanual, 1,1 puntos menos que en el trimestre precedente; y la de las administraciones públicas un 4,3%, una décima menos. En relación con la cifra de horas efectivamente trabajadas, aumentaron una décima respecto al segundo trimestre y un 1,9% en comparación con el año 2022. La variación del coste laboral unitario se situó en el 6,5% entre julio y septiembre.