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¿Es posible la ética en los bancos e instituciones financieras?

Más de 200 profesionales del sector financiero europeo se reúnen en Barcelona para reflexionar sobre los retos de futuro y reivindicar el papel de apoyo a la economía social

¿Es posible la ética en los bancos e instituciones financieras? | Cedida
¿Es posible la ética en los bancos e instituciones financieras? | Cedida
Redacción VIA Empresa
Barcelona
23 de Mayo de 2022

"No hacemos lo que se conoce como greenwashing (ecoblanqueo) ni pinkwashing (falsedad en el marketing), nos creemos de verdad el significado de la banca ética. Somos mucho más que unos simples operadores financieros", apunta Pedro Manuel Sasia, presidente de la Federación Europea de Bancos y Financieros Éticos y Alternativos (FEBEA) en la reunión celebrada este año en Barcelona para hablar del futuro y apoyar a la economía social. El acto Más allá del crédito: el trabajo de las finanzas éticas con la economía social para un crecimiento inclusivo y medioambiental sostenible ha acogido más de 200 asistentes en las instalaciones de Barcelona Activa, en el distrito 22@ de la capital catalana, provenientes de países como por ejemplo Francia, Bélgica, Suiza, Irlanda, Reino Unido, Grecia o Noruega.

 

Las últimas cifras recogidas por varios estudios ponen de manifiesto el crecimiento de las finanzas éticas en los últimos años. Las entidades del sector han concedido "más crédito que nunca para apoyar las iniciativas transformadoras en un momento de dificultad económica", cómo constata el último Barómetro de las Finanzas Éticas que evalúa su evolución en el Estado. El informe cifra en 2.450 millones de euros ahorro ético, 1.720 millones de euros los préstamos concedidos para proyectos transformadores, y cerca de 190.000 personas el nombre de usuarios de finanzas éticas. Por lo tanto, se podría decir que "proporcionalmente, estas entidades financieras conceden más créditos y ofrecen más cuentas corrientes y depósitos que la banca convencional".

Las entidades financieras éticas conceden más créditos, cuentas corrientes y depósitos que la banca convencional

Si entramos en detalles, el estudio subraya que en los últimos diez años "los bancos éticos y sostenibles han rendido el doble que el sistema bancario europeo, con una rentabilidad media anual del 5,31% ante el 2,37%", un fenómeno que también se ha dado en "los activos, depósitos, préstamos y el patrimonio neto de los bancos éticos que han crecido un porcentaje próximo al 10% anual ante el +0,41% anual del resto de bancos europeos". El informe diferencia entre dos modelos bancarios profundamente diferentes: los éticos ejercen la función de intermediación esperada por un banco, reuniendo depósitos y concediendo préstamos, mientras que las otras entidades financieras se dedican mucho más en otras actividades, como por ejemplo inversiones en valores o servicios financieros.

 

El origen de la banca ética

Por los que no conozcan en detalle el concepto, la banca ética es un conjunto de entidades financieras los productos de las cuales no están condicionados exclusivamente al criterio del máximo beneficio. En algunos casos, también tienen una estructura interna fundamentada en la participación cooperativa. Este tipo de banca surge como parte de los movimientos de economía alternativa que buscan una economía real y las actividades de los cuales produzcan un impacto social o medioambiental positivo.

Históricamente, surgieron dos enfoques en cuanto a la selección de criterios que permitan el acceso al crédito. Primero se utilizaron criterios de selección negativa, con la definición de qué tipo de actividades no se financiarían como por ejemplo armamento, prostitución, pornografía, tabaco, alcohol o actividades extractivas no sostenibles, entre otras. Después de esta postura, se hizo una reflexión que llevó a proponer criterios en forma positiva, aquellos que sí que se financiarían. Son cultura, comercio justo, restauración del medio ambiente o energías renovables, principalmente.

La clave para llevar a cabo la banca ética consiste en "movilizarnos, cooperar y hacer un plan de acción de economía social", expone Víctor Meseguer, director de Economía Social de Europa. El Estado español, según Meseguer, tiene un gran potencial con las políticas públicas impulsadas en el ámbito municipal, regional y estatal. Y, evidentemente, los fondos Next Generation como grandes aliados. "Necesitamos redes, intercoperación, darnos visibilidad. Movilizar grandes inversiones de 2.500 millones de euros en la economía social en Europa, cómo se tiene previsto los próximos años", remarca el catalán.

Barcelona como punto de partida

Para Janet Sanz, teniente de alcalde y regidora de ecología de Barcelona, "necesitamos una reactivación económica que ponga las personas y el medio ambiente al centro de todo". La política explica que "hace muchos años que nuestra sociedad participa en un sistema económico y financiero injusto. Con la pandemia hemos visto la fragilidad de este modelo económico, los retos del siglo XXI y queremos replantearlo todo". La experta apunta que "el 2008 se rescataba bancos con dinero público mientras se llevaba a cabo desahucios. Y, encima, se cierran cajeros automáticos en las poblaciones". Sanz precisa que "ahora crece la conciencia en el uso de la gestión de nuestro dinero. Hay personas que buscan un consumo responsable. Queremos una banca con ética y valores". Finalmente, la miembro de Barcelona en Comú destaca que es importante que "las administraciones den un apoyo decidido a la economía social y solidaria que tiene un gran regreso. En Barcelona hemos empezado a hacerlo".

Sanz: "Ahora crece la conciencia en el uso de la gestión de nuestro dinero y hay personas que buscan un consumo responsable y una banca con ética y valores"

Álvaro Puerro, director del proyecto Barcelona Capital Mundial de la Alimentación Sostenible 2021 y Comisionado de Política Alimentaria del Ayuntamiento de Barcelona, explica que el 2015 en Barcelona había una financiación municipal exclusivamente basado en la banca tradicional. Los depósitos y la gestión de cobros y pagos aplicaban solo criterios financieros y sin ninguna cuenta a banca ética. El experto cree que en la actualidad se necesita crear instrumentos conjuntos con la banca ética y que, aparte de romper el hielo, escalar, visibilizar y ver todavía más las oportunidades que se pueden generar, cómo por ejemplo en el modelo de vivienda. Y una oportunidad: identificar que "compartir el riesgo" puede ser un campo de interacción, como por ejemplo las "subvenciones retornables".

"La banca ética llega para democratizar la economía y sirve para estructurar las piezas clave para la economía social, detalla Maravillas Espín, Directora General de Trabajo Autónomo, Economía Social y Responsabilidad Social de las Empresas. "Además, hay otra forma de hacer negocios y de negociar. Los bancos éticos necesitan demostrar en los bancos tradicionales que pueden cambiar su modelo de negocio y aproximarse a sus valores. Una auténtica capacidad de influencia. Nosotros tenemos el papel de educar el sector de la economía social para que los emprendedores puedan acceder a las finanzas y pedir préstamos y consejos a instituciones financieras éticas", se añade al diálogo Cristina Dumitrescu, Senior Investment Manager, Inclusive Financio EIF.

Retos de futuro

Las prioridades de presente y futuro para Febea consisten en posicionar las finanzas éticas como actor clave de la sostenibilidad, puesto que consideran que están muy posicionados en la "parte social". También quieren hacer énfasis al hacer un esfuerzo de comunicación, crear mensajes más coherentes y la importancia de alianzas con asociaciones o redes. Desde la organización explican que "hace seis o siete años no hubiéramos encontrado ni una sola referencia en las finanzas éticas en los documentos europeos, mientras que hoy sí. Esto no necesariamente se traduce en mucho más, pero ya es un cierto nivel, sino un reconocimiento, de conciencia. Ahora tenemos que pasar al reconocimiento". Y lo más importante para ellos, "podemos decir con seguridad que el dinero que nos confían la gente van todos a la economía real y, dentro de la economía real, una buena parte se destina al sector social y otra parte al sector sostenible. Y podemos estar tranquilos y feliz de decirlo sin ningún riesgo de greenwashing o socialwashing. Dime qué jugador financiero puede decir lo mismo".